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—Aquí... está…t-tú cambio —, susurró mientras su mano temblaba sin cesar a medida que extendía un par de monedas —. M-muchas g-grac-cias por su preferencia.

El sudor se deslizaba por las mejillas de Kyungsoo, y aunque su cabello cubría parte de sus ojos mantenía su mirada hacia el suelo. Realmente nadie podría criticarlo, solo era su tercer día de trabajo y por supuesto que no era muy bueno en la atención al cliente.

Las dos clientas miraron a Kyungsoo y en voz para nada baja se burlaron de su forma de hablar. Jongdae se acercó al chico nuevo y con una preciosa sonrisa, le dio un golpecito en los hombros y con voz calmada le alentó.

—Kyungsoo, cuando uno habla con los clientes hay que hacerlo con claridad para que ellos escuchen. No seas tan nervioso y confía más en ti mismo, ¿entendido?

—¡S-sí! —, tartamudeó Kyungsoo poniéndose de inmediato rígido por la presencia de su superior. — Lo siento…

Do Kyungsoo pensaba que el trabajo no era para nada dificil, y aunque hablar con los clientes le ponía algo nervioso lo que le tenía sudando frío en toda su jornada era…

—Hmph, ¿eres un niño de escuela primaria? Aún necesitas a las personas para enseñarte cosas —. Una voz gruesa y autoritaria hizo que Kyungsoo se encogiera de hombros, titilara y agachará aún más la cabeza.

…Claro, el trabajo en el pequeño almacén no era el problema sino era el ambiente laboral. Para ser más exactos, el chico alto, con perforaciones y tatuajes en los brazos. Park Chanyeol.

Jongdae ladeo su cabeza, mantuvo su sonrisa y acercó a Kyungsoo contra su cuerpo mientras miraba a Chanyeol que barría a dos metros de distancia y murmuraba maldiciones.

—¡Yeol, no vayas asustando a la gente! — Kyungsoo apretó la mandíbula, “Jongdae… por favor, cambia de turno conmigo. Cambia de turno conmigo”.

Tan pronto ese pensamiento cruzo la cabeza de Kyungsoo suspiró hondo y camino hacia la caja más lejana. Negó para sí mismo recordando la razón por la cual en primer lugar había comenzado a trabajar en ese sitio.

“Kyungsoo, en la tienda de tú tío uno de los trabajadores a tiempo parcial renuncio de repente y espera encontrar un reemplazo de inmediato. ¿Podrías ayudarle?”

La voz amorosa de su madre que llegaba a su mente le logró calmar, que una pregunta de ese tipo hubiese llegado de repente y que precisamente se la hicieran a él, un chico que acababa de abandonar la escuela secundaria y sólo vivía encerrado en su habitación no debía de ser casualidad… Kyungsoo no era torpe, sabía que su familia le estaba apoyando y que incluso su tío había hecho un espacio en su tienda para intentar subirle el ánimo. Río suavemente porque su voz en ese momento había salido de forma estruendosa, “¡quiero hacerlo!” había dicho.

Solo que nunca espero que luego de un año de permanecer recluido en su casa al llegar a la tienda de su tío se encontrará con un joven de casi dos metros que le miraba con las cejas fruncidas.

—Estás hablando demasiado suave. Puf, no puedo escuchar nada. ¡Dilo otra vez!

—Emm… yo s-soy Kyungsoo… mucho g-gusto.

—¿Mucho gusto?

—¿Por favor cuide de mí en el futuro?

—Eres el sobrino del gerente ¿verdad? Déjame decirte, en primer lugar, me importa una mierda cosas así. Así que no esperes un trato especial de mi parte.

Que Chanyeol se hubiese cruzado de brazos luego de peinar su cabello rubio hacia atrás no fue para nada una buena bienvenida. Fue sumamente horrible. Durante esos trías días Kyungsoo seguía pensando si acaso Chanyeol le gustaba molestar a los demás. Tenía una actitud arrogante, miraba a todos desde arriba, con una cara que parecía el tirano de una novela de acción. Simplemente parecía una persona con problemas para lidiar con los demás. Sí, ese era Park Chanyeol de 17 años.

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“Ay… mañana estoy en el mismo turno que Chanyeol, realmente no quiero ir. Jongdae realmente no entiende nada y solo habla de lo buen chico que es Chanyeol… no encuentro nada bueno en él. ¿Por qué sigue diciendo que los dos seríamos buenos amigos? Es imposible que yo…”

Kyungsoo dio pequeños saltos sobre los charcos mientras mantenía una sombrilla roja cubriendo su cabeza, miró hacia los lados y corrió por la cebra cuando la luz del semáforo cambio a rojo.

—¡Dios mío! ¿por qué está sentado en ese tipo de lugar? —, gritó una mujer haciendo que Kyungsoo girara la cabeza.

—¡Es muy peligroso!

El cuerpo de Kyungsoo se paralizó, en la mitad de la calle veía a un pequeño gato negro recostado y el semáforo estaba comenzando a cambiar de color. Un hombre corrió sin importarle la fuerte lluvia y le protegió entre sus manos.

—¡Estúpido mocoso! ¡Estas bloqueando el camino, date prisa y quítate! —, gritó ofuscado un conductor quien sacó la cabeza solo para maldecir.

—¡Para el maldito ruido! —Kyungsoo abrió la boca al ver que el ‘amoroso’ hombre que estaba rescatando al gato era Chanyeol. —Le reto a continuar con el ruido y en diez segundos le arruino la vida, estúpido viejo.

El hombre se quedó en silencio al igual que todos los que veían la escena, Chanyeol acarició la cabecita del pequeño gato y con una sonrisa afectuosa le cubrió con su propio abrigo.

Kyungsoo solo le observó en silencio, mordió su labio inferior y llegó hasta su casa. Saludo a sus padres que estaban en la sala y cuando cerró la puerta de su habitación comenzó a reír a carcajadas, su primera risa en un año.

“Wa… ¿qué fue eso? ¡Fue como en un dorama cursi! ¿Delincuente juvenil rescata a gato en la lluvia?”, rodó por el suelo y miró hacia el techo sintiendo sus mejillas arder. “Pero… Jongdae tenía razón, Chanyeol es increíble…”

Mi héroe|| ChanSoo [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora