Prólogo

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Hoy hace exactamente 3 meses que vine a vivir aquí, en Barcelona.
Me gusta vivir en esta ciudad y esudiar en la Universitat Autònoma, es realmente un sueño.

La verdad es que hecho de menos mi casa y mi familia. Vivo en un pequeño pueblo de la cuesta catalana, bueno más bien vivía. Me crié allí con mis padres y mi gatita.

Ahora vivo en un piso cerca de la Playa de Barcelona y me encanta.

Cada tarde voy un ratito a caminar descalza por la orilla del mar, eso me hace sentir que estoy más cerca de mi casa, de mi familia, de mi hogar.

Me encanta esta época del año estamos en Noviembre, concretamente día 2. Y la playa está vacía porque hace bastante frío.

Alguien me saca de mis pensamientos.

-Ingrid, has terminado ya tu parte del trabajo?- me pregunta Paula, una compañera.

-Sí, está hecha, sólo me hace falta revisar las faltas de ortografía o rectificar algunos errores, pero tu tranquila, esta noche lo acabo.- contesto.

Paula es muy maja. La conocí poco después de llegar aquí y me cayó bien, solemos hacer los trabajos juntas porque ambas somos muy trabajadoras. Hemos salido un par de veces para tomar un café en plan amigas y tenemos bastante confianza.

-Vale, quieres quedar mañana para preparar la exposición oral?- dice ella.

-Sí, me parece bien. A las 5 en mi casa? Te paso la ubicación por WhatsApp- contesto.

Le he propuesto que venga a mi piso porque ella lo comparte con unas cinco chicas más y es un caos trabajar ahí. Sólo he ido una vez pero no creo volver.

-Perfecto,  nos vemos mañana Ingrid- se despide.

-Adiós-

Me voy hacia mi casa y cuando llego dejo la mochila en la mesa. Hoy estoy estresada porque es semana de trabajos y presentaciones.

Como una ensalada y un poco de pan con chocolate de postre y ya me pongo a trabajar de nuevo en el proyecto.

Un par de horas más tarde termino de perfilar el trabajo y me quedo completamente dormida en el sofá.

Sobre las 7:30 p.m me despierto y enseguida me desperezo, me pongo una chaqueta y bajo a la playa.

Cuando llego allí, veo al mismo chico moreno de siempre. Tiene pinta de ser majo pero como no se me da bien socializar no me hacerco nunca.

Pedri

Acabo de terminar el entreno de hoy y estoy agotado. Me cambio en silencio en el vestuario mientras mis compañeros hablan de cualquier tontería. Como quiero llegar pronto a casa no participo en la conversación y cuando termino de cambiarme me dirijo a Gavi.

-Eh tío, vamos ya a casa que me duele la cabeza.-

Tengo pensado llevar a Gavi a su casa y luego ir a la mía a dormir un rato.

-Vaaaaaale, eres un pesao siempre con prisas- responde.

Yo ruedo los ojos y voy camino al coche seguido de Gavi.

Durante el trayecto no hablamos mucho porque ambos estamos cansados y cuando llego a su casa me despido de él y voy a la mía.

Llego y mi hermano aún no está así que me duermo un ratito en el sofá.

Una hora y media más tarde me despierto, me pongo una sudadera y voy a la playa a despejarme un poco.

Cuando ya he llegado doy gracias que no hay nadie porque sino correría en peligro de que me reconozcan y me estresaría aún más.

Solo hay una chica. Esa chica. Siempre que vengo la veo. Hoy voy a hablarle. Hasta hoy no me he atrevido pero almenos hoy me voy a presentar porque siempre va sola y quizás no le vendría mal tener algún amigo.

Me acerco.

Ingrid

Cuando estoy gozando del aire fresco del mar y del agua salada tocando mis pies se me acerca ese chico moreno que me encuentro a veces.

-Hola!- me saluda con una gran sonrisa.

-Hola, nos conocemos?- pregunto extrañada. No se porque se me a acercado a hablarme, me parece raro.

-No que yo sepa. Solamente he decidido venir a presentarme porque muchas veces te veo por aquí y tal.- dice sin borrar la sonrisa de su cara.

-Ah, pues yo soy Ingrid, mucho gusto.- le extiendo la mano.

-Encantado, soy Pedro pero me puedes llamar Pedri.- me estrecha la mano.

Nos quedamos un rato en silencio contemplando el mar, porque sinceramente, no sabemos qué decir.

Rebusco entre mis bolsillos para buscar el móvil y ver la hora. Veo que me lo he dejado en casa así que le pregunto al chico.

-Em.. disculpa sabes que hora es?-

-Sí son las ocho y media- dice mirando la hora en su móvil.

-Ah, pues ya es bastante tarde me tengo que ir Pedri-

-Vale, nos vemos mañana, mucho gusto Ingrid-

Me voy hacia mi casa pensando en el chico. Es amable.

Luego sigo pensando en trabajos y deberes hasta que llego a casa y me hago algo de comida. Enciendo la tele y me como la tortilla que me he preparado en el sofá.

Cuando se hace tarde decido ir a dormir y me pongo la alarma.

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Holaa! He empezado esta mini historia que no va a durar mucho más de 10 capítulos y espero que os guste y os divirtáis.

Tambien agradecer a mi amiga 💙 que me ha ayudado mucho a empezar a escribir la historia con sus grandes motivaciones, te queremos amiga.

Dicho esto, a disfrutar culers!

La chica de la playa ||•Pedri•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora