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¿Es posible estar solo en el mundo? No lo creía tan lejos de la realidad. Dos días caminando sin destino, encontró un par de casas abandonadas, al parecer era un pueblo remoto y ya abandonado.

Ésta era su tercera noche consciente, decidió quedarse en una de las últimas casas que veo mientras paseaba. Con cuidado sacudió las cobijas, se sentían entre húmedas, tal vez frías -no supo diferenciar realmente su estado-.

Se dejó caer en la cama y respiro entrecortado, últimamente hacía mucho frío, no había comido más que unas cuantas frutas que se encontraba en el camino, a veces no era suficiente y el agua ni se diga, no había bebido nada desde que despertó. Se sentía insatisfecho, además de sentir un enorme dolor en las platas de los pies, necesitaba calzado pronto.

Rebuscó en su bolsillo y encontró la foto, la admiró bajo las penumbras, se sentía tan conectado con ese chico que temía que él estuviera en una situación peor. Lo malo de esto es que no sabía nada, no recordaba quien era él, ni al chico de la foto, dónde estaba, a dónde tenía que ir, no había rastro de nada en su memoria.

Se acomodó en el colchón, era algo incómodo, pero era mejor que dormir en el suelo. ¿Habrá algo más allá?

En estos días no había logrado encontrar ni siquiera una persona, era muy extraño al menos para él, pues supuso que por lo menos alguien estaría ahí, un extraño que vive aislado o tal vez una pareja que vacaciona en un pueblito bello. ¿Era algo normal estar solo?

No quiso darle las vueltas al asunto, guardo la única pieza de su pasado y dejó que el sueño lo llevará lejos de la realidad. ¿Todo estaría bien? Esperaba que si.

Solo podía pensar en aquel joven que veía en la foto, se veía feliz junto a él, se sentía tranquilo al ver su imagen e imaginaba que él estaría buscándolo. Al menos podía imaginarlo.

Al despertar sintió un ligero dolor en la espalda, ¿qué le pasaba? ¿sería normal tener ese tipo de malestar en esa zona todo el tiempo? Tal vez había pasado acostado en el suelo por mucho tiempo.

Se levantó despacio y estiró su cuerpo ligeramente cuando estuvo de pie, dió una ligera mirada al cuarto y suspiró. No había nada más que hacer ahí.

Tomo la cobija, seguramente le serviría para luego y su cuerpo se lo agradecería mucho. La acomodó en sus manos y salió de la habitación, no tardó mucho para estar en el extintor de la casa.

Había sol, pero el viento frío iba y venía de repente. Dispuesto a irse dejo la cobija en el duelo, con intención de doblarla, pero decidió volver a la casa por algo para guardarla.

Buscó por la sala, solo habían discos viejos, fue hacia la cocina y abrió unos cuantos cajones, se alegró al encontrar un costal algo desgastado, pero funcional. Caminó nuevamente hacia la salida, fue hasta la cobija y comenzó a doblarla de manera que entrará en el costal.

Dirigió su mirada a un lugar remoto y se percató de que había una bicicleta, dejó lo que tenía en las manos y fue hasta ella. Estaba vieja, pero podría ser útil, así que la llevo por el pasto, probandola pacientemente.

Si, ése sería su modo de transporte. Todo feliz el costal y enredo sus asas por el manubrio de la bici y emprendió su camino.

"Voy por ti. Solo espera", pensó con esperanza, imaginando que llegaría su mensaje al chico de la foto.

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⏰ Última actualización: Aug 30, 2023 ⏰

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