—¿Por qué debo ir yo? —pregunta Yoshio.
—Hijo, ya lo hablamos. Doyun es un buen hombre—responde su madre, se notaba cansada por lo terco que era su hijo.
—Ma, no quiero ir. Aquí tengo una vida hecha, ¿que pasará con Taehyuni? Es mi novio, no lo puedo dejar así—paniqueado habla el menor.
—Me juraste que ya habías hablado con el Nakamura Yoshio—su madre le dio una mirada de enojo a su único hijo. Esto se le estaba complicando.
—Bien, okey. No hable con el, ¿si? —dice acomodando sus cosas en el auto—Mira madre, yo quiero que seas feliz. Pero... Tenía que ser un coreano, ¿en serio?
—Te recuerdo que te enamoraste de un tailandes YoYo, hijo entiende. Estuve sola mucho tiempo, el es bueno no va a pasar lo mismo que con tu... Padre—habla dejando una caricia en la mejilla del chico.
—Ma—habla besando la mano de mi madre—Bien, lo haré. Vayamos a conocer a ese viejo millona-
—le jala la oreja—No le digas así, además. Aunque te hubieses negado igual te hubiese llevado, así sea de las greñas—su madre preparaba las maletas en el auto, su avión a Corea salía dentro de unas horas.
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Nakamura Yoshio, un chico japonés de 17 años, este vive con su mamá. No tiene papá, bueno si. Pero el no lo considera uno...
Este le provocó una herida muy grande, además de una emocional.Su madre una mujer llamada Nakamura Aiko, una bella mujer, hace poco había conocido a un hombre por medio de su trabajo. Habían empezado una relación hace 11 meses casi un año, esta no pensó en decirle antes y se lo dijo cuando estaba en su mejor momento. No se cual, pero okey.
Le estresaba esto, lo de la mudanza... Y un poco la relación, el hombre era uno de esos típicos millonarios. Min Doyun, era guapo, ¿pero no podía vivir más cerca? Además de todo el estrés que esto le provocaba, lo que lo enojaba era que su madre lo comparará con el niñato de su novio. Este era viudo, básicamente un papá soltero. Una cosa de millones que tienen en común el y su mamá, en fin su... Angelito, era abogado, le iba muy bien en su trabajo. Era un puto prodigio! Comparaciones por acá comparaciones por allá, no le afecta tanto. Su madre sabe que no es y nunca será igual a ese chico, que aún ni conoce su nombre. Toca aceptar que su madre merece una vida nueva, capaz este hombre como ahora la tenga con una sonrisa toda su vida... Eso espero.
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—Bien, hijo cuando lleguemos te comportaras, saludaras bien y nada de caras—dijo su madre acomodandose en el asiento. Ya estaban en el avión directo a Corea del sur.
—En mi defensa me lo enseño Sunoo y Yeonjun—contrataco el chico a su lado.
—Debería prohibirles las visitas—decía su madre mientras se ponía una de esas almohaditas para el cuello y cerraba los ojos—Gracias por aceptar esto. Te amo hijo.
—De nada mami, tu mereces lo mejor y ser feliz. Yo también te amo—con eso dicho Yoshio se pone los auriculares y empieza a escuchar música, mientras la mano de su madre y la suya estaban entrelazadas.