Vegas intentó ponerse de pie de inmediato, Pete lo jaló de las manos antes de que este pudiera irse. Lo miró. Estaba furioso. Lo único que deseaba en ese momento era encontrar a esos dos imbéciles. Nadie, nadie en el mundo jugaba con Pete de esa manera, nadie y si esos dos hijos de puta se habían atrevido, pronto se arrepentirían.
―¡Vegas!― lo llamó Pete. Él solo lo miro. ―¡Por favor, cálmate! Me has prometido que no harías nada...― le dijo desesperado. Hizo que Vegas volviera a acostarse sobre el.
―No te he prometido nada― le dijo él. Sus músculos se tensaron. Al igual que su mandíbula. Era otro. Era el antiguo Vegas. Aquel que solo despertaba cuando alguien tocaba lo más preciado que tenía. Apartó la mirada.
―Vegas, por favor...― Pete le acarició el rostro. ―Por favor, te necesito, quiero que estés conmigo...
―Mira como estás...― susurró él. Apunto de salirse de control de nuevo. ―Joder, Pete estás temblando, tienes miedo...
―Estoy bien, mi amor― lo besó en la boca. ―Estoy bien, no me ha pasado nada.
―Suéltame― ahora fue él quién le pidió que lo hiciera.
―¿Para qué? ¿para que vallas y armes un caos por todo esto?
―Esto no va a quedarse así...
―Olvídalo por favor...― le rogó Pete. Vegas endureció la mandíbula. Pete no tenía ni un pequeñísima idea de como se sentía en ese instante. Le rodeó el rostro con sus manos, besándole la frente. Pete le abrazó la espalda, esta vez lloraba más fuerte. Ya no tenía miedo por el, por lo que hayan intentado hacer o hayan hecho. Si no por Vegas. Porque lo conocía. Porque sabía que podía ser muy peligroso cuando se lo proponía.
―Perdóname...― susurró Vegas, estampando de nuevo sus labios sobre la frente de Pete. Acarició su cabello, colocando el cuerpo de Pete sobre el suyo ahora. Enredaron sus piernas. ―Quiero que lo olvides ¿sí? nadie, nadie va a volver a hacerte algo jamás.
―Por favor, prométeme que no harás nada...
―Pete...― protestó él.
―Por favor. Por mí.
Él se quedó callado. Lo único que buscaba en ese momento era que Pete se durmiera entre sus brazos. Que lo olvidara todo. Absolutamente. Él no tenía nada que perdonarle. Simplemente las cosas se habían complicado otra vez.
―Te amo― susurró. ―Y estoy aquí para protegerte― dijo y cerro los ojos con fuerza.
Pete soltó una leve respiración sobre su cuello. Sintió que esta vez estaba más tranquilo. Necesitaba sentirlo así, como antes, aunque sabía que no lo lograría tan fácilmente. Y aunque lo hiciera, él no se olvidaría de lo que habían hecho con su novio.
Se habían atrevido a lastimarlo y eso en definitiva no se quedaría así.
―¿Sabes?― murmuró Pete. Una voz pequeña que sobresalió de ambos cuerpos. ―No sé por qué, pero he visto a Kim en aquella fiesta.
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¿Cómo una persona podía convertirse en lo más importante en tu vida? Una sola persona. Una, que no tiene nada de especial y diferente con las otras, a excepción de lo que piensas tú de ella. Una, que tiene muchísimo defectos. ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Cómo lo había hecho cambiar tanto? ¿Cómo un chico, diferente a él, lo había enamorado de esa manera? Y es en ese momento donde te das cuenta que las cosas más bonitas no tienen explicación. Que solo pasan. Pasan porque sí. Porque deben pasar. Y que lo único que te queda hacer a ti es defenderlas hasta el último segundo.
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I never wanna let you go •VegasPete•
Fanfiction"And why can't I quit when you break my heart open? I need you more than I know And I can't resist, when you're up against my skin I never wanna let you go... Tercera y última parte de Stockholm Syndrome ADAPTACIÓN