CAPÍTULO NUEVE

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-¡TÚ TAMBIÉN SUÉLTAME!

Con un brusco movimiento tiré de mi brazo para alejarme de ambos y por suerte no me caí.

-Bueno.

Dijo David para después volver por donde vino.

Al menos uno si hace caso.

Devolví mi atención a Jay que no parecía tener la intención de acercarse más.

-Jay, hablaremos. Pero no ahora. No me molestes más.

No esperé a que respondiera y me largué de ahí.

Salida de diva.

Totalmente.

Mi salida triunfal logró que mi enojo disminuyera un poco así que cuando me reuní con Kim en una de las mesas del patio estaba un poco más tranquila.

-¿Te encontraste con él? Salió justo después de que te fueras.

-Sí, fue inevitable, pude escapar por un momento y obviamente fui a esconderme en el baño.

-Lógico.

-Pero cuando salí empezó a decir que teníamos que hablar.

-Ajá.

-Le dije que no y cuando estaba por irme me agarró del brazo.

-Que pesado.

-Justo después apareció David agarrándome el otro brazo y me enojé más.

-Y sí, es un metiche.

-Me solté y le dije que se fuera, por suerte se fue sin hacer problema.

-Mmm.

-Después le dije a Jay que sí íbamos a hablar pero que no era el momento ahora.

-Bien.

-¿Qué vamos a hacer? Yo tengo muy claro que no quiero a personas mentirosas en mi vida.

-Yo tampoco pero sí creo que nos deben una explicación. Estuvo mal lo que hicieron y, la verdad, si tengo curiosidad por saber con qué se excusarán.

-Sí, yo también quiero saber.

-Y después el "metiche" soy yo.

Sobresaltadas por la repentina voz volteamos para encontrarnos con David.

¡Qué pesado!

¡Te estoy diciendo!

-¿Qué quieres ahora David?

-¿Yo? Nada, nada...

-Bueno, lárgate entonces.

-Si insistes puedo contarte.

-No quiero, fuera.

-Oye, eres muy convincente, te contaré.

-¡No quiero saberlo!

Era inútil, ya se había sentado entre nosotras y parecía muy dispuesto a quedarse.

-Espero que lo que tengas que decir sea importante porque hoy no estoy para estupideces.

-Que sí, ya me quedó claro cuando me mandaste a la mierdas unas mil veces en lo que llevamos de día.

-Habla pues.

-¿Recuerdas que te dije que el chico recibió una carta de recomendación del presidente?

-Ajá.

-¿Qué? ¿De verdad?

Detallito, aún no le había contado a Kim lo que David me había dicho antes.

-No, era mentira.

-¿Eres tonto?- Lo interrumpí.

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