Nunca sabes de quién te vas a enamorar, ni en qué momento. Tampoco sabes el por qué de esa persona o de la aparición de esos sentimientos, pero siempre salen en el momento que más duele.
No te das cuenta de que lo amas, hasta que lo ves mirándole a ella, con esos ojos con los que te gustaría que te miraran a ti algún día.
Nunca sabes si esa persona te gusta o estás enamorada de ella hasta que sucede lo peor. Aquí hay una gran diferencia : Una persona te puede gustar y atraer, incluso puedes pensar en ella durante unos días, pero cuando te enteras de que le gusta otra o, simplemente se va de tu vida, no te afecta nada o durante poco tiempo; pero si estás enamorada de aquella persona, en el momento que le veas luchando por el corazón de otra chica, te inunda un sentimiento de tristeza enorme, sientes que el alma se sale de tu boca y no puedes controlar las lágrimas que caen de tus ojos. El dolor te acapara y no puedes escapar de él. Te está consumiendo poco a poco.
En ese momento decides no volver a enamorarte nunca más. Piensas que el amor es una mierda, un engaño, un sentimiento que siempre te lleva al sufrimiento. Pasan los días, incluso meses, tonteas con otros chicos sin meter sentimientos de por medio y sigues hablando con el chico al que tanto amabas, que también se habla con otras chicas. Sois amigos, y disfrutáis compartiendo las historias amorosas del otro.
Un día, vas a una discoteca y conoces a un chaval muy majo, de tu misma edad y con muchas cosas en común. Te empiezas a hablar con él, pero por algún motivo no tienes sentimientos por él, aunque sabes que es el chico que toda chica querría tener, y por alguna razón, no le hablas de él a tu amigo, del que estabas enamorada.
Pasa una semana y todo sigue igual, hasta que te enteras de que a tu amigo le gusta tu mejor amiga. En ese momento, tu corazón se parte. Obviamente, le sonríes, intentando disimular el dolor por el que estás pasando. Pensabas haberlo superado, incluso escuchabas sus líos con otras chavalas y no te afectaban en lo más mínimo, pero en el momento en el que se involucran personas de tu entorno, el dolor te mata.
No basta con que te tragues todo ese dolor, y lo guardes para tus adentros, además, tienes que ayudarle y aconsejarle para que conquiste a tu mejor amiga, porque para eso están los amigos, ¿no?.
Aquí me encuentro yo, justo aquí. No quería enamorarme de nadie, incluso si veía que mis sentimientos empezaban a florecer, me alejaba de aquella persona que los ocasionaba. Hacía lo imposible para que no me volvieran a dañar, para no darle a nadie la oportunidad ni herramientas para que volviera a sufrir. Fuiste tú, no sé cómo, ni cuándo, pero lo que sé es que las has conseguido de alguna manera y eso, me está matando.
Y, ¿Sabes que es lo peor del tema?, Lo peor es que ahora tengo que verte la cara todos los días, comportarme de forma natural con mi amiga, mostrarme fuerte ante ti, y aguantarme las ganas de llorar cada vez que me hables de ella, mientras que por dentro me esté derrumbando.
Contarte lo que siento no es una opción. Me alejarías y eso me partería aún más el corazón, así que haz lo que quieras conmigo, úsame, pero no te vayas nunca.
Sé que llegará el día en que lo hagas, pero, por ahora te necesito aquí, conmigo, y estar en silencio, porque muchas veces una mirada vale más que mil palabras.