Cantares Estelares: Travesía de Amor en el Reino Olvidado

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En el vasto cosmos, yacía una estrella que resonaba entre otras, habitada por seres celestiales omnipotentes y terrenales. Esta estrella, conocida como la Corte del Resplandor (辉耀之境), era un faro de esperanza donde las constelaciones contaban historias antiguas de amor, pérdida y valentía.

Jūn Xiān, un ser celestial de rango divino, se encontraba habitualmente apartado del bullicio de la corte. Como guardián del portal que conecta el mundo celestial con el mundo humano, su presencia era tanto reverenciada como misteriosa. Su deber lo mantenía lejos de las festividades y los encuentros sociales, prefiriendo la soledad y el silencio.

Una noche, mientras los cosmos y las estrellas se unían en un baile celeste, Jūn Xiān se encontraba sentado en un árbol ancestral. Desde allí, vio a una doncella bailar bajo la luz de la luna. Aunque su rostro estaba cubierto por una burka, su gracia y elegancia dejaron una impresión duradera en él.

Días después, un ave celestial llegó volando hasta el portal, portando un pergamino dorado con una invitación a una gran celebración. Era un evento organizado por las divinidades para reunir a todas las sectas y líderes poderosos de la Corte del Resplandor. Jūn Xiān, a pesar de su naturaleza reservada, supo que debía asistir.

Al amanecer, citó a su mayordomo celestial para alistarse para la noche. Mientras lo preparaba, el mayordomo le habló sobre una persona muy reconocida que asistiría a la celebración. Su descripción coincidía con la de la doncella que había visto bailar aquella noche.

—Mi señor, se dice que esta figura tiene una voz que encanta corazones y calma tormentas. Los pájaros envidian su canto y las estrellas palidecen ante su brillo —dijo el mayordomo mientras ajustaba los detalles finales del atuendo de Jūn Xiān.

Al caer la noche, la Corte del Resplandor se llenó de luz y música. Todas las sectas y líderes poderosos se reunieron para el baile. Jūn Xiān, presente en la reunión, reconoció sutilmente a la doncella que había visto aquella noche: era la figura descrita por su mayordomo. Ella se presentó con un vestido adornado con cristales y una corona de flores blancas, irradiando una pura e inocente belleza.

En medio de la música y la magia del baile, Jūn Xiān vio sus ojos y escuchó su nombre, recordando aquella sensación cuando la vio bailar por primera vez.

—Amie —susurró para sí mismo, al reconocerla.

Ella levantó la vista y sus ojos se encontraron con los de Jūn Xiān. Fue entonces cuando la música pareció detenerse y el tiempo se ralentizó. Jūn Xiān se acercó lentamente, sus corazones latiendo al unísono.

—Eres la guía de mi sendero —susurró Jūn Xiān, con voz suave y emotiva.

La noche continuó, y mientras las estrellas brillaban sobre ellos, se tocaron las manos al bailar, sellando un vínculo profundo y eterno.

Sin embargo, la Corte del Resplandor no estaba exenta de conflictos. Jūn Xiān, con su "Visión Astral", discernió la sombra ominosa que se cernía sobre su tierra encantada, una oscuridad desafiante incluso para las estrellas más brillantes.

En un gesto de promesa, Jūn Xiān depositó un beso en la frente de Amie. —Que este beso sea mi juramento —susurró con determinación—. En las sombras lucharé por nuestro hogar. Siempre serás mi luz en la oscuridad.

Con estas palabras resonando en el aire, se despidió de ella con tristeza pero también con resolución inquebrantable.

En un momento crucial, Jūn Xiān se dirigió a las divinidades regentes para alertarlas sobre la amenaza inminente. En la reunión celestial, pronunció con firmeza:

—Divinidades regentes, estoy aquí para advertirles de una oscuridad que se avecina. Un demonio se esconde entre nosotros, avivado por la envidia y la codicia. Esta traición amenaza con dividir nuestro reino y sumirlo en el caos.

Melodía EstelarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora