Prólogo

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Ella vestía un hermoso vestido blanco bohemio de mangas abultadas, con un bello corsé adornado con flores que caían en cascada hasta la cintura. La larga cola se deslizaba por el suelo de la iglesia, su hermoso cabello chocolate relucía gracias a la luz crepuscular, y su ramo de rosas y peonías del color de la pureza y la inocencia acompañaban sus delicadas manos en cada paso que daba hacia su esposo.

Él, por otro lado, vestía con un traje negro como su alma, y una corbata azul marino, que representaba a la perfección el vacío en su corazón. Sus brillantes ojos verdes observaban con malicia oculta en pétalos de amor cómo su ahora esposa caminaba hacia el cura para sellar sus vidas. Tenía un poco de barba que pinchaba cual espina en un sendero abandonado, y sus manos, aquellas que ella creía que la protegerían de todo mal, esperaban para castigarla y hacerla sufrir.

-¿...prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, y, así, amarla y respetarla todos los días de tu vida?-el cura preguntó al esposo, tan sumido en sus pensamientos que apenas se percató de lo que había dicho el sacerdote.

-Sí, acepto-respondió él, tan indiferente como su voz, sellando una promesa vacía y sin sentido que jamás cumpliría. ¿Respetarla? Eso lo tenía que hacer ella, tenía que entender que ahora él era su único dueño y señor, y nadie más la tendría. Nadie, nunca, jamás.

El sacerdote repitió las mismas palabras a la esposa, quien rebosaba de ingenua alegría y felicidad, creyendo que su unión le traería tiempos prósperos y felices,creyendo que unía la alma propia con la gemela,creyendo que después de superar su tormentoso pasado al fin tendría la recompensa de Dios.

-Sí, acepto-respondió,tan inocente como una niña, con su pequeña voz colmada de júbilo y regocijo, sin saber que se había condenado a una vida de dolor y sufrimiento.

Pero...¿Se puede cambiar una condena?¿seremos capaces de enfrentar nuestro destino a pesar de las consecuencias? ¿se puede dejar atrás el miedo para empezar a vivir de verdad?

"Las heridas físicas ya no me duelen,pero las cicatrices de mi alma arden con cada respiración..."

Cicatrices del almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora