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23 | 06 | 24, Camila.

- ¿Quien es un chabon del orto? -. Camila giro aterrada hacia atrás suyo.

¿Qué tenía que responder? Daba la casualidad que el nombrado era el problema del día uno de la vida de Camila.

- ¿Andamos chusmas hoy? -. Canchera.

- Chusma no Cami -. Rio cerrando la reja-. Si lo estás gritando por todo Villa Crespo -. Martínez se sonrojó.

- Bah no es nada -. Puso sus manos en los bolsillos del buzo-. Los hombres, con eso te respondo todo.

- Todas iguales -. Dijo mientras la acompañaba a la caminata hacia el kiosko.

- ¿Te sentís tocado por algo Giay? -. Lo miro desafiante.

- Que todas dicen lo mismo, que los hombres esto, que los hombres lo otro, ¡Ustedes se mandan cagadas también y nadie les dice porque son mujeres! -. Soltó frustrado.

El simple hecho de que le echen toda la culpa a los hombres a Agustín ya lo tenía bastante irritado.

- Cuando seas mujer en tu próxima vida vas a entender a lo que me refiero -. Se alzó de hombros- ¿Vos qué onda? ¿Para donde vas que me acompañas? -. Pregunto curiosa.

- Pa' el kiosko a comprarme un palito bombón -. Contesto a lo que Camila asintió y desde ahí ninguno de los dos hablo durante la pequeña caminata.

No era un silencio incómodo, es más, es reconfortante. Ambos sabían que no necesitaban hablar para que sea cómoda la caminata hacia el hogareño negocio del barrio. Se podía decir que se les hizo más rápido el camino en silencio que hablando como muchas personas hacen para sentirse un poco cómodos con quien los acompaña.

- Gus agarra de frutilla y tu palito bombón -. Ordenó a lo que el santafesino asintió- ¿Cuánto es?

- 490 chiqui -. Respondió el comerciante.

- Listo, ahí te pague con la app -. José, el kioskero asintió cuando le llegó la notificación.

Cuando se estaba por retirar José llamó a cuervo.

- ¿Paso algo José? -. Pregunto acercándose.

- Tenes que ser más caballeroso -. Ambos adolescente lo miraron confundidos-. Para la próxima págale el helado vos a tu novia.

Una sirena de bombero comenzó a sonar en la cabeza de ambos sonrojándose ante lo dicho por el hombre de setenta años.

- ¡Que dice José! Si nosotros...-. Cami intento explicarle, pero Agus la interrumpió.

- Tiene razón, es que es medio terquita -. Rieron ambos hombres- ¡Tenga una buena tarde! -. Saludó y los chicos se retiraron.

Se sentaron en el banquito del local y otro silencio se presentó, pero este si era incómodo.

- ¿Por que pagaste por los dos? -. Hablo rompiendo el hielo.

- Me pagaste el pasaje hoy bolu, algo te tenía que invitar -. Contesto por lo bajo la morocha dándole otra lamida a su helado.

El ojiverde asintió y volvió a comer la capa de chocolate que cubría el helado de vainilla.

Camila moría de ganas por preguntarle como arranco todo con Lola, pero no tenía la suficiente confianza para hacerlo así que decidió volver a quedarse callada.

- ¿Te puedo preguntar algo Camu? -. Ambos se miraron a los ojos cuando la chica asintió.

El corazón de Martínez parecía que se le iba a salir por la boca. No aguantaba la tensión.

QUÉ LE PASA CONMIGO? - AGUSTÍN GIAY (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora