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Hyunjin se quedó con Jeongin y empezó a llorar y Jeongin solo lo consolaba.

No podía creer que el amor de su vida se había ido sin decir una sola palabra, sin explicarle por qué lo abandonó, si un día antes se prometieron casarse, no lo podía creer...

Hyunjin se la paso llorando toda la tarde por su amado, ya era noche y Jeongin se tuvo que ir, y Hyunjin solo se acostó a dormir, sus ojos estaban rojos e hinchados, ya no podían sacar lágrimas, así que solo durmió, para ya no tener que soportar todo el dolor.

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-Félix, tienes que salir de tu habitación, ¡vamos!- dijo la señora Lee detrás de la puerta

-¡¡No me dirijas la maldita palabra!!-

La señora Lee suspiro y se fue. Mientras que Félix estaba mal, estaba llorando, estaba preocupado por como iba a reaccionar su amado. Así que tomo su celular y llamo a Hyunjin.

Hyunjin dormido se despertó y miro quien lo llamaba y rápidamente contesto.

-Cariño, ¿dónde estás?, ¿Por qué no contestas mis llamadas?, ¿Estás bien?-
Dijo el mayor con mucha preocupación pero a la vez aliviado de que por fin sabía algo de su rubio

-Hyunjin, perdóname... Mis padres me obligaron a irme con ellos, yo... No pude hacer nada...- dijo el pequeño llorando

Hyunjin odiaba que le hicieran llorar a su amado, y en ese momento que el le contó eso, se formó un odio inmenso hacia los padres les pequeño rubio, pero en ese momento solo quería saber de su pequeño.

-Esta bien cariño, creeme que iré por ti- dijo el pelinegro aún más calmado

-No se bien dónde estoy, pero creo que es Estados Unidos, de verdad me enteré cuando ya tenían mis maletas preparadas- dijo el rubio tratando de calmarse

Se quedaron toda la noche hablando, se sentían mal por estar lejos, pero al menos sabían lo que era del otro.

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Mi Lindo RubioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora