𝐋𝐀𝐒 𝐂𝐀𝐑𝐓𝐀𝐒 𝐃𝐄 𝐔𝐍𝐀 𝐂𝐎𝐍𝐂𝐔𝐁𝐈𝐍𝐀

チェリーリップス

Se escuchaban grandes pisadas, sandalias impactando con el piso demostrando su enojó y desesperación, toji no estaba nada contento con lo que pasó en la junta, sentía tanto peso encima de el, tantas miradas,tantas opiniones, tantas emociones

Quería acabar con su existencia en ese momento, todos querían algo perfecto de el, todos querían que fuera el próximo heredero, el protector del clan

Pero ... ¿Qué había de lo que él quería?

¿Dónde estaba el aire fresco con el que tanto soño? ¿Dónde están los girasoles en los que puedes correr sin preocupaciones?

───Mierda...──Toji susurro al momento en el que cayó al piso, su humor empeoró, primero una junta dónde fracaso, ahora haberse chocado con alguien ¿Qué más le faltaba?

───Oh ... ¡Oye fija- ──Naoya se quedó sin palabras al ver de quién se trataba, se quedó congelado sin saber que hacer o decir, sentía tantas mariposas en el estómago

───Oh, eres tu naoya──Toji se dió cuenta de con quién chocó, no pensaba reclamarle ni nada por el estilo, era al único que soportaba en ese clan

Toji soltó un suspiro mientras se levantaba del suelo, sacudió su yukata con molestia, dejando salir pequeñas frustraciones de sus labios, miro por un momento a Naoya quien todavía estaba en el piso sin saber que decir

──Más te vale levantarte del piso si no quieres que el saco de polvo te vea──Toji dejo salir un tono severo mientras le extendía la mano a Naoya

──Eh? ¡Oh, si! Gracias toji──Naoya aceptó con gusto la mano de toji

Al momento de que ambas manos se tocaran, un escalofrío recorrió a ambos, era un escalofrío que ningún momento de su vida había sentido, era algo tan vergonzoso pero lindo, era algo tan confuso para ambos

──Me tengo que ir, hasta luego toji─Naoya dijo eso tan rápido cómo pudo, puso su abanico en su rostro, solo dejo ver la mitad de su rostro, solo sus lindos ojos amarillos

De inmediato salió corriendo tan rápido cómo pudo, a toji no le dió tiempo reaccionar, cuando lo hizo, solo quedaba el eco de las sandalias impactando contra el piso hecho de madera

Ahora sí estaba solo, en un pasillo en dónde apenas daba la luz del sol, nadie lo acompañaba más que el viento

──Este día está cada vez más raro──Toji se rascó su nuca con pereza mientras iba a sus aposentos, nunca se preguntó por la presencia de naoya en ese pasillo, naoya no debía estar allí, no había nada que lo llevará hasta allá

Ese pasillo solo daba a un lugar, la habitación de toji ¿Por qué naoya estaría allí? ¿Por qué estaba solo? ¿Por qué se puso tan nervioso ante su presencia? Bueno, son preguntas que en ningún momento pasaron por la cabeza de toji, solo quería descansar

Sus pisadas se escuchaban sin emoción, la puerta corrediza fue abierta de golpe mientras el bajaba la mirada al piso, quería descansar un poco más

Pero el destino lo sorprendió una vez más, había una carta, una carta de su admirador misterioso, parece que seguía en el clan zenin, se agachó hasta a una altura considerable para tomar la carta, la abrió sin ningún tipo de cuidado