Intenté poder reconocerme, mi escritorio vacío y con el desesperado intento de tener algo mío, mi libreta seguía abierta. Vi el sol, me senté bajo sus rayos aunque lo odiaba con todo mi ser, empezó a agradarme, abría la terraza todos los días y como buen joven con el corazón roto, busqué nuevo apartamento. Este me estaba dañando, podía ver a mi ahora ex en cada esquina. Y hablando de mi ex, sigue hablándome como si nada, sigue dándome los mismos pequeños bocaditos a mi hambre insaciable.
La mudanza me mantuvo alejado del ordenador, de sus redes y de la puerta. Porque sí, algo dentro de mi esperaba que apareciera a pararme de desaparecer.
Mis compañeros nunca se dieron cuenta de nada, ellos se juntaban en la sala de estar varias veces a la semana teniendo en cuenta que ambos estaban de vacaciones, llegaban a llamarme pero siempre tenía una excusa. Hasta que les comuniqué sobre mi mudanza y se mostraron preocupados, así que tuve la decencia de explicarles que la razón de mi mudanza es mi corazón roto. Les expliqué que no quería entrar en detalles así que no preguntaron, en cambio, me ayudaron a empacar y charlaron sobre mil y una cosas que me mantuvieron bastante entretenido.Mi corazón dolía porque los estaba dejando atrás, pero sabía en el fondo que nunca se iban a ir de mi vida. Así que cuando llegó el día los abracé por primera vez y les agradecí todo lo que hicieron por mi. Mingyu y Eunwoo, guardé sus números y me arrepentí de no haberlo hecho en todos estos meses, estaba tan perdido.
Me recibieron dos chicas y un chico en el nuevo apartamento que de presentaron como Bada, Redy y Jin. El sitio era enorme y un poco más alejado de la ciudad, tenía la ventaja de poder llegar en diez minutos en coche pero también la de poder dormir sin oír a borrachos gritar a pecho en la madrugada.
Jin me invitó a pasar y Redy ayudó con las maletas mientras que Bada se despedía apresurada por la puerta.— ¡Discúlpame, prometo presentarme más tarde!
No me esperaba un recibimiento así, normalmente cuando llegaba a otros lugares, no había nadie en la casa. Y claro, como era de esperar en mi, cuando me dejaron en mi habitación, me encerré por las horas posteriores. Desempacar era sencillo más cuando me encantaba este lugar. La terraza enorme, las persianas correderas, la corriente, la cantidad exagerada de muebles, el baño en mi habitación. Me aseguré de que mi nuevo lugar tuviera todo esto. Tenía algunas cajas en mi coche, a por las que iría más tarde. Tener el ordenador sin montar me venía bien para empezar mi nueva vida.
Pasadas las horas, un susto me me hizo botar en mi cama y la toalla con la que me secaba el cabello mojado. Hacía mucho que nadie tocaba mi puerta, ni siquiera Mingyu y Eunwoo que no tenían ni mi número, así que me levanté a abrir, extrañado y con una expresión curiosa.
— ¿Qué tal, te has acomodado bien? — Era Jin, con una sonrisa amable y un pijamas elegante pero bastante cómodo a mi vista. Supongo que es un gesto de amabilidad.
— Sí, la verdad es que ha sido fácil, lo difícil viene mañana cuando saque las cajas. — Estaba listo para que se despida y así volver a mi búsqueda exhaustiva de restaurantes que repartieran a esta hora.
— Bueno, entonces ven, acabo de terminar de hacer la cena y Bada está apunto de salir de la ducha. He hecho ramen casero y tortilla española. He leído bien tu formulario y da la casualidad de que todos amamos el ramen aquí.
El formulario, se me había olvidado por completo. Ya me preguntaba yo por qué querrían saber mi comida favorita.
Mi sonrisa fue tan sincera que creo que Jin la notó, porque me sonrió de la misma forma. Bada justo salía de su habitación también con el pelo mojado y con la misma hambre que yo porque ambos tomamos el bol con las mismas ganas nada más sentarnos.
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Alma de un vampiro
Fiksi IlmiahEscribí historias y cartas, todas de amor sin haberlo experimentado. Y cuando lo experimenté, me olvidé de todo. Un reinicio en mi sistema. Ahora que me han roto el corazón, que mis músculos se encogieron de la ansiedad del dolor más fuerte que he...