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Uno

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Uno..

Dos...

Tres...

Una puntada a la vez, mientras los hilos entraban en la tela y formaban un patrón de un bordado bastante fino, adornando la chaqueta que tenía entre sus manos, disfrutaba de la paz, el silencio de su habitación, acostumbrado a eso porque pasaba más tiempo solo, que acompañado de su familia. Más bien dicho de su hermano porque no salía caso nada con él, casi nunca estaba, porque quería aprovechar el máximo tiempo con su pareja antes de que esta se fuera a una vuelta por el mundo, ya que había conseguido un buen contrato, estaba bien le gustaba la soledad de cierta manera, ya se había acostumbrado a las cosas como esas, con sus audífonos de diadema a todo el volumen, sostiene un tararear que sigue el ritmo de las canciones.

Los usaba muy a menudo, los audífonos. Era algo que acostumbraba de alguna manera. Su aislante del mundo con alguna melodia que pocos solían oír. Porque sus gustos eran un tanto diferentes a lo que la mayoría acostumbra, disfrutando de la música con un significado más especial, cuando las melodías de los párrafos te cuentan alguna bonita historia. Así debería sentirse escuchar una canción.

Y todo es paz hasta que escucha el portazo de la casa tan fuerte que inclusive el ruido paso a través de sus aparatos, es ahí cuando da un salto y aparta un poco el cojín de su oreja, notando como ahora el ruido en la sala es aparente, sabiendo que, si hogar ya no está solo, así que sonríe. Guarda la libreta donde dibujaba ese hermoso vestido de color durazno, apaga la música, se estira cuando se pone de pie del escritorio y acomoda los mechones rebeldes lilas detrás de su oreja.

Abre la puerta y sale por el pasillo guiado por el ruido que hay en el lugar, conducido hasta la cocina. Entonces los ve discutiendo y a la vez no, el chico rubio bajito haciendo escándalo como ya era su costumbre mientras su hermano mayor le sonríe y molesta más para hacerle perder la paciencia.

—Kenchin eres un idiota... —Le suelta mientras gira la cabeza, notando su presencia—¿Ah aun vives aquí Mitsuya?

—Hola Mikey —Se ríe, arrugando momentáneamente la nariz ante el uso de su ahora apellido, no le gusta pero no puede hacer nada con él.

—Pensé que estabas dormido—Me suelta Draken mientras termina de guardar mi cereal favorito en una de la gavetas de la cocina.

—No, aun tengo que resolver lo del cambio de curso en la universidad —Me encojo de hombros sentándome en uno de los bancos altos de la barra de centro con Mikey.

—No estudies, mejor vende droga —Me dice él.

—Mikey deja de darle ideas, porque es muy capaz de tomarlas —Ambos nos reímos, la verdad mala idea no es, es un negocio próspero, pero no se esquivar balas.

—Que amargado Kenchin —Se cruza de brazos—¿Cómo puedo estar comprometido con alguien tan amargado?

—Te daré una pista —Draken le sonríe —Empieza con Pe...

MI ASIGNATURA PENDIENTE (HAKKAI X MITSUYA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora