Capítulo 2 ꨄ

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¿Tenía que estar nerviosa por acostarme con alguien que no conocía?

La respuesta a eso era claramente "No", después de todo así fue como conocí -si se puede llamar de esa manera a amanecer acostada junto a un arrogante chico y terminar dándole un portaso en la cara- a Adrián.

Me encontraba a mi misma subiendo unas escaleras con una especie de cobertura negra que simulaban ser una alfombra , por un pequeño pasillo de paredes de igual color donde cabían al menos 2 personas en cada escalón, y las personas tenían que ser bastante delgadas.

Ahí estaba yo, en mi primer trabajo guiando a mi cliente hacia la habitación, aunque no tenía de idea de donde ir salvo por una pequeña dirección que me dió Rosa.

" Hay tres pisos más arriba. Cuando subas las escaleras, 2do piso, verás un largo pasillo, en cada lado hay un total de 13 puertas, 5ta puerta a tu derecha, el número 35, esa es tu linda suite."

Me tenía que sentir nerviosa pero mis emociones eran todo lo contrario, me sentía confiada, sin miedo a lo que fuera a pasar, lo único me tenía incómoda era este tipo insoportable a 3 escalones de mi mirándome el culo. No sentía nada en absoluto, acostarme con este tipo era igual que acostarme con todas las personas de mi último año, algo sin sentimientos, solo que esta vez había dinero de por medio.

Llegamos a la habitación, por suerte sin pérdida. Crucé la puerta donde estaba tallado el número 35 y me quedé perpleja ante tal decoración, era mucho más bonito que mi cuarto, a pesar de ser como habitación de un motel.

Era una cama matrimonial, la sobrecama al igual que las 2 almohadas eran blancas, sin una sola arruga en ellas que marcaran algo de imperfección, la sábana de encima era roja en una tonalidad media, lo normal en este tipo de cosas. El color rojo siempre ha sido la pasión, y si un cuarto para estos trabajos no tiene rojo, lamento decirte que estás en el sitio erróneo.

Gran espejo con marco dorado fantasía colocado en la pared frente a la cama para poder observar cada detalle de nuestro acto, 2 butacas rojas en un esquina y en el medio de estas un sofá del mismo color obviamente. Un candelabro de pequeño tamaño, pero igual deslumbrante, y dos pequeñas mesas de noches al lado de la cama donde había todo lo necesario para esa noche. Este lugar era perfecto, pero claramente no con la persona perfecta.

-¿Y cuál es tu nombre real Princesa?

-Mi vida privada queda fuera de aquí, en este sitio soy como acabas de decir, Princesa.

-Me gusta tu voz, es ruda y autoritaria, pero estoy segura de que me gustaría más oírla entre gemidos y jadeos. -Se fue acercando a mi con cada palabra que decía y al final sus mano tomaron poseción de mi cintura.

Que asco de tipo por Dios, que esto acabe rápido te lo suplico.

-Entonces empecemos de una vez para que puedas oir mi voz como te gusta.

Me quité las cadenas que juntaban mi top y mi falda jugando con ellas entre mis manos de manera sensual y provocativa ante ese hombre. Al terminar de quitarmelas le tomé ambas esquinas de la cadena con mis 2 manos y se las pasé por el cuello a aquel chico desgraciado, atralléndolo hacia mi y plantándole un beso que poco a poco pasaría a ser más rudo e intenso.

Que asco, fantasmas de esta habitación por favor quítenle el mal aliento a este hombre, se los suplico.

Al terminar con ese beso me apresuré a quitarle el traje a el señor micropene siguiéndole con el pantalón para saber la razón del porqué lo llamaban así.

Señoras y señores, le acabo de quitar el bóxer, nadie había exagerado con su nombre....... 4 CENTÍMETROS, ¿NI SIQUIERA PODÍAN SER LOS PODEROSOS 5 CENTÍMETROS ESOS DE LOS QUE ALARDEAN LOS CHICOS EN LA ESCUELA EN FORMA DE BROMA?

Touch Me: Nuestro Último ToqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora