• Capitulo 4 •

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Llegó la noche y todos guardamos las maletas en el auto, empezó el viaje.

A medida que fuimos avanzando por la carretera, las ciudades se hicieron cada vez más pequeñas, y el paisaje se volvió más rural. Observamos granjas, animales y paisajes impresionantes. Era algo a lo que ya estábamos acostumbrados, y disfrutamos mucho el viaje.

Finalmente, llegamos a Boston. Era muy tarde, y estábamos agotados, pero emocionados. La ciudad parecía tan vibrante y llena de vida. Observamos las calles, los escaparates de las tiendas y las personas que pasaban. Estábamos fascinados con lo que veíamos y sentíamos. Sabíamos que aquí comenzaría la aventura.

Nuestra primera parada fue una tienda de uniformes escolares.

«-Vamos a comprar todo lo que necesitan para ir a la escuela-»dijo papá. «-¡Sí!-» exclamamos. Y comenzamos a escoger una nueva bolsa, una nueva mochila y muchos otros artículos escolares. Era emocionante estar eligiendo todo lo nuevo.

Mi uniforme escolar consistía en una falda plisada, una camisa blanca y un jersey rojo. Era un uniforme de colegio privado tradicional, pero me hacía ver elegante y elegante. Cuando me probe el uniforme, se me veía increíblemente bien. Me sentía cómoda y satisfecha con el aspecto.

Mientras papá y yo observábamos en silencio, yo pensaba en lo que quería decirle. «-Gracias, papá-»dije

«-me siento muy bien en este uniforme y me siento orgullosa de todo lo que hemos conseguido-»Él me miró y sonrió. «-Todo lo hemos conseguido juntos, cariño-»me dijo. «-y te quiero mucho-»

Luego, nos fuimos a una tienda de zapatos a comprar unos zapatos adecuados para el uniforme. Escogimos unos zapatos negros de tacón alto para mí. Los probé y me quedaban perfectos. «-¡Son una maravilla!-»dijo papá.

«-¡Eres una niña muy elegante!-»Me sentí halagada y se me iluminó la cara.

Después nos fuimos el parque de atracciones y nos subimos a un barco de montaña rusa. Mientras ascendíamos hacia la cima, podíamos sentir el aire pasar sobre nuestras caras y el barco moviéndose. Cuando alcanzamos la cima, empezó a descender y escuchamos un "wuuuuu!" de miedo y emoción.

Entonces, la pista comenzó a girar rápidamente, en un giro vertiginoso que nos dejó sin aliento. Oímos un "aaaaaaa!" que parecía elevarse desde el fondo de nuestras gargantas. No podíamos parar de reír. El barco se sacudía y giraba mientras lo hacía descendido, dándonos una sensación de emoción y aventura. Era maravilloso.

Pero entonces, se detuvo el barco y bajamos. Papá y mamá nos preguntaron qué queríamos comer y, antes de que yo pudiera decir nada, mi hermanito pequeño dijo«-¡Pizza!-» Todos nos reímos, pero la verdad era que el hambre nos había dado y la pizza sonaba como una buena opción.

Papá condujo hasta un restaurante llamado "El Budare" que tenía una reputación de ser el mejor lugar de pizza en la ciudad. Nos bajamos del coche y entrábamos. La cajera nos saludó con una sonrisa y nos condujo a una mesa.«-¿Qué quieren de comer-» nos preguntó una chica «-Tenemos una variedad de pizzas, sandwiches y otros platos-»

«-Dijimos 2 pizzas familiares y una botella grande de Coca Cola-». La cajera anotó la orden y nos dijo que estaría lista en unos minutos. Nos sentamos a la mesa y esperamos impacientes. El olor a pizza y la presencia de la familia hacían que el momento fuera perfecto.

De repente, mamá recordó que no había llamado a la escuela para decirles que no íbamos a clase ese día. Se sacó su celular del bolsillo y marcó el número de la escuela. Cuando se puso en contacto con la oficina, le dijo a la secretaria «-estoy llamando para decirles que mis hijos están enfermos y no pudieron venir a clase-»

Mientras tanto, la pizza llegó. Los olores a queso y salsa de tomate se difundieron por todo el restaurante. Todos nos quedamos en silencio, embelesados por la aparición de la deliciosa comida. Cuando llegó a la mesa, nos impresionó el tamaño y el aspecto de las pizzas. Tenían todos los ingredientes que habíamos pedido.

