Llegada no planeada pt.2

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Las dos estaban en silencio, bueno una estaba concentrada devorando su desayuno y sirviéndose por segunda vez café, la otra la miraba por ratos entre divertida y asombrada por la rapidez que comía y claro más que nada porque no se atoraba, aunque ya estaba acostumbrada.

Hasta que Emma decidió darle pausa su deleite por un momento, mirando hacia su hermana que la miraba con cierta confusión por no seguir comiendo (aunque casi ni comida había) y aclarándose la garganta comenzó a hablar, con cierta sospecha cabe aclarar.

-Mmm y porque estás tan atenta el día de hoy?- Pregunto Emma, viendo que Atenea fruncía su seño, se apresuró a agregar- No es que me queje ni nada, porque está muy rico, solo que solemos cocinar las dos o salir a comer desayuno, ya que las dos sabemos que no se nos da.... ya, ya, que no se me da muy bien cocinar ni nada de eso.... En fin, me estoy desviando el punto, es que, porque cocinaste tú hoy? Cómo si fuera un día especial... Acaso es tu cumpleaños????? No, no puede ser, me hubiera acordado, no?? Ay, no qué mala hermana soy como no me voy a acordar que es...- Comenzó con su vomitó verbal.

Atenea rápidamente la interrumpe antes de que siga.

-No, no, no Emma, no es mi cumpleaños, solo qu-

Emma la interrumpió de nuevo más preocupada.

-¿Qué? Como que no es tu cumpleaños?.. ¿Entonces se murió alguien?... ¿¡¡Quién?!!
¿No puede ser, no me digas se murió la Señora Julita, no es que me caiga bien porque era muy chismosa, pero era una persona no? Aunque apuesto que habrá dejado una gran herencia porque parecía que tenía su propia empresa de chisme con todos los que inventaba o fue...

Atenea de nuevo la interrumpió antes que siga divagando.

-Nooo!, la señora julia está bien, mal de la cadera, pero bien- Atenea le respondió tranquila.

-Qué?, bueno, aunque hubiera podido ser con la edad que tiene esa señora, parece más vieja que nosotras dos juntas y todavía va a sus reuniones con las otras ancianitas...

Atena nuevamente la interrumpió.

-Emma, no me ibas a preguntar algo?-

-O sí, verdad, ahora Nea, que se debe el placer de comer tus deliciosos panqueques quemados?- Emma, pregunto levantando su taza de café sin pena, llamándola por su apodo favorito, uno de los tantos, aunque no todos del agrado de su hermana mayor.

Atenea decidió ignorar lo ultimo, para por fin responder.

-Nos vamos a mudar- Soltó.

Emma, que estaba tomando café, lo escupió.

-¿!! Queee?!! -

-Si Emma, nos vamos hoy en la noche- Dijo Atenea 

-Pero, pero porque si me asegure de que no nos rastrearan... Encima puse un hechizo de protección, no nos pueden encontrar - Dijo Emma confundida.

-La verdad no sé cómo, pero nos localizaron. Ayer en la tarde que estaba de camino a la casa luego de hacer las compras y vi unos hombres que me comenzaron a perseguir, pensaron que no los había visto, pero logre confundirlos mandándolos en dirección contraria. Por eso, llegue tan agitada - Explico tranquilamente.

-Yo ya hice mis maletas, ya encargue a alguien la casa y me encargue de los vuelos con otras identidades, solo faltas tú-

Emma, estaba en shock, pues si recordaba a verla visto llegar en la noche media fatigada, pero prefirió no preguntar, ya saben mejor no saber a q sus oídos vírgenes escuchen cosas desagradables pero, que después de siglos las encontraron de nuevo, le chocó un poco.
No iba a negar que se llegó a encariñar con las personas de allí, como de los niños pequeños de la escuela al cruzar la calle que siempre la saludaban o jugaban con ella cuando iba a los voluntariados en la escuela(y le "invitaban de lonchera" ), del gatito de la esquina al cual siempre le dejaba comida por las noches o la señora Julita porque aunque sea muy chismosa y renegona le agarro cariño, en definitiva no quería irse, pero no le diría no a su hermana.

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Se encontraba cerrando su última maleta, pues tenía varias cosas.
Una vez acabó se dispuso a revisar todas sus cosas, más q todo para que no falte lo esencial
Como sus audífonos, libros, ropas específicas, cassette, laptop, una que otras distracciones y lo último pero no menos importante reservas de café.

Bajando las escaleras de dos en dos se encontró con su hermana terminando de arreglar la casa para irse.

-Atenea ya estoy lista, las maletas ya las envíen o bueno ya aparecieron aya- Emma le decía a Atenea

- y se puede saber si enviaste todas mis maletas si ni siquiera te dije cual eran mías? - Le respondió Atenea un poco sería.

- Uhh mm no eran las q estaban en el pasillo o las del sótano? Aunq pensándolo bien porq lo pondrías hay? Bueno la cosa es q algo va a llegar- contestó Emma sin preocupacion.

-Que?? - medio grito Atenea
Emma no sabe ni como, pero juraría haber visto a Atenea voltear su cabeza como el exorcista.

-  Ssi, tu no te preocupes - sin más salió disparada nuevamente para su cuarto no queriendo ver la cara de su hermana.

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Decidieron hacer escala de Seattle a Forks y después llegarían a la nueva casa con un hechizo de teletransportación.

Ya en el aeropuerto recordó como fue su despedida, aunque la más dolorosa fue con los niños, pero dentro de unos años los visitaría.

Le habían dejado la casa a cargo de la señora Julia, y esta, aunque parecía que no le importara que se vallan, les regalo una torta de chocolate y una tartaleta de limón que decía lo contrarió.

Una vez en el avión, mirando por la ventana, le dijo adiós a Virginia.

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