𝐂‧𝟎𝟏

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*ॢ➴.

𝓒𝒂𝒑. 𝟎𝟏


𝐀𝐍𝐓𝐈𝐂𝐔𝐀𝐃𝐀




Ya llega la tarde y tendré que ir a mi nuevo trabajo con mi hermana, al bar que es demasiado conocido por California. Al parecer mi hermana Leonie me consiguió trabajo allí.

Me arreglé como normalmente lo hago, una camiseta negra pegada, un pantalón de mezclilla azul marín. Ahora si que estaba lista, me maquillé muy poco y lucír más natural, iría a trabajar no a modelar.

Refrán de mi madre.

— Bueno, Kris creo que es hora de irnos. — hablé, acercándome a su habitación.

— Sí, vamos. — suenan entredientes — Hay un pequeño detalle, y es que como es tu primer día será doble turno. 

Puta madre, aparte que no eh dormido bien ultimamente, tendré que estar allí hasta las 6:00am.

— Ok, pero ¿estás tú, no? —dije, cruzando los brazos. 

— Acaso eh sido tu niñera. — río divertida.

— ¿O sea que me dejarás ahí sola? —hablé ofendida.

— ¿Sí? Tienes ya 19 años, maldita miedosa — habló enojada.

Que hermana muy poco preocupada. 

Salímos de la casa y fuimos directo al Bar llamado Boardner's que por cierto aveces suelen ir personas famosas así. No es de mi interés por que no eh escuchado hasta ahora que haya ido alguna banda de mi agrado.














***













Nos encontramos fuera del bar, exactamente a las 9:20pm, entramos al lugar y si que se encontraron muchas personas, y por la forma que fuí vestida no me sentí comoda. Fuimos con el gerente del lugar.

Señor que por cierto un poco coqueto con las chicas menores, algo incomodo, me quería largar ya de aquel lugar pero el señor dijo que me pagaría muy bien. (Debía no aceptar pero sí).

Fuí a la barra con todas las chicas que al parecer dos de ellas junto conmigo tendremos doble turno por 3 noches.

— Mucho gusto, mi nombre es Angela — habló una de las chicas que se quedaría conmigo en el doble turno.

—Igual, mi nombre es Jessica. —sonreí.

Las demás no sabían ni quién mierda eran, tal vez ya les caía mal. No importa que cualquier rato que me miren mal las madreo.

Empezó más el ambiente en el bar. Iva llegando más y más personas, así como también se ivan. 

Pero justo a las 00:34pm llegaron cuatro chicos. Uno con rastas negras y sus puntas algo blancas, su ropa toda negra, mientras que a su lado otro chico un poco parecido a el, pero el primero que mencioné estaba maquillado sus ojos, bueno el chico de su lado con unas trenzas africanas negras, con una bandana, su ropa holgada y alto. Mientras que al otro lado otros dos chicos más, a mi parecer venían con ellos uno de ellos tenía el cabello por sus hombros con un color castaño, a su lado otro chico normal y un poco tierno por su rostro.

Quizas sea una banda, pero ¿por que no eh sabido de su existencia? 

Pasé algunos minutos analizándolos y uno de ellos me volteó a mirar. El chico de rastas negras, me sentí intimidada por su mirada fijada en mi, mejor volteé a ver otro lugar disimulando un poco.

Soy una mierda para disimular. Y para este momento Leoni no estaba conmigo.

— Ángela, ¿sabes quiénes son ellos? — preguntó, apuntandolos un poco con mi dedo índice.

— Es enserio que no los conoces, es la banda Tokio Hotel, — rió burlona — son los más conocidos por todo latinoamerica y más.

- ¿Y? — Fruncí el ceño — Puedes decirme, ¿como se llama cada uno? 

— El chico de rastas se llama Bill el cantante, a su lado está el chico más guapo de la banda se llama Tom el guitarrista y hermano gemelo de Bill. — dijo, explicandome quiénes eran con cada adetalle.

¡¿HERMANOS GEMELOS?! Parece que estoy ciega por que no les veo mucho el parecido solo sus ojos y su nariz. 

— Y los dos de su lado son Georg y Gustav. El de su cabello largo castaño es Georg y el otro Gustav. 

— La verdad, es que no le veo que esté muy guapo el chico de trenzas, Tom. — reí, divertida.

— Pues...para que puedas apreciarlo mejor, tu los atiendes. — me entregó un mandil.

- ¿¡WHAT!? por que no tu. — rodeé los ojos.

— Para que los conozcas, por que no suelen venir seguidos. 

Esperaba algunos segundos a que llegaran a sentarse, y al parecer fueron al lugar VIP donde se encontraban las bandas, cantantes solistas y más famosos. No habían muchas personas allí. 

Me pusé el mandil que me dió Angela y me armé de valor, para no pasar vergüenza frente a ellos.


Me acerqué al lugar, tropezando con algunas personas que se encontraban caminando en grupos. Llegué al lado de los chicos, primeramente presentándome.

— Hola, me presento mi nombre es Kathryn. — hablé, casi tartamudeando pero sonriendo.

— Hola, nos puedes traer a cada uno dos botellas de cerveza. — habló el chico de rastas, sonriendo.

Asentí devolviendo una sonrisa. Fuí a la barra para cojer las botellas de cerveza que me habían pedido, pero al estar intentando alcanzar algunos vasos se cayó una botella que sostenía en mi mano. 

Puta madre, quisiera morirme en este momento. Vale, mi primer día de trabajo y ya estoy rompiendo un vaso. 

!Que linda noche, como para romper un vaso¡ 

Limpié los vidrios del vaso roto, olvidandome de los chicos que habían pedido las cervezas. 

Y al estar en el piso limpiando algunos vidrios pequeños que se estaban quedando, me levanté quitando mi cabello de mi cara para así ver que Tom se estaba acercando a la barra. 

— Oye, me puedes decir que pasa, — habló, fruncido el ceño. — ¿Por qué no llegan nuestras cervezas?

— Perdón, ahora voy. — hablé, intentando dar alguna explicación, pero este puso la palma de su mano frente a mi. 

Tom, se fue alejando yendo a su mesa con los demás chicos. Limpié todo lo que quedaba y salí con las botellas y los vasos en mi mano. 

— Aquí esta lo que me pidieron. — hablé, mirando hacia abajo impidiendo la mirada de cada uno. 

— No le pidas disculpas a este imbecil, — habló Bill, refiriéndose a su hermano. —yo se lo que pasó. — acarició mi mano. 

—Callate Bill. —gritó Tom. 

— No. Mejor ya emborrachate rápido para irnos. — Rodó los ojos.  

—Bueno, creo que yo mejor me voy. — sonreí intentando no verme nervioso. 

— Si, ve a encargarte del vaso — habló Tom, burlón. — Cuidado puedes lastimarte tus pechos.

Rodé los ojos, y me intenté alejar de allí. Molesta por su comentario super fuera de lugar, me acerqué a la barra viendo mi celular por un momento. 

De reojo vi que este chico Tom se estaba acercando a mí. Este se acercó intentando disimular que iva a pedir algo, mientras que yo solo limpiaba un poco allí, Tom se volteó asentando su espalda en la barra plantando su mirada en mi.

— Oye, solo venía a disculparme por decirte eso. — reacomodó su gran chaqueta negra. 

- De acuerdo. —Dije sin mirarlo. 

— Bueno, me llamo Tom. Aún no me había presentado. — río.

— Oh, y yo solo su mesera. —hablé seria. Alejando de allí

Este volteó, tomando de mi brazo. — No siempre soy así, ya te pedí perdón. 

—Sí, pero suéltame. Estabas llegando al punto de decirme sobre mis pechos. —hablé molestando. Pero por dentro me moría de la vergüenza. 

—Solo quiero distraerme un rato. Es una noche importante para nosotros. —se cruzó de brazos. 

— Entiendo, pero eso no justifica lo que me ha dicho. — hablé. — Seras un chico guapo, famoso y todo lo que quieras pero no.

— Lo entiendo. 

— Que entiendes. — arqueé una ceja. 

— Eh conocido a muchas chicas como tú, no me extraña tu actitud. — río burló. 

— Si tienes muchas chicas, como debe ser yo no será una de ella. — Golpeé su brazo, haciendo que este por fín me suelte mi brazo que ya estaba rojo de la fuerza que este tenía. 



















***















Siguió la noche, pero Tom no quitaba la mirada que la tenía figada en mi. Me sentí intimidada por que se la pasaba siguiendome solo con su mirada, mientras que yo de reojo miraba como este se le acercaba a cada chica rubia a besarle en el cuello. 

Tremendo mujeriego que eh visto hasta ahora. 

Ya eran las 2:30am me moría de sueño, pero justo a esa hora dijeron que pasaba algo importante entre algunos famosos.

Después de estar algo aburrida y súper intimidada por Tom, ya que este traia su mirada plantada en mi. Fuí con otros chicos a atenderlos como debería ser. 

— Hola, mi nombre es Kath.... — intenté hablar sin antes ser interrumpida por uno de estos chicos, cuando estuve cerca de ellos. 

— Sisi, callate puedes traernos dos refrescos y una cerveza. — habló uno de los chicos que me había interrumpido. 

- De acuerdo. — rodé los ojos, incomoda. 

Volví a la barra por milesima vez, al estar buscando los refrescos una de mis compañeras me habló solo para decirme, «Parece que allá se van a pelear» . 

Soy la señora chismes, asi que no iré y mejor me quedaré aquí, pero al estar fijandome en quien se iva a "pelear" vi que Tom estaba discutiendo con el chico que hace un rato me pidio los refrescos, que por cierto no eh ido a servirles.

Tom parecía muy enojado, le gritaba aquel chico, quien estaba frente a él, cruzado de brazos y con el ceño fruncido. 

Obviamente por la música, y por las millas de personas conversando, no se podía escuchar absolutamente nada. 

Tom tensó la mandíbula y apretó los puños. Después empujó el pecho al chico, así dando por empezar una pelea.

Pero antes de que el chico respondiera a la agresión de Tom, este fue interrumpido por Bill, quien rápidamente intervino y los separó. 

Pareció preocupada, y yo solo veía muy intrigada lo que sucedía al frente de mi. Pero alguien me saco de mis pensamientos. 

— Katy — me llamó Gustav, uno de los chicos que estaba con los gemelos. Volteé de inmediato. — ¿Quieres venir a jugar? — me preguntó amablemente. 

El chico desde que lo vi me parecía tierno, aunque no lo vi sonriendo mucho, lo era. 

Sonreí, y contesté. — ¿Cual juego?

— Verdad o reto, ¿te unes? —sonrisamente levemente. 

Lo pensé un poco. Me daban pavor los restos, y las verdades me eran difíciles de contar. Aparte por que tenía que atender a los demas, pero asentí. 

Acomodó la gorra que llevaba. —Ven. — esta vez irritante, lo que me hizo sonreir a mi. 

Caminamos hacia el lugar, en donde me habían dicho sobre el famoso juego de los famosos, paró donde se encontraron por el momento cuatro personas sentadas en un círculo, con una botella acostada en el centro de ellos. 

Gustav se sentó, y yo copié su acción. 

Solo unos segundos más, y cada vez el círculo se llenaba más. 

Cada vez me sentí más nervioso, sabía que los retos no serían tan amables, y con más gente famosa y desconocida. 

Del círculo, solo conocía a Gustav pero apenas hoy supe de el y su nombre, este estaba al frente mío y se podía notar que estaba igual, o más nervioso que yo. 

Mire a un punto fijo, intentando distraerme con mis pensamientos. Recordé como vi discutir a Tom y al chico que nunca le llego sus refrescos y su cerveza, ¿que habrá pasado?

Las personas empezaron a murmurar demasiado alto de la nada, interrumpiendo mis pensamientos, otra vez. Levante la mirada, encontrándome con Georg, Bill y Tom, quienes se acercaban al ciclo, para jugar. 

Me sobresalté, cuando vi que la nariz de Tom sangraba. Este se veía furioso. 

Al parecer no fue solo una pequeña discusión.

Sentí una pesada mirada sobre mí, al voltear y seguir aquella mirada, me encontré con la de Tom, mientras limpiaba la sangre de su nariz. 

¿Tendré la culpa de algo y no lo sabía?

Una chica que se encontraba conmigo trabajando se me acercó. 

— El pequeño escandalo que armó ese chico con el otro que esta rotó el labio, no pareció suficiente. — rió silenciosamente, susurrando en mi oído. 

— ¿Qué problema tienen estos para pelear? - susurré. 

— El chico de allí, — dijo refiriéndose a Tom — reclamaba por ti. —río. — La pelea fue por ti.

— ¿Estás bromeando? — susurré molesta. — No eh tratado con ninguno. 

Se encojió de hombros y se sentó a mi lado para seguir jugando. 

Ahora entiendo su mirada, pero ¿acaso yo le eh dicho que peleé? Ni lo conozco de seguro fue por alguna otra cosa. 

Seguí con el contacto visual, y no pude evitar fruncir el ceño. 

— Bueno — habló Gustav, intentando quitar cualquier tensión en el ambiente. — ya saben como se juega, ¿ciertos? — todos asintieron. 

Se levantó y se dirigió a la botella. La tomó y la rodó. 

La botella empezó a rodar velozmente, para después parar, y apuntaar a una chica rubia ya un chico castaño, definitivamente no puedo decir que los conozco. 

Y ahí empezó el juego. Retos y verdades totalmente sucias no tartador en comenzar 

— Te resto que le hagas sexo oral a la persona que tienes a tu lado. 

La botella había sido rodada alrededor de diez veces, y ninguna me había tocado a mi. 

Estaba calmada, me gustaba solo ser espectadora, y ver al mundo arder desde lejos. 

No me tocaba, era la primera vez que tenía la suerte de mi lado. 

Gustav se encargó de volver a rodar la botella. 

— Katryyn.... — mire a quien me hablaba rápidamente. Observe como la botella me apuntaba. Gustav sonreía maliciosamente. — ¿Verdad o reto? — dijo pausadamente. 

Dios, ¿por qué me has abandonado?

