Extra #2.

4.4K 469 24
                                    

Taehyung miraba divertido a Jungkook mientras sostenía a la pequeña Chaewon entre sus brazos y un Minjoon que fruncía el ceño en desacuerdo con lo que decía su padre.

—¿Pero por qué tienen que venir ustedes si me invitaron a mí?—Protestó, sin estar de acuerdo a lo que su padre decía.

—Cariño, pero si los padres de tu amigo nos invitaron también.—Taehyung despeinó el cabello de su hijo al pasar, dirigiéndose por un vaso de agua.

—¡Pero es la fiesta de mi amigo! ¿Qué dirán los demás al verme llegar con ustedes?

—Que tienes unos padres que solo buscan una sana convivencia y conocer a las personas que le estamos confiando la integridad de nuestro hijo.—Murmuró Jungkook mientras mecía a la pequeña entre sus brazos, haciendo muecas para hacerla reír.

—Solo irán a dejarme pasar vergüenza, solo quieren molestarme.—Se cruzó de brazos y puchereo, haciendo que Taehyung rodara los ojos por el gran parecido que tenía a Jungkook cuando no tenía lo que quería.

—Solo queremos comprobar que estarás bien, no quisiéramos molestar a los padres de tu amigo porque además dices que quieres quedarte en su casa para seguir jugando.

—Los padres de Taeyang son muy buenos, no tienen porqué dudar.

Los dos adultos soltaron un suspiro, su hijo estaba indispuesto por querer conocer los padres de su amigo en la fiesta de cumpleaños que le celebrarían a su hijo. Taehyung ya había conocido de primera plana a Jimin, le parecía un hombre agradable y en pocas ocasiones había tenido el honor de ver a Yoongi cuando recogía a Taeyang, en otras ocasiones se habían quedado los padres del uno al otro a esperar que los recogieran y era cuando coincidían e intercambiaban un par de palabras. Taehyung no tenía ningún problema con dejarlo ir, tampoco Jungkook, pero sentían cierto temor al apreciar como Minjoon ya quería salir de casa y quedarse en ajenas, si bien ya no era el mismo niño de cinco años que antes tomaba su mano para ir a la escuela, ahora era un hombrecito de nueve años que solo buscaba la aventura en su grupo de amigos.

—Prometo que no diremos nada malo de ti, solo comprobar que sus padres estén de acuerdo con que estés ahí y pases la noche y luego nos iremos, es todo.—Jungkook murmuró, sintiendo un calambre en sus brazos por cargar a la pequeña desde hace un rato atrás.

—¿Lo prometen?—Los miró con una expresión interrogativa, tratando de creer en sus palabras.

—¿Cuándo te hemos fallado, amor?—Taehyung le quitó a Chaewon de sus brazos y la meció contra su cintura.—Además, los padres de tu amigo me caen bien, ya hemos interactuado.

—¿Quiénes son? ¿Jimin y Yoongi?

Taehyung asintió.—Aunque pensándolo bien, tienen un segundo hijo casi de la edad de Cha, creo que se llama Seung, ¿O era Yeong?

Minjoon sonrió divertido al ver lo que quería hacer su padre, siguiendo su juego.—Oh, tienes razón, papá. Tienen un hijo de dos años, se llama Seung y es muy tierno, inclusive me dan ganas de tenerlo como hermano.

Y como si inclusive la pequeña Chaewon entendiera, aplaudió y soltó una carcajada, sacando de un trance a su padre.

—Minjoon, ¿Te parece si solo te vamos a dejar a casa de tu amigo y nos vamos? De preferencía yo te llevo y que tu padre y Cha se queden aquí.

—Ou, ¿Acaso alguien se está poniendo celoso?—Taehyung picoteó la mejilla de su esposo, divertido por su expresión.

No contestó, solo se cruzó de brazos en señal de disconformidad.—Nada que ver. Además, Chaewon aún está muy pequeña para pensar en esas cosas, solo está por cumplir dos años, no tengo nada de qué preocuparme.

—Que terrible mentiroso eres, mi amor.—Besó su mejilla y salió de la cocina, siendo seguido por Minjoon que se dirigía a su habitación y a Jungkook que los miraba de forma interrogativa.


(...)


Era de noche cuando Jungkook se resignó de que su hijo no llamaría para avisarle que lo recogiera. El día de la fiesta había llegado, y tal y como lo prometieron, solo se quedaron lo suficiente como para saludar y asegurarse que no habría ningún inconveniente con que su pequeño se quedara ahí. Jimin les había sonreído y dicho que no se preocuparan, si alguno quisiera regresarse a cualquier hora de la noche Yoongi se aseguraría de llevarlos sanos y a salvos.

—Buenas noches, mi princesa.—Taehyung arropó a su hija con cuidado y besó su frente.—Eres mi tesoro, que descanses bien y sueñes con los angelitos.

Jungkook sonrió enternecido y depositó un casto beso de igual manera sobre su frente, peinando su cabello fuera de su frente.—Descansa, cariño. Papá te quiere mucho, que duermas bien.

Ambos padres salieron de la habitación y caminaron hasta la sala donde se acurrucaron en el sillón, sintiéndose extraños al ser conscientes de que solo uno de sus hijos estaba durmiendo bajo su mismo techo y una realidad les pegó a los dos.

—¿Puedes imaginar cuando Minjoon se quiera ir de la casa? Cuando busque independizarse, probablemente que quiera ir a una escuela del extranjero o demasiado lejos de aquí, o cuando encuentre a esa persona con la que se quiera asentar.—Murmuró con desánimo Taehyung, observando todas las fotografías familiares colgadas sobre la chimenea.

—Pero para eso aún falta mucho tiempo, cariño. Quieras o no, inclusive pude ver indecisión en su cara cuando lo dejamos y nos fuimos de la fiesta, sí, tendrá que llegar ese momento en que él querrá irse pero ya estaremos más conscientes de ello, por ahora solo nos queda disfrutar todo el tiempo que quiera pasar con nosotros.

—Y Chaewon... Oh mi dios, Jungkook, siento que el tiempo está pasando tan rápido que no quiero que sigan creciendo, siento que fueron décadas desde que estuve esperando de Minjoon y luego de Cha, quiero aún tenerlos a mi lado y cargarlos, asegurarme que nada ni nadie les hará daño, pero es imposible, ¿No?

Jungkook envolvió con mayor fuerza su brazo sobre sus hombros y recargó su frente contra su sien.—Es imposible porque no podemos estar todas las horas del día a su lado, pero mientras nosotros podamos estar solo vamos a proporcionarles buenos momentos que atesoren, no importa la edad ni el día, solo con que tengan eso presente todo estará bien.

—Siempre los veré como mis pequeños, ¿Eso está mal de mi parte?—Cuestionó con un tono bajo, sintiéndose melancólico por toda la charla que estaban teniendo.

Negó sin despegar los labios de su sien.—Ellos siempre serán nuestros pequeños, no importa cuánto crezcan ni cuánto nos hagamos viejos, ellos lo seguirán siendo por siempre.

—Te amo, Kook. A estas alturas si no te tuviera a mi lado estuviera llorando desconsolado porque no sabría que decir, ni qué pensar.

Ambos sonrieron ante la confesión, particularmente él sintiéndose complacido.—Aquí me tendrás, no lo dudes.

Y con un nuevo anhelo en sus almas, dejaron escapar todos sus temores mientras se aferraban al otro y compartían la calidez que desprendía su hogar, deseando poder estar así siempre.

Love never felt so good | KVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora