Incluso en un mundo donde la muerte a manos de seres nocturnos despiadados podría considerarse algo común, el amor, pese a lo contradictorio que suene, también lo es.
Claro, pero no siempre es como la mayoría lo piensa... A veces es inesperado.
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Lo más aburrido de ser un demonio, más encima siendo la primera Luna Superior, es que al ser tan poderoso, cualquier práctica o entrenamiento se tornaba monótona.
La única emoción que podía sentir en un combate era cuando se encontraba con un Pilar, y sólo con uno relativamente fuerte. Eso o con otra Luna Superior, pero con estas últimas también se aburría al ser ya muy predecibles.
Estaba comenzando a impacientarse ¿su única emoción era el combate y ahora éste también se volvería aburrido?
Imposible.
Esos eran los pensamientos que lo invadían mientras caminaba por los largos pasillos de la Fortaleza Infinita. Al menos antes de oír esa peculiar melodía.
Un cálido y suave sonido... Una Biwa. Pudo reconocer el instrumento. Sonaba de tal manera que parecía que viniera de todas partes, tal vez así era, estaban en la Fortaleza después de todo.
El demonio de seis ojos trató de seguir la melodía en una sola dirección, con su mente un poco más tranquila tal vez producto del sonido del instrumento. Mantuvo su paso recto ya teniendo una idea de quién podía ser el emisor de tal música.
Nakime.
Y no se equivocó, después de un medianamente largo andar dió con ella, la elegida a ser suplente de la Cuarta Luna Superior se encontraba allí, arrodillada tranquilamente y muy concentrada en lo que hacía, su expresión impasible y su flequillo tapando la mitad superior de su rostro la hacían ver más seria de lo que era.
Kokushibo no lo pensó mucho y con cuidado se sentó cerca de la demonio para poder contemplarla mejor sin distraerla. Después de un tiempo ella igual lo notó al emanar un olor a la sangre de Muzan tan grande, pero no dijo nada y sólo lo dejó estar ahí.
La Primera Luna Superior miraba en silencio todo lo que la mujer hacía, él no opinaba ni se distraía, sólo le prestaba atención a ella. Y de tanto prestarle atención se percató de detalles en Nakime que anteriormente no había notado. Pudiendo así apreciar con más exactitud la belleza de la demonio frente a él.
Ahora su única emoción no estará sólo durante el combate.
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