Capítulo 28

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Hola chicos! Último capítulo de esta historia... muchos me pidieron que me concentrara en la luna de miel y sus pedidos son órdenes... aquí les va.

No olviden regalarme sus comentarios y a ver qué les parece.

Un abrazo.

R.

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Capítulo 28

See The Pyramids

Along the Nile

Watch the sun rise

On a tropic isle

Just remember darling

All the while

You belong to me...

You belong to me / Bob Dylan

Emmett POV

Una vez que se fueron todos los invitados nos encontramos solos Bella y yo en nuestro cuarto. Bella fue a cambiarse al baño y yo me quedé parado como un idiota en mitad de la habitación.

Desvestirme... Ok, eso es lo que tenía que hacer.

La esperaría completamente desnudo o me dejaría los boxers puestos?

Agh! Odié esta formalidad. Generalmente simplemente uno se lanzaba sobre el otro y nos desvestíamos mutuamente rasgando la ropa.

Pero esta era una noche especial. Esta noche era nuestra noche de bodas, la consumación de nuestro matrimonio, y quería hacerlo bien.

Decidí esperarla en mis boxers y colgar el traje en el closet mientras esperaba.

Y me recosté en la cama a esperar... qué demonios le estaba tomando tanto tiempo? Me empecé a poner nervioso... Quise prender la tele pero no quería que ella me encontrara viendo tele cuando por fin apareciera.

La esperé inmóvil hasta que por fin la puerta del baño se abrió, revelando a contraluz la silueta perfecta de mi esposa. Mi semi erección se transformó en una erección completa. Pero cuando realmente me sorprendió fue cuando apagó la luz del baño y pude notar que usaba un conjunto negro sexi como el demonio de algo transparente, un par de braguitas de infarto y unos tacones de aguja que gritaban "cógeme".

Por unos segundos los dos nos miramos sorprendidos y luego hambrientos. Y entonces no pude más y me lancé contra ella.

Pero Bella fue más rápida y se movió hacia el otro extremo de la habitación.

-Tsk, tsk, tsk... -Dijo con una sonrisa seductora –Tienes que esperar a que yo te dé permiso para tocarme.

-No Bells, ahora eres mía, recuerdas? –Le dije con una sonrisa, acechándola, preparándome para volver a atacar.

-Recuéstate en la cama y deja de ser un niño o no me vas a poder tocar esta noche –Amenazó.

-Bells... -Rogué dando unos pasos en su dirección. Diablos! Estaba tan caliente que casi caminaba torcido!

-Emmett! –Dijo ella como una orden.

Silenciosamente me dirigí a la cama y ella se acercó tras de mí. Una vez que estuve recostado en la mitad de la cama ella se acercó y me ordenó poner mis brazos sobre mi cabeza. Yo obedecí sin más, hipnotizado por su belleza, su figura, su atuendo, su olor... mierda, ese aroma...!

Bella se sentó a horcajadas sobre mi pecho y se inclinó hacia el cajón de su velador, del cual sacó dos pares de esposas. No de juguete, esposas de verdad. No es que no las pudiera romper si quisiera, pero era putamente sexi pensar en ser esposado mientras mi esposa hacía quién sabe qué conmigo.

El Crepúsculo de EmmettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora