Capítulo 7: Sandía

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Watermelon sugar - Harry Styles

Isabella

¿Qué es lo que me pasa?

No es mi tipo de hombre, no puede serlo con esa fama de conquistador, y me exaspera que considere la idea de que puede tenerme. Los tipos como él no quieren nada serio y buscan a una mujer solo para pasar el rato, sí, siempre se trata de sexo para ellos. Intentan persuadir con palabras bonitas, y te dan la suficiente atención para hacerte volver y caer en la telaraña de mentiras, al igual que un boomerang.

Pero Hansel era otro tema, es realmente bueno para maniobrar la situación a su favor. Siempre parece estar analizándome, odio que me mire con esos malditos ojos azules que parecen buscar algo. Es como si estuviera memorizando aquel instante, haciéndolo parecer especial cuando no lo es en lo absoluto.

Eso no funciona conmigo, no me dejo engatusar por un par de miradas y sonrisas que se ven inocentes, pero que en realidad son todo lo contrario. He aprendido a ver más allá de las apariencias y lo que veo en Hansel no me gusta ni un poco.

—¿Y bien? —Gabi sentada en frente de mí me mira expectante—. ¿Vas a contarme o vas a seguir en las nubes?

Pestañeé con rapidez y regresé a la tierra, ¿Cuánto tiempo había estado tan callada?

—¿Isabella, dime la verdad, ¿te gusta el idiota de Hansel?

—¡No! —afirmé—, por supuesto que no.

—Entonces ¿qué fue esa miradita de complicidad? —avergonzada le di un mordisco al trozo de sandía—. Cualquiera que los hubiera visto se habría dado cuenta de la química que había entre los dos.

¿Yo? ¿Enamorada de Hansel? Eso solo pasaría cuando él dejara de ser tan picaflor y yo dejara de ser tan esquiva con los hombres, y hasta la fecha solo me había enamorado dos veces.

—Ideas tuyas Gabi, no sabes lo pésimo que se portó en la boda.

—¿Tan grave fue?

—¡Sí! Se portó como un idiota y aun así, tuvo el descaro de engañarme. Me embaucó con un correo haciéndose pasar por un hombre caballero y respetuoso. Hasta inventó un chisme para obligarme a aceptar la propuesta.

—Y se salió con la suya porque finalmente, aceptaste —se burló mordiendo la sandía. Era lo único que comía últimamente, su bebé le exigía comer sandía—. De todas maneras, ten cuidado trabajando para él, Hansel tiene magíster en romper corazones y doctorado en bajar calzones.

—No hace falta que lo menciones, nunca saldría con un hombre como él —Gabi sonrió al escucharme.

—Isabella, estás en la primera fase.

—¿Qué significa eso?

—¿Lo encuentras atractivo?

—Bueno, feo no es —respondí, al no poder negarlo

—Ay linda, todas empiezan por ahí, así que espero que entiendas por qué te voy a decir esto —Gabriela se acercó y me tomó de las manos—. Hansel no es de los que se enamora así que no te enamores de él, pero si lo quieres para divertirte es el indicado. Solo revisa tus prioridades y decide en qué lado de la balanza lo deseas.

—Yo no lo deseo.

Gabriela al escucharme, soltó una carcajada que hizo eco por la habitación, como si mis palabras fueran una broma. Luego se levantó y regresó a su lado del sofá con un gesto escéptico, dejando en claro que no me creía ni una sola palabra.

—Lo digo en serio —respondí molesta—. No quiero que mi primera vez sea con un idiota que solo piensa abrirle las piernas a cuanta mujer se le cruce por delante. Me gusta la exclusividad.

Intenta no enamorarte de mí, florecita EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora