Odio.

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Bandit Heeler de profesión arqueólogo, era el mejor en su trabajo. Gracias a él es que habían hecho descubrimientos totalmente revolucionarios para la raza canina. Sus jefes estaban orgullosos del arduo trabajo que hacía.

Todo iba bien hasta el día que llegó un nuevo elemento a su lugar de trabajo. Era un Pitsky de pelaje negro y blanco con unos fríos ojos azul claro. Todos lo veían con cierto recelo ya que era un perro mestizo. Todos excepto Bandit Heeler.

Bandit apoyaba a Brandon en todo lo que necesitaba sin saber que era lo que pasaría en un futuro inmediato.

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Bandit había salido del país junto con Brandon a realizar un trabajo que le habían dicho que tenían que hacer en una zona boscosa de Sudamérica.
Bandit quería mostrarle a Chilli y a la pequeña Bluey y a la recién nacida Bingo todo lo que había descubierto, quería que se sintieran orgullosas de él.

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Brandon le llamó a su esposa solo para encontrar que lo estaba engañando con su mejor amigo en su país, Ecuador, esto llenó de rabia a Brandon. Cómo era posible que le hiciera eso?

Su esposa era una Corgi de 23 años, 5 años menor que él y a quien amaba con todo su corazón, pero el descubrimiento de su engaño había hecho que en su corazón se empezara a acumular un enorme resentimiento contra el mundo, resentimiento que culminaría en un arrebato de ira en la cual una familia entera sufriría por ese sentir.

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Al día siguiente, Bandit y su equipo de arqueólogos estaban en las ruinas que investigaban cuando encontraron un objeto bastante antiguo que despertó la curiosidad de todos.

Bandit habló con su jefe sobre el descubrimiento.

-Buen trabajo señor Heeler, usted es una pieza fundamental para nuestra empresa.- dijo el jefe.

Brandon escuchó esto último mientras que su mente se llenaba de más pensamientos negativos, su corazón se llenó de rencor hacia Bandit, todo en él le recordaba de cierta forma que su vida era una completa basura. Odiaba que Bandit tuviera una hermosa familia con una amorosa esposa y dos niñas encantadoras.

Este rencor le hizo hacer una locura que sería completamente irremediable.

"Debe sufrir como yo he sufrido!"

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Bandit regresó a su casa un mes después, estaba muy cansado pero feliz porque volvería a ver a sus hijas y a su amada esposa Chilli.

-Hola cariño, he regresado.- dijo Bandit mientras le daba un beso en la frente a Chilli.

-Hola mi amor, espero que te haya ido muy bien en tu trabajo.- dijo Chilli.

Bandit procedió a darle cada detalle de todo lo que había hecho en su estadía en Sudamérica y del descubrimiento que realizó. También le contó sobre Brandon y como él le había comentado sobre como le iba en su vida.

Si situación era triste y complicada pero no había nada que Bandit pudiera hacer. Solo esperaba que encontrara una forma satisfactoria de resolver sus asuntos.

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Eran la 10 de la noche, Bandit y Chilli se prepararon para dormir, colocaron a Bingo en su cunita y a Bluey en su recamara junto a la de ellos en una pequeña cuna.

Chilli le dió un besito en la frente a Bingo y le puso su móvil a tocar una tranquila canción de cuna.

-Recuerda que siempre estaré aquí para ti, aunque no puedas verme, porque te amo.- le dijo Chilli a Bingo mientras cerraba la puerta.

Chilli ignoraba que nunca volvería a ver a Bingo, que no estaría ahí para ella.

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A las afueras de la casa de los Heeler, Brandon se encontraba sosteniendo una botella de cerveza en una mano mientras observaba la casa de los Heeler, observó como apagaban las luces para irse a dormir. Era el momento adecuado para vengarse de una vez por todas de Bandit. En su mente, Bandit era el malo del cuento.

-Muy bien *hic* es hora de que sufras, Bandit Heeler.- dijo Brandon.

Entonces regó gasolina en los alrededores de la casa y encendió un fósforo y lo arrojó a la gasolina.
El fuego se propagó rápidamente, empezó a consumir la casa. Brandon se alejó rápidamente mientras que en la casa de los Heeler se desataba el mismísimo infierno.

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Chilli despertó, un olor a quemado le llamó la atención por lo que despertó a Bandit.

-Bandit, despierta, rápido.- dijo Chilli con urgencia.

-Mmm, que pasa?-  preguntó Bandit, aún dormido.

-Las niñas! La casa se quema!- dijo Chilli.

Bandit por fin despertó completamente y se dirigió a la recamara de Bluey mientras que Chilli iba por Bingo.

La casa era un infierno, las llamas consumían rápidamente la madera, Chilli pudo bajar las escaleras a tiempo con Bingo en brazos.

Bandit también se dirigió a las escaleras para bajar con Bluey en sus brazos. Ya estaba por llegar al final cuando las escaleras cedieron ante las llamas.

-BANDIT!- gritó Chilli.

A lo lejos podía escuchar las sirenas de las ambulancias, gracias al cielo algún vecino había llamado a los bomberos, pero era demasiado tarde, el humo comenzó a hacer más difícil que Chilli pudiera salir de la casa, aparte aún estaba shockeada por lo que acababa de presenciar.

La casa comenzó a colapsar, la desesperación se apoderó del corazón de Chilli, cada instante era un minuto perdido. Un minuto que ella necesitaba.

-Todo estará bien mi pequeñita, todo estará bien.- dijo Chilli mientras abrazaba a Bingo.

Un ruido ensordecedor se hizo presente, la casa por fin cedió ante el fuego. Los bomberos no pudieron apagar el fuego a tiempo. Solo podían rescatar los cuerpos de la familia que había quedado atrapada en los escombros de lo que anteriormente era una hermosa casa.

Los bomberos encontraron a un Heeler Azul adulto con una Heeler azul en sus brazos. Ambos no tenían pulso. Una integrante del cuerpo de bomberos rompió en llanto, era su primer día de trabajo y lo primero con lo que se topó fué con una triste escena, un padre abrazando a su pequeña hija de 2 años.

-Aqui hay otros 2.- dijo uno de los bomberos.

Se acercaron cuidadosamente para proceder a sacar el cuerpo de una Heeler Naranja adulta la cual se encontraba abrazando a una Heeler Naranja de unos 6 meses de nacida.

La pequeña Heeler Naranja se encontraba llorando  pues todo lo que había ocurrido la había inquietado.

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Esa misma noche, Brandy Cattle se encontraba viendo una película en la sala de su casa cuando recibió una llamada.

-Es usted Brandy Cattle?- preguntó una mujer del otro lado de la línea.

-Si soy yo. Que se le ofrece?- preguntó Brandy.

-Es sobre su hermana.- dijo la mujer.

Brandy palideció y dejó caer el teléfono mientras se sentaba en el piso y se abrazaba las piernas mientras que rompía en llanto.

Brandy recibió la noticia de que su hermana, su cuñado y una de sus sobrinas habían muerto en un incendio.

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Mort Cattle se encontraba tomando un café mientras veía al horizonte cuando recibió una llamada.

-Papá?- dijo Brandy con la voz quebrada por el llanto.

-Que es lo que pasó?- preguntó Mort. -Que tienes?-

Mort escuchó lo que Brandy le dijo, no lo podía creer.

-No, no es cierto! Por favor dime que estás mintiendo!- dijo Mort.

Pero no era una broma, era real. La peor pesadilla de un padre se hizo realidad esa noche.

Mort Cattle había perdido a la menor de sus hijas junto a su yerno y a la mayor de sus nietas, todos en una misma noche.

Mami BrandyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora