Normalmente me paseaba por los pasillos de la escuela sin preocupaciones, no era popular, pero tampoco pasaba totalmente desapercibida y eso me daba una buena ventaja sobre los demás porque no tenía que lidiar tanto con el bullying. Mi vida era mucho más sencilla sin tener a quién impresionar, a excepción de Vance quién llevaba un año completo molestandome todos los días.
Para mí era costumbre sentarme en algún lugar solitario para leer o escuchar música, pero dejé de hacerlo cuando Vance llegó a mí vida, no sé como sabía en dónde estaba pero lo hacía; siempre me encontraba.
Me quedó claro que hoy no sería la excepción cuando sentí una presencia a mis espaldas, no hacía falta que volteara para saber que era él.
-Oye tú.-Otra vez estaba allí.
-¿Qué quieres?.-Me doy la vuelta y lo miro a los ojos, me sentía un poco intimidada por su mirada, pero ya no quería seguir aguantando sus malos tratos y él tenía que saberlo.
-¿Qué quiero?, nunca habías sido tan valiente.-Se acerca a mí con pasos pesados, por un segundo el pasillo se vuelve más angosto.-¿Porqué piensas que puedes retarme, eh?.
Finalmente lo tengo delante de mí, a unos centímetros de distancia y puedo sentir su respiración agitada que denota molestia.
-No te estoy retando.-Quizá por fuera podía parecer que estaba siendo muy astuta, pero por dentro sentía cada músculo de mi cuerpo fallando por los nervios y el miedo que la presencia de Vance me producía.
-¿Ah no, y que estás haciendo?.-Sus ojos se clavan en los míos con intensidad, casi tan agresivos como su presencia y sus labios se elevan en una sonrisa llena de sarcasmo.
-Me estoy defendiendo, si eso te parece un insulto entonces deberías considerar cambiar de cerebro.
Era claro que a Vance no le estaba gustando mi cambio de actitud, pero ahora lo estaba mostrando de verdad, sentí sus manos sobre mi cuello y como acto reflejo lo tomé por las muñecas.
-Deja de comportarte como idiota.
-Suéltame.-Le digo tan tranquila como puedo mientras ocupo toda mi fuerza para intentar alejarlo de mí.
-Cállate.-Ordenó con voz demandante, la presión en mi cuello aumenta a la par de mi desesperada búsqueda de aire.-Antes no eras tan valiente, ¿qué te hizo cambiar de actitud?.
Su mano izquierda libera mi cuello, puedo sentir como busca el cierre de mi falda desesperadamente.
-Mírate, hasta tu vestimenta ha cambiado, ¿a que se debe?, no me digas que estás buscando gustarle a alguno de los hombres de tu clase.-Suelta una risa sarcástica acompañada de un leve empujón contra mi cuerpo.-¿Quién más iba a fijarse en ti?.
Cuando finalmente encuentra el cierre de mi falda pone su mano sobre él y me mira directo a los ojos.-¿Y esto?, las faldas cortas te quedan bien, ¿como te verás sin ella?.
Vance abre mi falda con mucha facilidad, como si no fuera la primera vez que lo hace. Siento sus manos sobre mi cadera y como empuja mi cuerpo con fuerza contra la pared del angosto pasillo, no hay nadie observando y eso parece ser una ventaja para él.
-Me gusta tu valentía, pero me gusta más retarte, dime, ¿hace cuanto conoces a tus nuevas amigas?.-Sonríe con entusiasmo, casi con un toque de coqueteo.
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