V 🐺🌙

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Se siente tan bien todo lo que está mal.

...

Ruido de cadenas. Tirando y tirando.
La oscuridad. Es una fría y grisácea mazmorra con rejas de madera. Es un escenario hostil.

A pesar de ser un hombre lobo con fuerza sobrenatural, Koga no fue capaz de romperlas por sí mismo. Habían pergaminos extraños tocando el metal, aquello que consumía su energía. Koga se diera cuenta o no, su prioridad era llegar hasta el otro lado.

Estaba tan cerca, tan cerca. Al mismo tiempo, se sentía tan lejos con Sesshomaru fuera de su alcance.
Su peor frustración.

─ ¡Maldición! ¡Sesshomaru! ¡Despierta!

Si acaso el inconsciente chico pudiera despertar, podría acercarse lo suficiente y así, podría tocarlo.

Lo que había ocurrido horas atrás, la emboscada, al final de todo, eran demasiados para enfrentar. Más grandes, más fuertes.

─ ¡Bastardos traidores! ─ el chico lobo los maldijo de solo recordarlos.

Por su culpa, no sólo estaban prisioneros de quien sabe qué, Sesshomaru probablemente estuviese herido a tal punto de no haber despertado luego de horas. Y cada minuto que pasaba llenaba a Koga de las más pura desesperación.

Podía escuchar sus latidos y su respiración, le daban la certeza de que aún estaba con vida. De vez en cuando, volviéndose erratico y es cuando el chico lobo perdía la calma.

La impotencia.

Sea quien sea el líder de los traidores, lo haría pagar.

Por traicionar a su tribu, por atreverse a emboscarlo tan cobardemente y por sobretodo, meterse con Sesshomaru que nada tenía que ver. Más en su delicado estado... sin oportunidad de defenderse a sí mismo.

Unos ruidos que pertenecían a las otras cadenas lo trajo de vuelta a la realidad. En plena alerta, el cuerpo del joven Sesshomaru se estaba moviendo, al fin, para el alivio del corazón de Koga.

─ Sesshomaru, Sesshomaru. ─ lo llamó. Revisar su condición era lo primordial.

El mencionado, con lentitud uso sus manos como apoyo inicial. Su cuerpo entumecido y todo la carga dolorosa por haber sido arrastrado hasta ahí. En especial el dolor de cabeza. Sentándose cómo pudiese en su mismo sitio. Procesó rápidamente dónde se encontraba, enfocando así su vista en la oscuridad.
Y notando que también estaba encadenado.

Nada nuevo.

─ ¿Me escuchas? ¿Estás bien? ¡Hablame!

Pudo reconocer al chico lobo. Aunque sabía que no podría pararse, acortó la distancia todo lo que se podía permitir. Era suficiente para estar cara a cara. Su conmoción inicial pasó a una expresión genuina de preocupación.

Sesshomaru pudo tocar el rostro del menor con ambas manos. Tal y como si fuera algo preciado que estuvo a punto de perder. O tal vez, solo calculando la distancia y las consecuencias de sus actos.

Podía ver en esos ojos azules lo asustado que estaba Koga por él.

Ninguno pudo decir más, a pesar de que Koga quería saber y ya mismo asegurarse que no habían daños graves en el otro.

Sesshomaru calló cualquier pregunta de su boca, al sellarla con la suya.

Inesperado y eléctrizante. Quedando completamente paralizado.
¿Y si se había golpeado la cabeza tan fuertemente que todavía está inconsciente en algún hermoso sueño?

¡Sesshomaru lo esta besando!

Es su primer beso.

No están amargo como creyó que sería. Aunque no es dulce, tiene la emoción de gustarle a pesar de saberlo prohibido. Se siente bien.

Y a la mitad de su duración, todo lo que podía hacer era cerrar los ojos y disfrutarlo. No encontraba el valor para empujarlo a pesar de que su moral le gritaba que en nombre de su hombría debía hacerlo.

No quería.

Terminaron por separarse suavemente. El sentir el aliento cálido del otro, hace que su prisión dejara de ser fría.

Koga sabe que debería estar herido e indignado por la que acababa de suceder. Que debía de defenderse.

¿Por qué resultaba tan natural cuando no lo era?

Esos dedos a pesar de estar raspados aún puede sentirse la suavidad y el cariño que quieren transmitir con sus caricias. Su rostro estaba siendo bien mimado por un rato más.

Luego de lo que fue una horrible eternidad, pudo verlo a los ojos de nuevo. Dorados cómo el sol. Cegadores, dan vida. Su interior amaba ser su centro de atención.

─ ¿Cómo te sientes?

─ ¿? ─ Fue una pregunta confusa, Koga debería ser quien preguntara esto. ─ ¿Por qué-?

─ Ellos fueron tan salvajes, te atacaron sin piedad. ─ Sesshomaru afirmó. Como si lo lamentara.

Esto lo tenía tan aturdido.
Sesshomaru preocupándose por él.

─ Eso no fue nada. ─ Koga quería oírse muy seguro de sí mismo. ─ ¿Qué hay de ti? Estuviste inconsciente durante horas.

─ No es a mi a quien buscaban. Recibiste una severa paliza.

─ ¡Te dije que no fue nada!

─ Tu cabeza... ─ el chico demonio ignoró sus reproches para enfocarse al acariciar a los costados de su sien. ─ Temía que te fueran a dañar.

─ Ya no importa. Hay que encontrar la manera de escapar.

Tan rápidamente habían hecho aún lado el asunto del beso. Si bien era prioridad buscar su libertad, el chico lobo no podía quitarse de la mente aquel roce. Aun tibios en sus labios.

Lo que había intentado la noche anterior se había realizado hace apenas instantes. Tan fresco.
Agregando la naturalidad con la que Sesshomaru hablaba sobre sus heridas, como si diera por sentado que era lo suficientemente cercano como para preocuparse.

Koga quiso que todo estuviera claro en su cabeza, por sobre todo, con su corazón.

¡No era un buen momento para confundirlo aún más!

─ Creo que ya podrías soltarme.

─ ¿Quieres que lo haga?

─ Tú-

─ Temía también... que por culpa de tus enemigos ya no tuviéramos otra oportunidad así.

─ No entiendo muy bien ¿Oportunidad para...?

De nuevo fue callado y paralizado.
Sesshomaru con solo existir lo lograba. No necesitaba algún poder sobrenatural o hechizo.

Koga pudo corresponder su segundo beso.

Darling, it is no joke, this is lycanthropy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora