You Belong with Me

Capitulo 3

Habían transcurrido varías semanas y ya los aldeanos se habían acostumbrado a ver a la pequeña Haruno acompañada del mago que venía de Fiore, algunos incluso se atrevían a compararlos con un par de hermanos ya que el hombre siempre la estaba cuidando como si de un hermano mayor se tratase. Cuando la genin no estaba en el hospital o entrenando se la pasaba con el rubio en Ichirakus. Aunque había un hecho que solo la hokage sabía y era que el rubio había comenzado a quedarse en casa de la rosada, esto a petición de la chica con la excusa de no quedarse sola.

En la mañana todos habían visto a una feliz pelirrosa salir de los terrenos donde se encuentran los campos de entrenamiento y correr por la aldea mientras buscaba a su amigo - ¡Laxus-san, Laxus-San! - le gritaba está mientras corría hacia él, una vez que llegó a su posición lo abrazó ganándose una ceja alzada del hombre - bien, ¿qué sucede? - ante la pregunta la adolescente le sonrió radiante - ¡logre crear un jutsu! -

Ante lo dicho por la chica el rubio abrió los ojos con sorpresa - ¡ven, te lo enseñaré! - lo tomó del brazo y lo arrastró hacia uno de los campos de entrenamiento, una vez que llegaron la adolescente comenzó a realizar varias posiciones de manos y un total de 6 pétalos de cerezo comenzaron a salir de su cuerpo, ella enfocó su vista en un árbol y estos salieron disparados hacia este clavándose en el como si fueran cuchillos - ¿qué te parece? - le preguntó la genin casi sin aliento - increíble, pero ¿tú estás bien? - le preguntó preocupado tras verla tan agotada - sí, solo que.... tengo que perfeccionarlo para que no me consuma tanto.... chakra -

El rubio la miro un poco preocupado - mmm, ven vamos a comer algo - le dijo el hombre mientras la dejaba subir a su espalda - ¿Ichirakus? - pregunto emocionada, pero el hombre negó - no, hoy seré yo quien cocine - ante esto los ojos de la chica se abrieron con sorpresa - ¿de verdad, cocinaras para mí? ¡Yey, Shannaro! - gritó la chica con alegría mientras tanto el Dragón Slayer solo sonreía ante la alegría de la adolescente. Una vez que llegaron a la casa de la chica el hombre la sentó en el sofá y se dirigió a la cocina, silenciosamente la chica se asomó para ver qué era lo que hacía el rubio y lo vio ponerse el delantal con estampado de relámpagos que ella le había comprado antes de comenzar a cocinar.

Minutos más tarde los dos se encontraban sentados en la mesa - ¿por qué no me dijiste que sabías cocinar? - le preguntó la chica - no preguntaste - le respondió el rubio como si fuera lo más lógico del mundo, a lo que la genin infló sus mejillas haciéndose la ofendida hasta que probó un poco de la comida - por kamisama, ¡esto está delicioso! - el hombre sonrió altanero - ¡cocinas mejor que yo! - le volvió a decir la chica tras devorar otro bocado - ¡Laxus-san, cásate conmigo por favor! - este último comentario hizo que el Dragón Slayer estallara en carcajadas - no, eres muy pequeña ¿y quién dijo que te puedes casar? -

Ante esto la chica miro al rubio sin entender - ¿de qué hablas? - le preguntó confundida, pero sin dejar de comer - el que quiera casarse contigo recibirá un relámpago de mi parte - le dijo serio haciendo que la chica rodara los ojos - oh, vamos Laxus-san de aquí a que quiera una pareja van a pasar varios años, aún soy solo una niña y hay muchas cosas que quiero hacer - el hombre asintió satisfecho con la respuesta antes de tomar el vaso de agua - aunque obviamente en algún momento me pienso casar - el rubio casi se atraganta con el agua que estaba tomando ante lo dicho por la adolescente, la cual comenzó a reír a carcajadas mientras que recibía una mirada afilada por parte de su acompañante.
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- ¿una misión en solitario? ¿Estás segura Shishou? - le preguntó la genin a su hokage - si, has mejorado mucho no solo en el ninjutsu médico sino también en el combate cuerpo a cuerpo, además, si completas esta misión te ascenderé a chunin - la kunoichi abrió los ojos con sorpresa antes de proceder a mirar a su maestra con determinación - ¡lo haré Shishou, no la defraudaré! - la mujer rubia sonrió - muy bien mocosa, no espero menos de mi aprendiz, ve a casa y prepárate, partes esta tarde, puedes irte -