• Capítulo 1 •

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"Lo que estaba escrito, ya lo esta, ahora es tu turno de escribir tu propia historia"

La brisa es suave, el aire es puro y la luz del sol hace que todo resplandezca. Las hojas de los árboles cambian de color, y el otoño se anuncia en el paisaje. Los pájaros cantan y las nubes naranja y rosadas se disuelven en el cielo.

Mientras camino, observo el sol que parece bañar el mundo con su luz. Los insectos se mueven y se agitan por todo el bosque, las hojas se vuelan por todos lados hasta que caen al suelo.

La casa de los abuelos aparece en el horizonte, con su tejado inclinado y su chimenea humeante. La luz que se filtra por las ventanas es una bienvenida cálida del atardecer. El sol se esconde detrás de las colinas, y el cielo se vuelve un azul profundo. El aroma de la comida me llega al olfato, y la casa me ofrece una calurosa bienvenida.

Entro en la casa, y siento el calor que me envuelve. La puerta se cierra con un suave ruido, y el aroma de la comida se hace más fuerte. Los olores de las flores en la mesa, de la comida en el horno y de la mantequilla derritiéndose hacen que mi estómago se ponga agitado de expectación.

Estamos en la casa de los abuelos está noche es año nuevo, para mí, la Navidad es una de las épocas más preciosas del año, y también es donde nos quedamos unas semanas con los abuelos.

Puedo ver cómo la sala brilla con luces navideñas, y los aromas de la comida impregnan el aire.

Mi mamá estaba ayudando a mi abuela en la cocina, su cabello era hermoso y de color negro con mechones dorados, y tenía unos ojos marrones claro que reflejaban cálida ternura y amor. Su rostro era redondo y cariñoso, con un rosado adorable en las mejillas. La sonrisa le hizo arrugas en los ojos, pero su piel seguía siendo firme y juvenil. Llevaba un vestido rojo de muselina, y un delantal blanco con manchas de harina.

Por el otro lado papá era un hombre robusto y alegre, con una sonrisa amplia y radiante. Tenía unos ojos castaños y profundos, que hablaban de amor y compasión. Llevaba una camisa azul con cuadros, y un pantalón caqui, Sus hombros eran anchos y fuertes, y su voz resonaba con calidez y alegría. Era un hombre de integridad, un hombre honesto y de palabra. Podía hacer reír a los niños con una simple mirada, y sabía cómo conectar con los adultos. Era una fuerza de la naturaleza, un ser humano que inspiraba y animaba a quienes lo conocían.

Y mi hermana su pelo era una cabellera lisa y de color castaño, que le caía por la cintura como una cascada brillante. Sus ojos eran de un marron intenso, y sonreía con una sonrisa bondadosa y espontánea. Estaba usando un vestido rosa suave, con un bordado de lazos en la parte delantera. Llevaba unas sandalias blancas.

y mi hermanito el más pequeño tenía el pelo castaño oscuro y unos ojos marrones profundos como los de papá, iba vestido con unos pantalones de dril gris y una camiseta amarilla. Estaba sentado en el suelo, jugando con mis primos y un coche de juguete rojo, a su lado había una torre de bloques, y un libro con un gato en la portada.

Me siento contenta y alegre, porque estoy con la gente que más quiero en este mundo.

Los miembros de la familia empiezan a reunirse en la mesa para la gran cena antes de año nuevo, estoy sentada entre el medio de mi hermano y mi hermana, y mi padre delante de nosotros con mis primos favoritos, y mientras mi madre y mi abuela servían una ensalada de pollo navidadeña.

Me siento muy feliz de tenerlos, El corazón me late de alegría mientras estoy en la compañía de mis seres queridos.

Después de la cena mi familia empezó a disfrutar de esa última noche de el 2017, mis primos jugaban fútbol y mi hermana al desfile con mis otras primas.

Amber: Un Último Abrazo©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora