Capítulo 2. Nubes llorosas y resfriados

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El pronóstico del tiempo prometía una mañana soleada, llena de desesperación y de sudor en las frentes de los habitantes de la ciudad, sin embargo, cuando BaekHyun y ChanYeol estaban a media caminata hacia su primer día de la universidad, las nubes hicieron acto de presencia oscureciendo cualquier rayo de luz que se asomara a través de la vista y de los cristales de los edificios. Algunas personas solo ignoraban el hecho de que la semana estaba comenzando, al igual que los días de estrés puro de trabajo o estudio; se extendían por toda su cama, acobijándose, la mañana era simplemente fresca y con aspecto húmedo, lo cual generaba que diera un sueño más pesado y desearan no salir jamás del calor que les brindaban sus cobijas.

Delante de sus pies, el camino se volvía obscuro, eran los únicos que transitaban en aquella calle sin ningún local abierto, ni siquiera un pequeño desecho se atrevía a acompañarlos en su travesía, se sentían un poco inseguros respecto a eso, pero sin preocupaciones decidieron acelerar el paso, evadiendo cualquier peligro que conlleva el estar en un lugar tan solitario. Todos los días debían caminar por allí, a menos que madrugaran y fueran por el sendero más extenso que los liberara de pensamientos vacilantes, sin embargo, sufrían de una pereza increíble, y así desearan acostumbrarse a levantarse temprano, no lo harían, porque aún se arrastraban adormilados desde la cama al comedor con el horario que ya tenían.

A solo cinco pasos para llegar a la gran entrada de la universidad, la cual parecía tan cómoda con solo ver los jardínes bien cuidados y la flores de amapolas que relucían, hacían que se viera un ambiente perfectamente relajante para días de estrés puro. Se podía sentir el olor a lluvia alrededor; en ese mismo momento el cielo dejó caer las lágrimas que habían aguantado las nubes por tanto tiempo. ChanYeol se limpiaba las gotas de su rostro, mientras tomaba a BaekHyun de la mano y corrían juntos entrando hacia aquel edificio que se veía como la gloria por fuera, pero por dentro es el mismísimo infierno disfrazado de impecables pasillos y estudiantes derrochadores de dinero, pues los amigos habían entrado a la institución a través de una beca muy bien merecida por su esfuerzo.

BaekHyun no era exactamente una persona con dinero suficiente para cumplir todos sus caprichos, en cambio, ChanYeol podía hacerlo, podía tener todo lo que quisiera, las mejores cosas, lo más nuevo, aunque decir que lo más nuevo es una exageración, tenía lo suficiente para gastar sin piedad; pero no lo reflejaba, porque lucía ropas sencillas, no necesitaba tener artículos de diseñador, no era algo importante para él.

En muchas ocasiones ChanYeol se encargaba de complacer los deseos de Baek, cuando veía que a este se le iluminaban sus pequeños ojos al ver algún artículo mientras iban de paseo, le encantaba hacerlo feliz, y detestaba cuando su humor cambiaba a pesimista. Porque un Baek triste es un Yeol aún peor.

Seguían pasando los días, caminaban de pasillo en pasillo, entraban y salían de los salones, y el ambiente no cambiaba, ellos estaban felices a pesar de las dificultades que podían encontrarse en la universidad, porque de nuevo se habían podido ganar el corazón de alguno de sus profesores. BaekHyun hizo amigos por su parte gracias a su carisma al igual que ChanYeol, pero esto no permitía que ellos se separaran durante mucho tiempo.

En una mañana de completa tranquilidad, un BaekHyun abría y cerraba sus párpados, intentando acostumbrarse a la luz, restregaba sus puños en sus ojos, y se palmeaba suavemente sus mejillas para extraer el sueño que tenía. Se levantó y caminó a paso lento hacia la cocina, tomó un vaso de agua, y decidió llamar a ChanYeol sin ninguna razón.

—Channie...Contesta —decía dándole pequeños golpecitos al micrófono de su teléfono, lo cual no haría que la persona al otro lado contestara.

Al rato se rindió, había perdido la cuenta de cuantas veces presionó el botón de llamada. Seguramente su amigo se preocuparía, pero Baek solo quería hablar con él y escuchar su voz, no sabía la razón de eso, pero estaba consciente de que lo adoraba como el hermano que nunca tuvo, pero el que no contestara le pareció algo extraño, ya que siempre lo hacía, sin embargo optó a creer que estaba estudiando realmente con mucho esfuerzo, y era algo que Baek también debería hacer.

Estuvo tan enfocado estudiando, debía repasar y entender las clases, para así no sufrir, llorar y patalear a última hora por no comprender nada; por su parte ChanYeol se encontraba recostado en su reconfortante cama, descansando del estrés que causaban los disturbios de su vida, eran muy pocos, no se podía quejar, pero tenía un resfriado, y definitivamente eso era algo que le sucedía en escasos momentos, lo hacía sentir incómodo y molesto, aunque a cualquiera le disgustaría estar de ese modo mientras tienen trabajo que hacer.

El sonido de un mensaje entrante lo despertó de su concentración, al leer lo que contenía rió un poco, era Channie, le decía que tenía una pequeña gripe y que había estado recostado un rato para aliviar su congestión. Pero una repentina picazón invadió la naricita de Baek, haciéndolo estornudar y disgustarse porque estaba seguro que ChanYeol le había contagiado el resfriado a través de un mensaje. Sin embargo, finalmente pudo saber de su amigo y eso mejoraba considerablemente su humor –a pesar de los mocos–, porque se querían, y eran felices juntos.

Pequeñas gotas de razón; ‹chanbaek›Donde viven las historias. Descúbrelo ahora