Capítulo 8: Un Encuentro a Medianoche

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La tensión en Willowbrook había llegado a su punto más alto. Las facciones divididas entre los que habían hecho pactos con el gato negro y aquellos que luchaban por romperlos se enfrentaban en disputas cada vez más intensas. La noche parecía ser el escenario perfecto para los encuentros y confrontaciones.

Fue en una noche oscura y nublada, cuando la luna apenas se asomaba entre las nubes, que Sarah tuvo un encuentro a medianoche con el gato negro. La criatura la había estado persiguiendo en sueños, susurrando promesas tentadoras que habían estado tentándola cada vez más.

Esta vez, el gato la llevó a un rincón apartado del bosque, donde las sombras eran más profundas. Allí, bajo la luz intermitente de la luna, el felino comenzó a hablar en un lenguaje que Sarah apenas podía comprender. Eran palabras antiguas y olvidadas, que resonaban en su mente como un conjuro.

El gato negro reveló más detalles sobre la profecía que había estado tejiendo en los sueños de los habitantes de Willowbrook. Habló de un evento catastrófico que amenazaba con destruir el pueblo, pero también mencionó una posibilidad de redimirse, un camino hacia la salvación.

Sarah, aturdida por la revelación, se encontró en un dilema. El gato negro le ofreció un pacto que podría cambiar el destino de Willowbrook, pero el precio era más alto que cualquier cosa que hubiera imaginado. Tenía que decidir entre arriesgar todo por el bien del pueblo o resistirse a la tentación y enfrentar un futuro incierto.

Mientras tanto, el pueblo dormía en la ignorancia de lo que estaba por venir. El enigma del gato negro alcanzaba su punto culminante, y el destino de Willowbrook pendía de un hilo. La noche a medianoche marcó un punto de no retorno en esta oscura historia, donde las decisiones de Sarah y los eventos que se desencadenarían a partir de entonces determinarían el destino de todos.

Susurros de Medianoche: El Enigma del Gato NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora