Mucho Más Allá - JJK Fanfic

VI. Excursión

Fushiguro Megumi, ese es el nombre original que llevaba la maldición marionetista en su tiempo como mortal. El primogénito de un menospreciado descendiente del antiguamente famoso y privilegiado clan Zen'in. Hechiceros de alto mando en la sociedad de hace unos pocos siglos hasta su extinción.

Fushiguro no recordaba el rostro de su padre pero era un buen conocedor de su historia como la paría del clan. Historia que le era contada "amablemente" por su primo Naoya cuando tenía la oportunidad:

Toji Fushiguro fue un hombre que pese a carecer completamente de energía maldita se había hecho una fuerza imparable, dueño de una extraña restricción celestial que lo convirtió en la cúspide de la evolución humana. Dotándolo de fuerza bruta y sentidos intensificados capaces de detectar maldiciones sin la necesidad de verlas.

Aunque su familia era consciente de sus capacidades él nunca fue aceptado como un miembro oficial. Intentaron deshacerse de su persona de tantas maneras, la sola existencia de alguien como él era una mancha abominable en el registro de sucesión. Pero Toji prevaleció en todos los atentados que le cometieron, logrando huir por fin en algún punto de su juventud.

Vivió por temporadas como un asesino a sueldo especializado en la caza de hechiceros y aprovechándose de las mujeres que llegaron a conocerlo e irremediablemente cayeron en sus encantos. Toji era un adulador y un ludópata de cuidado, cuando acababa con la fortuna de su actual proveedora saltaba a la siguiente sin dejar rastro. No había penas ni remordimientos en sus acciones.

Al menos fue así hasta que conoció a la madre de Megumi, de quién tomó su apellido y juró lealtad.

Lamentablemente ella falleció al dar a luz a su hijo, así que su comportamiento cayó en picada y regresó al patrón de vida que mantenía antes de vivir con su amada esposa. Acabó endeudándose nuevamente y vendió a su hijo al clan que lo repudió para arreglarlo.

Creía que le estaba haciendo un favor al final, pues sabía que su hijo tenía una alta probabilidad de despertar las técnicas hereditarias de los Zen'in cuando cumpliera los cuatro años. Pensaba que el niño a diferencia de él sobreviviría al clan y, quién sabe, si demostraba su valor tal vez incluso un día podría convertirse en la cabeza de la familia.

Lo último que se supo del hombre después de aquella transacción es que desapareció. A Megumi le importaba muy poco conocer sobre su paradero realmente, es posible que estuviera muerto y no lo supieran. Daba igual. Fueron años demasiado duros como para preocuparse por un padre ausente. No obstante le quedaba esta pequeña espina rencorosa ¿Por qué jodidos le había dado un nombre tan femenino?

Ya no valía la pena pensar en ello.

Lo siguiente que sucedió posterior a su llegada al clan fue todo lo contrario a un recibimiento afectuoso. Nada más pisar los terrenos de la finca principal lo separaron del resto de personas en una casona aislada y lo obligaron a entrenar duramente para dominar su ritual. Durante años se le exigió mucho más de lo que podía dar recompensándole igualmente con desprecio por ser hijo del asesino de hechiceros, la vergüenza del clan.

Cuando el cabeza de familia Zen'in Naobito murió y se descubrió que en su testamento dejaba como sucesor a Fushiguro Megumi (a quién ni siquiera se le había otorgado el apellido formalmente) por ser el único usuario del legendario ritual de los 10 tesoros divinos, obviamente se armó una revuelta. El primogénito del fallecido líder, Naoya, ordenó inmediatamente su ejecución secreta.

Pero Megumi no había sido un idiota crédulo, sabía que en algún momento su propia habilidad le estallaría en la cara. Reunió aliados. Personas tan decepcionadas del clan como lo estaba él.

Entre esos aliados se encontraba su prima mayor, Zen'in Maki. Otra mujer despreciada a quién siempre se le recordará como la encarnación de Toji. Un monstruo que carecía de energía maldita, solo contando con la misma restricción celestial que le daba una fuerza sobrehumana. También adquirió por su propia cuenta conocimientos de combate inimaginables. Aquella feroz mujer durante su rebelión se encargó de aniquilar por completo a la mayor parte de la familia, sacrificando a su propia hermana gemela en el proceso y pereciendo poco después de la salida del alba. Realizada al cumplir su misión de venganza.