Para Eijirou, Katsuki es su persona favorita en el mundo, nadie jamás podrá igualar el amor que tiene por Katsuki, es por eso que el siempre busca momentos durante el día para estar con su esposo así sean cortos tener la sola presencia de su amor es suficiente para mejorar el, pero de sus días.
A veces cuando ve a Katsuki no puede evitar compararlo con un pequeño pájaro, con colores vividos, tan ajeno a lo que pasa en el mundo, tan libre...
Lamentablemente Eijiro nunca será nada de eso él es un monstruo que nunca debió existir, que nunca debía ser amado, pero aquí esta, en camino a pasar el día con su mayor tesoro, es egoísta, si, sabe que está mal mentirle a Katsuki sobre muchas cosas, claro que sí, es capaz de destruirlo todo por Katsuki, por supuesto, pero, está dispuesto a cambiar algo de eso?, claro que no, porque Eijiro es egoísta y si para tener a Katsuki a su lado lo tiene que encerrar, lo hará, porque él es un hombre malo.
Porque Eijro es un monstruo
Porque Eijiro odia compartir.
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Llegaron al centro comercial, uno de los tantos que estaban en el territorio de Eijiro ya que no puede dejar que su amado salga de sus dominios, algo o alguien le podría hacer daño y eso es algo que nunca permitirá.
Saliendo de sus pensamientos volteo su vista a Katsuki, con los ojos brillantes de emoción viendo los escaparates, Eijiro solo bufo.
- Habrá algo que le guste a mi bebe? - le susurro en el oído a Katsuki el cual solo dio un brinco del susto para después ponerse rojo por el apodo - Tonto no me digas así en público- la cara se le caía de la vergüenza ya que estaban rodeados de los guardias de Eijiro que estaban para protegerlos y cargar las compras, aunque sabía que no dirían nada eso no le quitaba la vergüenza.
- Pero te ha gustado algo amor? - insistió Eijiro, siendo para este una ofensa que Katsuki saliera con las manos vacías - Bueno.... pues... la verdad...megustomuchounvestido- dijo rápidamente Katsuki esperando no haber sido entendido por Eijiro, a pesar de ya tener casi dos años de conocerse y amarse Katsuki aún se avergüenza al pedirle cosas a Eijro, sentía que abusaba del dinero, aunque era todo lo contrario.
Eijiro solo suspiro sabiendo que su amada se ponía ansiosa al momento de pedirle cosas, puso su mano suavemente en la espalda baja de su pareja y con voz calmada dijo - Cariño recuerda que tienes que decir las cosas con calma, sino no puedo entenderte, ¿entonces que quieres? - empezó a sobar la espalda de su amado para dispersar su ansiedad, Katsuki respiro profundo y repitió - Es que me gustó mucho un vestido que acabamos de pasar...- dijo en un tímido susurro y Eijiro le dio una gran sonrisa, suavemente le tomo la mano y le pidió que lo guiara a esa tienda.
Eijiro sabía que era difícil para su esposo pedir cosas, por más necesarias que sean nunca verías a Katsuki pidiendo un vaso de agua a nadie, así sea que se esté muriendo de sed, él sabe que no es que su esposo no quiera las cosas simplemente así fue la mayoría de su vida, siendo reprendido por pedir cosas, haciéndolo sentir menos solo por pedir más de lo que se "podían permitir", Eijiro sabe cómo eran sus suegros siempre pensando en ellos primero dejando de lado a su hijo y sus necesidades, pero ya no más, dejo de ser así desde que se conocieron.
