"Happy Birthay, Cassie" [FNaF SB Ruin]

🐾🐺 Final 🐺🐾

Cuatro años después...

En ese momento, su mente se debatía entre lo que realmente buscaba hacer. Un intenso debate interno surgía en su interior, cuestionándose nuevamente por qué se encontraba en aquel lugar. ¿Cuál era su propósito? Podía llamar a la policía con facilidad.

—Cassie.

Esa voz.

Tan familiar. La había escuchado antes, sin lugar a dudas. Su rostro giró en todas direcciones, tratando de ubicar a la dueña de esa voz tan reconocible.

—Cassie...

La joven encendió su linterna y escudriñó entre las sombras de las paredes. Hasta que finalmente la vio.

—Bienvenida, Cassie.

Un nudo se formó en la garganta de Cassie, acompañado de una oleada de nostalgia. Había pasado mucho tiempo, pero recordaba perfectamente el impecable estado de su antigua amiga animatrónica. Luchó por contener las lágrimas que amenazaban con escaparse.

—¿Me recuerdas? —en su interior, Cassie se derretía emocionalmente.

¿Cómo había llegado a este punto? Aquel rostro que en otro tiempo estuvo iluminado y lleno de vida ahora era una figura aterradora, sin ojos, sin labios, ninguna parte de su cuerpo completa. Partes de su endoesqueleto quedaban expuestas, revelando su verdadera naturaleza como un robot. Un robot que luchaba en contra de ser aplastado por el peso de un automóvil.

Cassie se colocó la máscara de Vanny, dando la ilusión de ver a una Roxanne completamente restaurada. Así es como Cassie deseaba volver a verla; feliz, en perfectas condiciones.

—Tu día. Me acuerdo de... tu cumpleaños —comenzó Roxanne. Sus párpados se achicaron, formando una sonrisa entre su hocico ilusorio.

Cassie tomó la mano deteriorada de Roxanne, con los ojos cristalinos.

Regresar a escuchar la voz de Roxanne despertaba en Cassie una avalancha de recuerdos, momentos inolvidables, memorias entrañables. Sin embargo, la realidad de que todo eso había quedado en el pasado durante varios años le provocaba un profundo dolor en el pecho que resultaba difícil de describir. Aún mantenía la nostalgia de volver a ver a su mejor amiga, la única que estuvo a su lado durante tanto tiempo, especialmente en ocasiones especiales como su cumpleaños.

—¿Sigues disfrutando del pastel de zanahoria? —Roxanne adoptó un tono de voz más relajado, impregnado de nostalgia—. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos.

Estas palabras evocaron una pizca de tristeza en el corazón de Cassie. Se mordió el labio, incapaz de encontrar las palabras adecuadas para responder. Aunque se sentía profundamente entristecida, sabía perfectamente lo que Gregory le había ordenado hacer.

Roxanne continuó hablando, pero Cassie apenas prestó atención a sus palabras. Sacudió ligeramente la cabeza y dirigió su mirada hacia su amiga animatrónica, ahora atrapada y visiblemente dañada.

—¿Has reservado tu fiesta?

La palabra "fiesta" resonó en la mente de Cassie. Fiesta de cumpleaños. Se rememoró el día en que conoció a aquel animatrónico brillante. ¿Cómo olvidar aquella ocasión? Fue cuando tuvo una verdadera amiga que le enseñó a descubrirse a sí misma, a divertirse y a apreciar su propia belleza. Sin embargo, en esta ocasión, no tenía planeada ninguna fiesta.

—Seguro que tus amigos vienen esta vez —Roxanne sonrió, llena de esperanza. Cassie no creía eso, no tenía más amigos que Gregory, y su padre había muerto hace mucho tiempo. Dejó escapar una sonrisa triste.

¿Realmente era consciente de lo que estaba a punto de hacer? ¿Estaba dispuesta a seguir adelante con ello? Cassie miró el dispositivo que sostenía en sus manos, llenándose de dudas por un momento. No tenía tiempo para pensar ni para evocar los buenos momentos que había compartido con su amiga robot. El tiempo era algo escaso y debía actuar de forma rápida y contundente.

No podía hacerle eso. No quería hacerlo. No podía.

¿Por qué traicionar a Roxanne? Ella fue la única que siempre estuvo a su lado cuando más la necesitó. ¿Por qué, entonces, convertirse en la villana y traicionar su amor y amistad? Cassie nunca imaginó que se convertiría en aquella amiga que abandonaba a los demás por su propio placer. Era como aquellos amigos que nunca asistieron a su propia fiesta de cumpleaños.

¿Placer? No. No era por placer. Tenía un amigo en riesgo. Gregory corría peligro, y si no desactiva a Roxanne, él no escaparía.

"Es un robot, es un robot, es un robot. Sólo un robot. Una máquina" Intentó repetirse Cassie para sí misma, con los ojos hechos un río. Roxanne notó esto y se confundió.

No puede hacerle eso a Roxanne, ella era su amiga.

Pero, Gregory también lo es. No podía dejarlo de lado por un... robot.

—Lo siento, Roxy —se disculpó con la voz quebrada, con lágrimas resbalando de sus mejillas—. En serio lo siento.

Esa animatrónico con la que pasó tantos momentos, esa que la ayudó en su fiesta de cumpleaños y la animó cuando nadie estuvo ahí, debía ser apagada.

—Cassie... ¿Qué estás haciendo?

El sonido ensordecedor de un estallido retumbó en el aire, seguido por una voz estática que irrumpió violentamente. Roxanne sintió una oleada de dolor agonizante recorrer todo su sistema, un tormento que parecía imbuido de la traición de sus propias palabras. Cada frase que le había dedicado a Cassie resonaba en su mente, envuelta en un velo de tristeza y remordimiento.

El puño de Roxanne se estrelló con impotencia contra la fría superficie del automóvil cercano, reflejando el remolino de emociones que la consumía en ese momento. Cada golpe parecía ser un eco de las palabras que había pronunciado con tanto amor y esperanza a Cassie en ocasiones anteriores, como aquel inolvidable "Feliz cumpleaños, Cassie". Aquellas palabras que ahora, en medio de la angustia y el dolor, adquirían un significado más profundo y doloroso.

La castaña lanzó la máscara de Vanny lejos y se tumbó a un lado de la animatrónico desactivada, derrotada, y con un llanto descontrolado. Su voz, rota.

—¡Perdóname, Roxy!

Se abrazó a sí misma con desesperación, sintiendo el vacío abrumador de la soledad mientras contemplaba el endoesqueleto apagado y sin vida frente a ella. El peso de la derrota parecía aplastar su espíritu, recordándole que ahora estaba sola en un mundo desolado. Todos los momentos compartidos, todas las promesas de un futuro juntas, se desvanecían en el olvido.

En un suspiro silencioso, Cassie comprendió que el pasado que compartieron se desvanecía lentamente, colapsando de a poco. Las risas, las esperanzas y los sueños quedaban relegados a meros recuerdos, mientras ella se encontraba perdida en un abismo de soledad y angustia. Un torrente de emociones la invadía, recordándole la fragilidad de los lazos que una vez creyó inquebrantables, ahora convertidos en mero polvo en el viento.

—Perdóname...