Cuando terminamos de comer, nos quedó media pizza y media botella de refresco. Papá pidió el resto para llevar y la mesera lo envolvió en una bolsa de papel. Cuando la cuenta llegó, papá la pagó. Cuando salimos, dejamos el sobrante de comida en manos del vigilante del estacionamiento. Él se veía feliz de recibir una pizza gratis.

Llegamos a un hotel cerca del centro de la ciudad y entramos. Habló con el recepcionista y le pidió una habitación con una cama grande y dos pequeñas. El recepcionista sacó una llave y la entregó a papá. Mientras tanto, mamá estaba hablando con uno de los empleados del hotel para preguntarle sobre un lugar donde comer.

Entramos en la habitación y empezamos a colocar nuestras pertenencias. Papá puso su maleta al lado de la cama matrimonial y mamá hizo lo mismo con el resto.

Mamá, papá y el pequeño Tyler se acostaron en la cama matrimonial y durmieron como bebés. Yo me acosté en la cama y Clara hizo lo mismo en la otra. El ambiente era relajante y calmo, y los olores de lavanda y almendras del hotel nos hicieron sentir bien. No tardamos en quedarnos dormidos, preparándonos para un día nuevo en Boston.

Nos quedamos una semana y esa semana pasó volando y, al final, yo había comprado varias cosas en Boston. Había comprado ropa,y rompe cabezas, recuerdos de la ciudad. La última noche, mamá, papá mis hermanos y yo fuimos a cenar a un restaurante local y probamos deliciosas comidas de Boston. Nuestra estancia en la ciudad estaba a punto de terminar y era hora de regresar a casa.

Mientras regresábamos en auto a casa desde Boston, pasaban los kilómetros y las horas. La vista de las montañas y los árboles pasaba por nuestras ventanas y era difícil no quedarse hipnotizado por el paisaje. La semana había sido maravillosa, pero sabíamos que teníamos que regresar a la rutina cotidiana.
De repente, mamá dijo«-Cuenten chistes, empiezo yo, un pollito levantó una pata, levantó la otra y... ¡Se cayó!-»

Los cuatro nos echamos a reír de lo malo que fue su chiste. Este era un chiste familiar que siempre nos hacía reír, y sentíamos que el momento estaba cargado de felicidad y alegría. La tripulación de regreso de Boston era un momento especial para nosotros.

Mientras avanzábamos por la carretera, la noche caía sobre la tierra y las estrellas brillaban en el cielo. Todo estaba silencioso y tranquilo. Me sentía conectado con la naturaleza, como si yo fuera parte de ella. El momento era perfecto. Luego, papá dijo «-Creo que es hora de poner música y empezar a cantar-»

Como si hubiera leído nuestros pensamientos, mamá puso la canción "Bella" de Wolfine. Inmediatamente, todos comenzamos a cantarla a voz en grito. Nos reímos y nos divertimos mientras la canción sonaba a todo volumen. Era una maravillosa manera de finalizar un viaje inolvidable.

Cuando llegamos a casa, bajamos las maletas y entramos a la casa. Los muebles, las fotos y los objetos personales de la casa nos hicieron sentir a salvo y acogidos. Estábamos contentos de estar de vuelta en casa, pero teníamos una sensación de nostalgia y añoranza de Boston.

Pero pronto dejamos esos sentimientos atrás y nos íbamos a nuestras habitaciones listos para un nuevo día, Antes de dormirnos, dije «-gracias, mamá y papá, por un viaje maravilloso-» Ellos me respondieron
«-gracias a ustedes, por acompañarnos y hacerlo tan divertido-» Nos abrazamos y se fueron yo me acosté y me di cuenta que "Era una noche perfecta"

Nota de la Autora:

Hellowi plebes<3

Espero que el capítulo les guste como a mi, paso a informarles que las actualizaciones puede que sean todos los días ya que una de las lecturas me lo pidió.

Agradezco profundamente el hecho de que te des cuenta de que estoy compartiendo un pedacito de mí misma con ustedes. Les agradezco que me den su tiempo y que se entren en este mundo que he creado para ustedes.

Los amo plebes<3

Amber: Un Último Abrazo©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora