Y es que ni él supo cómo llegó a ese punto crucial donde una pequeña decisión definiría su vida a partir de ese momento.
Está sudando, sus piernas temblaban y tuvo que secar las palmas de las manos con su mandil.
Él sabía que las consecuencias que tendrían sus actos lo podrían afectar negativamente, pero, había una posibilidad de que esto lo mejorara todo.
Con nervios y rezando por lo mejor solo pudo levantar el cuchillo entre sus manos.
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• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • Con ese cuchillo se dispuso a cocinar carne extra para su querido marido, es que Katsuki simplemente no lo puede evitar, le encanta consentir a su esposo.
Tal vez por la pequeña sorpresa se pueda llevar un premio o tal vez todo lo contrario, de solo pensarlo las piernas de Katsuki temblaron como gelatina.
Desde el punto de vista de Katsuki todo lo que le daba Eijiro era perfecto, aunque a veces ese algo lo terminara dejando sin caminar.
Sin pensarlo más empaco la comida de su marido, el cual apenas iba bajando las escaleras con mucho sueño por trabajar hasta tarde.
Mientras Katsuki le empacaba el almuerzo Eijiro se le acercó por detrás abrazándolo de la cintura - ¿Que huele tan bien? ¿Hiciste carne amor? - dijo Eijiro mientras olfateaba la lonchera -Ay! Eijiro Kirishima sal de la cocina! ¡Arruinaste la sorpresa! - exclamo Katsuki enojado, nunca podía hacerle una sorpresa a Eijiro, siempre se enteraba de que era antes de dársela.
-Ya mi cielo, tú siempre me sorprendes con lo qué haces así que de alguna manera sigue siendo sorpresa- Eijiro solo quería calmar las aguas, pero al ver que no se podía ocupo su último recurso, aferrándose a Katsuki de tal manera que se podía ver dolorosa decidió adelantar uno de los tantos regalos semanales que le tenía a su esposo.
-Amor, ¿Qué tal si te acompaño de compras? Podemos pasar a Hermés o a Louis Vuitton, también podemos pasar a PRADA por una bolsa o si quieres a CHANEL por más maquillaje, por favor, amor, háblame mi vida- Katsuki aún ensimismado en su berrinche hizo un puchero y volteó su cabeza al otro lado.
Eijiro ya entrando en desesperación por ser ignorado por su esposo lo empezó a abrazar más fuerte -Mi amor por favor dime que quieres y te lo concederé, quieres ir otra vez a las Islas Fiji o a un crucero por el pacífico, también podemos ir de expedición a la Antártida, pero por favor, amor no le hagas esto- Eijiro estaba totalmente desesperado, nunca soportaría que su esposo estuviera enojado con él.
Cuando Katsuki se apiadó de él lo tomo de los cachetes apachurrándolos - No quiero nada de eso tonto, solo quiero que por hoy pases el día conmigo sí? - Tan rápido como dijo eso Eijiro envió un mensaje para después volverse a Katsuki informándole que tenía el día libre.
