Atención: Este libro está centrado en dos integrantes de Stray kids Minho y Han, tambien quiero decir que está hecho en colaboración con @Lanuezdeardillaloca9 asi que apoyen la a ella también, por favor ☺️
Estabas en la habitación que compartías con Han, pero una brisa fría hizo que te estremecieras. Tus buzos simplemente no eran tan cálidos como los de él, así que no lo pensaste dos veces antes de abrir su armario y tomar el primero que encontraste. Era suave, olía a su loción, y te envolvía como un abrazo.
Con su buzo puesto, bajaste a la cocina para buscar unas papitas, pensando en acompañarlas con una partida de videojuegos. Al entrar a la sala, Han levantó la mirada desde el sofá y sus ojos brillaron al verte.
—Hola, Hannie ^^ —lo saludaste casualmente, caminando hacia él.
Han te observó con una sonrisa que se hizo cada vez más grande.
—Hola... —dijo, poniéndose de pie mientras seguía mirándote—. Wow... te ves increíble con mi buzo. De verdad, deberías usar mi ropa más seguido.
Te sonrojaste, riendo suavemente.
—¿De verdad? Gracias. Es que tus buzos son muy calentitos... y huelen a ti.
En lugar de responder, Han se acercó y te envolvió en un abrazo cálido, acunándote contra su pecho. Sus brazos se sentían seguros, como si fueran el único lugar donde deberías estar.
—Te amo mucho —susurró contra tu cabello, con una voz suave y sincera.
Sentiste que tu corazón daba un pequeño vuelco mientras lo abrazabas de vuelta.
—Yo también te amo, Hannie —respondiste, mirando hacia arriba para encontrar su sonrisa, justo antes de que te robara un beso corto pero lleno de cariño.
Y en ese instante, envuelta en su buzo y en sus brazos, te diste cuenta de que no había mejor lugar para estar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lee Know
Estabas en casa de los padres de Minho, disfrutando de una tarde tranquila. Él estaba con su papá hablando de herramientas —un tema que claramente les apasionaba—, y mientras tanto, tú conversabas animadamente con su mamá en la sala. Sin embargo, comenzaste a sentir un escalofrío. Había hecho calor cuando saliste, y, por andar distraída, no habías llevado ningún abrigo.
—Ay, hija, estás temblando —comentó su mamá al notar tus manos frotándose por el frío—. ¿Te trajiste algo para abrigarte?
—No me traje nada, pero no se preocupe, estoy bien —dijiste, intentando sonar tranquila mientras le sonreías.
Ella frunció el ceño, claramente no muy convencida.
—Nada de que estás bien. Te vas a enfermar. Mejor ven, tengo un buzo que Minho se dejó la última vez, y es bien calentito.
No tuviste opción, pero tampoco lo necesitabas; te encantaba cómo la mamá de Minho te cuidaba como si fueras su propia hija. Te llevó a su cuarto, buscó el buzo, y te lo entregó con una sonrisa.
—Muchas gracias, mamá —le dijiste, llamándola así con naturalidad, ya que ella misma te lo había pedido; decía que sonaba más lindo.
De vuelta en la sala, continuaron charlando. Minho y su papá regresaron después de unos minutos, sacudiéndose el polvo de las manos tras inspeccionar sus herramientas.
—Ya volvimos —anunció el padre de Minho.
Minho te vio enseguida y alzó una ceja, sorprendido.
—¿Ese buzo no es mío? —preguntó, aunque su tono sonaba más divertido que molesto.
—Sip ^^ —respondiste con una sonrisa inocente.
—Se lo di porque estaba temblando de frío. Espero que no te moleste, hijo —intervino su mamá con naturalidad.
Él negó con la cabeza mientras sonreía y se acercaba a ti.
—¿Molestarme? ¿Cómo me voy a molestar? —dijo, rodeándote con sus brazos—. No ves lo hermosa que está mi novia con mi ropa.
—Me alegra ver que tienen tanta confianza y amor entre los dos —comentó su papá, observando cómo Minho te abrazaba con ternura.
—Ay, sí. Hacen muy linda pareja. —Su mamá soltó un suspiro soñador y luego agregó con una sonrisa pícara—. Para cuando el nieto, ¿eh?
—¡Mamá! —exclamó Minho, sonrojándose visiblemente mientras tú soltaste una carcajada.
—Ajjajajaja. Bueno, por aquí unos cinco o seis años, ¿no, amor? —dijiste, dándole un guiño.
Minho suspiró, mirándote con una mezcla de vergüenza y cariño antes de besarte suavemente en la frente.
—Primero disfruta de robarme la ropa —bromeó, mientras todos en la sala reían.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Espero que os haya gustado mucho, si es asi no olvideis votar y comentar ^^.