Mire a mi alrededor y todo mirban expectantes, esperando a ver un poco de drama. 

— Reto — titubee, nervios. 

Gustav miró a su alredeor, y pensó unos segundos. 

— Te reto... — me miro fijmente. Paso una mano por su barbilla. — Te reto a besar a Bill. —habló finalmente. Los demás se empezaron a reír, otros solo miraron listos para observar todo con atención. 

Mi corazón se aceleró. Gustav, es enserio, pensamos que ivamos a ser buenos amigos. 

Mire de reojo a Bill. Pero este lucía tranquila, mientras se recargaba de su brazo. Sonrio

Sentí mi cara ponerse totalmente roja, no por que Bill me pareciera algo atractivo, sino por verguenza. 

—Vamos, bésense. — gritó una persona del círculo, y los demás lo apoyaron, gritando y aplaudiendo. 

— El deseo de besar a alguien famoso se te va a cumplir. — rió la chica que estaba a mi lado, susurrando ami lado. 

Mierda. 

Mire a todos con nerviosismo, y otra vez, otra vez por milesima vez me miraba. Tom frunció el ceño, apretaba sus puños, y marcando sus blancos nudillos, dejando en evidencia que le molestaba el reto. Aun que eso me confundió y me dejo con dudas, sonreí, me gusto el reto, me gustaba más verlo enojada aun que recien esta noche lo conocí. 

Volteé a ver Bill y este sonriendo. Me arrodillé, y me coloqué a su tamaño. El sabía que solo era un reto. 

Mis manos toparon sus mejillas, y acerque mi cara hacia a la suya. Setí su respiración tocando mi cara, mire sus labios, y los relamió al instante por instinto. 

— ¿Quieres? —Pregunté, antes de cometer algún error. Sonrei para volver a ver los ojos delineados con un flamante negro de Bill. 

El esbozó una sonrisa y asintió. —Claro. —susurró. 

Volví a mirar a Tom, este levantó sus cejas pobladas y rodó los ojos con ojo, aún limpiando la sangre que salía sin paraar de su nariz. 

La mano enguantada de Bill se dirigió a los mechones de cabello que estorbaban en mi cara, pasándolos por detrás de mi oreja. 

Sonreí, el me estaba siguiendo el juego, y eso me gustaba. 

Las personas miraban atentamente el momento, emocionada, claro excepto Tom, quien estaba que se moría de rabia. 

Volteé a ver a Bill, y este atrapó mis labios de un golpe, rompiendo cualquier tensión entre los dos. 

Me sobresalte no pude evitarlo. Las personas al rededor gritaban y apoyaban el asunto. 

— ¡No antojen! — gritó alguien, haciendo que todos rieran. 

Bill y yo nos separamos rápidamente, no por que la gente lo pedía si no por falta de aire. 

Nos sonreímos y me acomodé en mi puesto, para después discretamente, mirar hacia el chico de trenzas, quien parecía estar rojo de tanta rabia. 

No sabia que le molestaba ni siquiera se cuantos años tiene, donde vive o algo parecido, pero amé verlo veliz, me hizo feliz. 

El tema ahora es que él también venía a festejas pero Tom se llevó la peor parte, al parecer.

Gustav me alzo sus dos pulgares, de aprobación. 


















****













Me encontraba muriendome del sueño en un sillón en una pequeña habitación del bar, pero ya casi era hora de irme. 

Preparé mis cosas, y salí un rato más a ver como estaba el ambiente, al parecer los chicos de la banda seguían allí tomando pero Bill y Tom se encontraban distanciados. 

Me acerqué a ellos, para ver si necesitaban algo. 

Ok solo me acerqué paraa conversar quizas seríamos buenos amigos. 

—Hola de nuevo. —reí. 

—Hola Jesús. —Me saludó Gustav. — Hola — siguió Bill sonriendo. 

—Hola Georg. —sonreí, intentando llevarme bien con ellos. Pero este me saludo igual de emocionado que Bill y Gustav. 

Tom, me miró y se levantó para después ir al lado de una chica. Eso me molestó pero no lo demostró, solo sentí celos, pero, ¿cómo? no lo conozco. 

Me quedé algunos minutos con ellos tomando algunas cervezas, conversando sobre sus canciones. 

Llegó la hora de irme a mi casa a dormir un poco, para después en la noche volver al bar. Esta vez con más animos. 

Bueno esa fue mi primera noche, llena de sentimientos y con un vaso roto. 







El proximo capitulo,
saldrá más tarde no se preocupen




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@𝟔𝟔𝐦𝐢𝐧𝟑𝐫𝐝 ⁃ 𝟐𝟎𝟐𝟑

𝕾𝖍𝖊'𝖘 𝖒𝖎𝖓𝖊 • Tom KaulitzWhere stories live. Discover now