Los pasillos de la Universidad Nacional resonaban con el murmullo de estudiantes que se dirigían a sus clases. Julián caminaba con su mochila al hombro, su mente absorta en los mundos de los libros que tanto amaba. Su pasión por la literatura era su refugio en medio de la agitación del campus. Mientras hojeaba un libro, tropezó con algo suave y cálido.
-“Oh, lo siento”, murmuró Julián, levantando la mirada para encontrarse con unos ojos azules llenos de sorpresa.
-“No te preocupes”, respondió Valeria, su voz suave y melodiosa. Recogió los papeles que habían caído de su carpeta y le dedicó una sonrisa tímida. - “Tendría que haber mirado por dónde iba”.
Julián no pudo evitar sonreír también. - “Supongo que los libros tienen la extraña habilidad de hacernos perder el contacto con el mundo real”.
-“Definitivamente”, estuvo de acuerdo Valeria, mientras recogía algunos de sus libros que también habían caído. - “Por cierto, soy Valeria”.
-“Julián”, respondió, extendiendo la mano. Se estrecharon las manos con una sensación de familiaridad, como si el encuentro hubiera sido algo más que una casualidad.
-“Veamos si podemos llegar a tiempo a nuestras clases”, sugirió Valeria, ajustando su mochila.
Ambos comenzaron a caminar juntos por los pasillos, compartiendo sus horarios y risas sobre situaciones típicas universitarias. A medida que conversaban, se dieron cuenta de que tenían más en común de lo que habían imaginado. Julián habló apasionadamente sobre sus autores favoritos y Valeria compartió su amor por la música clásica.
-“¿Y qué te trae a la universidad?” preguntó Valeria con curiosidad genuina.
-“La literatura”, respondió Julián con una chispa en los ojos. - “Sueño con ser escritor algún día. Escribir es como crear mundos propios y explorar emociones de una manera única”.
-“Es una forma hermosa de expresión”, asintió Valeria. - “Y yo sueño con ser violinista profesional. La música tiene el poder de transmitir sentimientos que las palabras no siempre pueden capturar”.
A medida que compartían sus sueños y pasiones, se dieron cuenta de lo natural que era su conversación, como si se conocieran desde siempre. Las horas pasaron volando mientras exploraban los jardines del campus, debatiendo sobre autores y compositores, intercambiando ideas y perspectivas.
-“Espero que esta conversación no sea solo un encuentro casual”, comentó Julián con una sonrisa sincera.
Valeria miró fijamente sus ojos y asintió. - “No lo creo. Siento que hay algo especial aquí”.
Al caer la tarde, se encontraron a sí mismos en un rincón tranquilo del campus, el sol dorado arrojando una luz cálida sobre ellos.-“Es curioso”, comenzó Valeria con un tono pensativo. - “Aunque venimos de mundos muy diferentes, parece que nuestras pasiones nos conectan de una manera única”.
-“Creo que las pasiones y los sueños son los lazos más fuertes que pueden unir a las personas”, reflexionó Julián. - “Y me siento agradecido por haber tropezado contigo hoy”.
Valeria sonrió, una sonrisa que parecía llenar todo el espacio entre ellos. - “Yo también lo estoy. Creo que este es solo el comienzo de algo extraordinario”.
Y así, en medio de las páginas de libros y las notas musicales, Julián y Valeria comenzaron un capítulo inesperado en sus vidas. Un capítulo que trascendería sus diferencias y desafiaría a las fuerzas que intentarían separarlos, tejiendo un romance que estaría marcado por misterio, pasión y el poder transformador del amor.
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Entre enigmas
Romancese desarrolla en el escenario de una universidad, donde los destinos de Julián y Valeria se entrelazan desafiando barreras sociales. Su amor florece en secreto mientras enfrentan un enigma ancestral que amenaza con separarlos.