𝐷𝑜𝑠 ⚘ 𝐴𝑟𝑡𝑒

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𝐺𝑎𝑏𝑟𝑖𝑒𝑙𝑙𝑒

Luego de la charla con Bill no hemos hablado mucho más acerca del tema pero si me dejó ver que va bastante enserio. Como por ejemplo cuando me mostró imágenes de Pinterest de brazaletes de pareja e ideas cursis de citas que personalmente amo muchísimo, como toda romántica empedernida, pero todas esas cosas me tienen pensando a las seis de la mañana si acaso hice lo correcto al aceptar la propuesta.

Doy vueltas en mi cama esperando a que la alarma de mi celular suene de una vez por todas, apenas dormí durante la noche gracias a mi demasiado activa imaginación que no dejaba de crear distintos escenarios adverdos; nuestros amigos se enteran de que era todo falso y se alejan de nosotros por mentirosos; mi padre se entera de que era mentira y me deshereda; los tipos malos se enteran de que era mentira y nos secuestran y asesinan, está bien, dudo que eso pase pero siendo un ser ansioso no puedo dejar atrás cada posibilidad que se pueda dar en el bendito universo entero.

La alarma tarda demasiado en sonar y mi cama ya no siente para nada cómoda, las sábanas están calientes y arrugadas, las frazadas pesan y las almohadas me sofocan, decido tomar riendas en el asunto y levantarme de una vez por todas para darme una ducha y ver si con suerte ahí puedo llegar a algún tipo de diálogo con mi consciencia, pero por supuesto no lo hago y cuarenta minutos después estoy bajando las escaleras en dirección a la cocina con más incertidumbre y nerviosismo del que tenía antes de levantarme.

¡Buenos días, solecito! —Sonrío con gracia ante el saludo de mi padre.

Buenos días, papá —Me tiende un plato con pancakes y mermelada—. Gracias —Lo vuelvo a repasar en cuanto se vuelve a parar frente a la estufa para hacer más pancakes, va en ropa interior, lo cubre sólo un mandil de cocina, calcetines blancos muy estirados, sus lentes de lectura puestos sobre sus ojos, en una mano el periódico y en la otra la espátula. Lo sé ¿Quién lee el periódico? Él, dice que hay que mantener las buenas costumbres del papel.

¿Qué tal dormiste? —A pesar de que su mirada esté fija en las noticias culturales de hoy sé que me está prestanto total atención. 

Mhh —Me observa en cuanto hago una mueca mientras trato de cortar uno de los pancakes—, No muy bien.

¿Bebiste té otra vez antes de dormir?— Pregunta en un suave y amoroso tono de reproche—. Te dije que después de las siete no, sabes que después no puedes conciliar el sueño —Niego—. ¿Entonces pasa algo que te tiene pensativa? —Asiento.

Ayer hablé con Bill— No decía enserio lo de que me desheredaría si sabía sobre este tema, es más me ayudaría mucho si lo hace.

Ay, me agrada mucho Bill —Me interrumpe—. Es un chico muy tierno.

Si —asiento tragando mi comida—. Pues Bill me pidió ser su novia —Sus ojos se abren perdiendo el interés de la nueva obra que presentarán en el teatro local.

¿Eso es enserio? —pregunta—. Me siento muy feliz, hija —Niego y frunce el ceño—. ¿No te agrada la idea? ¿Debería comportarme como un papá sobreprotector? Porque puedo hacerlo si es eso lo que quieres— Río.

No, para nada, Bill es una excelente persona.

¿Entonces? Creí que era un amigo muy cercano.

Lo es, el problema no es ese, yo a Bill lo quiero muchísimo— Dejo de lado los pancakes un poco para poder hablar más comodamente—, el problema es la razón.

𝑀𝑒𝑡𝑎𝑛𝑜𝑖𝑎 | 𝐵𝑖𝑙𝑙 𝐾𝑎𝑢𝑙𝑖𝑡𝑧 [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora