A medida que los días se transformaban en semanas, la realidad comenzó a hacerse presente de nuevo.
Los compromisos y las responsabilidades nos llamaban, recordándonos que nuestra historia tenía un límite, una vez más. En una noche de lluvia, mientras nos refugiábamos bajo un techo, Arthur miró a lo lejos con una expresión sombría en el rostro.
"Lo sabes, ¿verdad? Esto no puede durar para siempre", susurró.
Asentí con tristeza, sintiendo el peso de sus palabras en mi corazón. ¿Por qué siempre lo decía tan seguro y volvía como si nada?
Nuestro tiempo juntos estaba llegando a su fin una vez más, y aunque el amor que compartíamos seguía siendo intenso, sabía que había llegado el momento de despedirnos nuevamente.
¿Para siempre?
ESTÁS LEYENDO
Ceilings
Ficção AdolescenteEstarás bien. Qué horrible condena compuesta por dos palabras. A la mañana siguiente no me encontraba bien. Con un dolor de cabeza que me recorría los ojos hasta los dientes, no me encontraba bien. Las llamadas perdidas del trabajo, el desastre e...