Cielo.

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Segundo día.

Clases, no había nada peor que eso, o bueno, si lo había, pero en estos momentos para Han no lo había, recién comenzaban las clases de historia y estaba que se tiraba por la ventana (teniendo en cuenta de que estaba en el primer piso, no pasaría nada) pero que horror más grande las clases de historia, más si el profesor era un viejo gruñón que parece odiar a los humanos.

Por suerte se sentaba en el último puesto.

Estaba a punto de quedarse dormido cuando la puerta de la sala se abrió de golpe, dejando ver a un chico con el uniforme todo desordenado, agitado y con sudor, parece haber corrido un maratón de cien millas.
Un momento, yo lo conozco... ¿De dónde...? Oh, oh no. - Pensó Han.
Es él, es el de anoche.

Minho: Profesor.. Perdón, no pasaba ningún bus y tuve que venir a pie, sin darme cuenta iba llegando tarde y lueg..
Profesor: ¡Basta! No más explicaciones, siéntate atrás antes de que te mande a dirección por retraso, siéntate con el chico rubio de allá atrás. - terminó de hablar mientras señalaba a.... Han.
¿Cómo se puede desaparecer de la fas de la tierra sin dejar rastro? Pregunta sería por parte de Han.
Le daba vergüenza verlo luego de que lo escuchara llorar.
En cambio, Minho al ver quien era su nuevo compañero de puesto sonrió, después de todo llegar tarde no estuvo mal.
Minho: Hola, chico desconocido.
Han: ¿seguirás diciéndome así la pesar de que ya sabes mi nombre? - susurró Han.
Minho: Sí, la verdad, está genial el apodo, aparte, que sepa tu nombre no significa que dejes de ser un desconocido, por cierto ¿por qué susurras? - lo último lo dijo en un susurró al igual que como lo había hecho Han.
Han: hablo bajo porque el profesor nos puede escuchar, y no quiero una queja en dirección. - la respuesta hizo que Minho soltara una carcajada, la cual no escuchó el profesor (algo bueno para Han)

Aquella clase siguió con normalidad hasta el final.
El profesor había dejado un trabajo.
     Un 
          Puto
                Trabajo en parejas.
Ah, pero no cualquier pareja, si no que sería con quien compartes puesto.
Una presentación de disertación con maqueta, llevaría tres meses realizarlo.
    
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Era ya horario de almuerzo y Han estaba sentado con sus amigos, pensando como es que lo haría con la bendita maqueta, estaba seguro que alguno de estos días terminaría por caer en la locura.
Y entonces.. Escucho una voz masculina justo al lado de su oído hablar.
Minho: No te preocupes por la maqueta, cielo - Han juro sentir un tremendo escalofrío al escuchar la palabra "cielo" desde su nuevo "amigo".- Podremos hacerla en los tiempos libres, soy responsable, tranquilo. - Han podía jurar que Minho tenía una sonrisa en su rostro, una hermosa sonrisa.
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Minho no mentía, él era realmente responsable, adoraba tener el promedio casi perfecto, parecía el típico estudiante que se salga las clases y no estudia porque no le importa su vida académica, pero en realidad era todo lo contrario.
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Primera Junta.

Quedaron de juntarse en una biblioteca pública de en donde vivían, Minho había llegado diez minutos antes en cambio Han... Han llegó diez minutos tarde, pero eso no importó, o bueno, a Min no le importó.
Lograron avanzar demasiado en como sería la maqueta, y en la próxima junta comenzarían a realizarla, iba quedado bella.
Pensamientos:
Eres bueno en las manualidades, Lee, y responsable.. Gracias por ser mi compañero.
Definitivamente disfruto hablar contigo, Hannie, el tiempo pasa volando a tu lado.
Conversación:
Minho: ¿Quieres que te vaya a dejar hasta tu casa, Hannie?
Han: No, no te preocupes, pero gracias.
Minho: ¿Seguro?
Han: Seguro, no iré a casa de inmediato, necesito ir a un lugar antes, pero gracias, ¡hasta luego! - terminó de hablar con una sonrisa en su rostro.
Una conversación corta, pero calida.

un último adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora