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𝒄𝒊𝒆𝒓𝒓𝒐 𝒍𝒐𝒔 𝒐𝒋𝒐𝒔 𝒚 𝒗𝒆𝒐 𝒍𝒐𝒔 𝒕𝒖𝒚𝒐𝒔

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𝒄𝒊𝒆𝒓𝒓𝒐 𝒍𝒐𝒔 𝒐𝒋𝒐𝒔 𝒚 𝒗𝒆𝒐 𝒍𝒐𝒔 𝒕𝒖𝒚𝒐𝒔.

────── ꔫ ──────♡

El calor penetraba el cuerpo de Jihyo, sus ojos al igual que sus labios denotaban alegría, en sus manos llevaba una pequeña cajita de color violeta pastel con un lazo blanco.

Al llegar a su destino que era su universidad se adentró a ella, se dirigió al salón para dejar su mochila e ir en busca de Sana, era una costumbre hacerlo, ir por ella y hablar en todo momento, jamás se separaba de ella.

Al verla junto a sus demás amigas sonrió en grande al ver que llevaba puesto un pantalón negro y un polerón rosa que era más grande que su talla, como estas cubrían sus manitas tan pequeñas dejando a la vista sus deditos. Lo más tierno que ha visto en toda su jodida vida, dejó sus pensamientos de lado y se dirigió a ésta.

- ¡Hyo! - Sana al ver de reojo que Jihyo iba hacia ella gritó de alegría, fue hacia su mayor para colgarse de su cuello.

- Pequeña, ¿cómo estás? ¿Dormiste bien? - preguntó acariciando la esponjosa cabellera de Sana, acercó su nariz y lo pasó por el cuello de la menor, había pasado un tiempo y era normal para ellas, para otros era un acto tan íntimo y lindo de apreciar.

- Si~ pero me duele mi cuerpecito, no sé como dormiré pero al día siguiente amanezco con dolores - hizo un puchero inconscientemente, Jihyo se controló mentalmente para no besarla ahí mismo.

- Oh bebita quizá tengas pesadillas ¿Todo bien en casa? - al decir lo último quiso reír, pues se acordó del meme.

- Todo en orden, mi hermana vendrá a visitarme este fin de semana para verificar que esté bien - sus mejillas se encontraban rojizas dándole una imagen tierna.

- Bien, hoy iré a dormir contigo ¿Te parece?

- ¡Si! amo dormir contigo unnie- La mayor revolvió la cabellera.

- Estamos acá - habló alguien a sus espaldas, ambas voltearon para apreciar a un pelirrojo.

- Perdón - se disculpó Sana.

- Oh no, no se preocupen, solo que se ven tan tiernas - chilló Ryujin mientras movía bruscamente a Jisung.

- ¡Mi ropa estúpido! - gritó Minho a su mejor amigo.

- Ay cariño esa no es ropa, tu no sabes de moda - Ryujin fingió ser toda una modelo provocando que todos los presentes se rían.

- Uy si, ya quisieras tabla - dijo ahora Yeji - esto - señaló su ropa - si es moda

Pronto hubo una pelea de quién tenía la mejor ropa mientras que detrás de ellos se hallaba Sana sentado en las piernas de Jihyo mientras era abrazado por este, sumidos en su propio mundo.

────── ꔫ ──────♡

El día pasó tan rápido que ya era de noche, una nipona veía la televisión mientras esperaba a Jihyo como esta le dijo, al escuchar el timbre de un salto bajó del sillón y fue a la puerta para abrirla, al ver a su amiga en frente suyo se lanzó a sus brazos.

- ¡Hyo! - su pequeña nariz fue directa al pecho de este para sentir más de cerca el perfume de Park que siempre llevaba consigo mismo.

- Me haces cosquillas, vamos a tu habitación, es muy tarde y tengo sueño - porque sí, era tan solo la 11:11, Jihyo solía dormir a la 9.

- Para mí es temprano unnie - se sentó cruzando sus piernas mirando a su mayor, como esta se quitaba la polera quedando en sostén deportivo y dejando a la vista su cuerpo bien formado, ante aquella vista Sana no pudo evitar sonrojarse.

- ¿Estás rojita? - preguntó riéndose, se acercó de manera lenta a la menor quién se puso nerviosa - mírame - ordenó.

- Y-yo...- miró a su mayor y sus rostros estaban cercas, demasiado cerca para su gusto.

- ¿Te puse nerviosa?

- Pff...¡No!, claro que no - mintió, claro que se puso nerviosa, y más si Jihyo estaba encima de ella solo en sostén rozando su pecho.

- Dormiré así, suelo tener calor en la noche ¿No te incómoda, no?

- No, claro que no

Antes de que Jihyo pueda decir algo el sonido de un trueno sonó y Sana lo abrazó con fuerza escondiendo su rostro, tenía miedo de los truenos.

- Menos mal vine a dormir hoy contigo - susurró Jihyo acariciando la suave espalda de la menor, lo cargó como un Koala, como pudo apagó la luz y se recostó junto a la menor.

- Unnie ¿Usted algún día me dejará? - preguntó Sana saliendo de su escondite, mirando fijamente a la mayor.

- Claro que no pequeña, jamás lo haría - su mano fue a parar en la mejilla de la menor acariciándolas con tanto cariño, podía apreciar la suave piel que poseía su menor, tan adorable y tan suya con tenerla a su lado.

- Ji-Jihyo...

- Dime

- Yo...no sé si decírtelo pero - escondió su cabeza con las sábanas - tu...tu ¿Podrías besarme?

La habitación estaba en silencio, solo se podía escuchar el golpeteo de la lluvia en la ventana, como el aire chocaba con las paredes, Jihyo quién estaba en shoock no sabía que hacer.

Sana, su pequeña Sana pidió que la besara, no estaba segura de hacer esto, pues no quería perder la cordura, pero por una parte siempre lo había deseado, pero...¿Por qué no cumplir el deseo de su amiga no amiga? (Si es que se le podría decir en esos momentos)

Tiró de las sábanas bruscamente y antes de que Sana pudiera reaccionar de nuevo tenía a Jihyo encima suyo apresando sus manos a cada lado de su cabeza.

- No sabes lo que estás pidiendo en estos momentos Sana, ¿estás segura? - preguntó con la respiración agitada.

- Si, estoy segura - dijo con sus mejillas rojas hasta no poder.

Jihyo se acercó lentamente y besó el cuello de la menor como diciéndole que no se preocupara, que no pasaría nada, subió su rostro y vio de cerca esos labios tan suaves y carnosos ante su mirada, cerró sus ojos, ya estaba posando su labios ante el contrario.

Sus labios encajaban tan perfectamente que se perdieron por un momento, Jihyo acarició la cintura de la menor atrayendola a su cuerpo, la apresó contra su semidesnudo cuerpo y la fría cama, mordió el labio inferior de la menor tirando de ellos para volver a succionar y besar con tanta parsimonia, eran tan adictivos que no quería separarse, sin embargo no querían morir sin poder respirar.

Al separarse se miraron, ambas amaban los ojos de la contraria, tan llamativos y hermosos, sin decir nada solo pudieron echarse a la cama, abrazarse y dormir tan apegadas sin dejar ningún espacio entre ellas.

Al separarse se miraron, ambas amaban los ojos de la contraria, tan llamativos y hermosos, sin decir nada solo pudieron echarse a la cama, abrazarse y dormir tan apegadas sin dejar ningún espacio entre ellas

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Tierna Ꞝ SahyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora