9- Humillar en público

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Tefnut y Shu habían ido de visita al palacio real, así que no podían hacer más que recibirlos con un rico almuerzo al aire libre, rodeados de arena.

— Nos alegra mucho que estén aquí. —Agradeció Isis.

— No es nada, sólo queríamos pasar a saludar. —Respondió Tefnut.

— Y dejar un regalo, felicidades por tu embarazo, Isis. —Agregó Shu.

Y la conversación siguió tranquilamente.

No tardaron en darse cuenta de que los sirvientes no habían llevado las copas del vino que beberían en ese momento, así que Neftis pidió permiso para levantarse e irlas a buscar por su cuenta.

Seth estaba aburrido, no solía participar mucho y la verdad no le veía propósito a esa reunión —Ni siquiera quería ir, Osiris lo obligó—.

Se puso a pensar cómo podía entretenerse o hacer las cosas ligeramente más divertidas. Mucho pasaba por su mente hasta que su mirada se dirigió a algunos adornos del sitio.

Parte de los adornos de entorno eran algunos jarrones grandes llenos de plantas, la parte baja de los jarrones estaba rodeada por pequeñas piedritas movibles que formaban un círculo a su alrededor.

Entonces tuvo una idea.

Aprovechando sus dotes, Seth hizo soplar una pequeña tormenta de arena justo cerca de uno de los jarrones haciendo que las piedras se alejaran y se esparcieran por el suelo.

El mismo suelo por el que pasaría su esposa.

Cuando esta llegó, llevaba consigo una bandeja con varias copas, pero no vió la piedras que estaban en su camino así que tropezó.

Derramó todo, y parte del líquido quedó derramado sobre ella también.

Seth aguantó la carcajada al ver que nadie más se reía —y que en cambio, Isis había ido a ayudar a su hermana—, pero no pudo evitar reírse por lo bajo, cosa que la faraona notó.

Isis comenzaba a sospechar de Seth.

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Fuera de Servicio/Violentómetro (NetfisXSeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora