Me desperté al ruido de la vibrante alarma del despertador. No me lo podía creer: ¡Por fin era el último día de clases! Me levanté rápidamente y me hice, aún medio dormida y viendo solo a medias, un moño desordenado. Agarré mis gafas y bajé las escaleras de la litera, de la cual casi me caigo. !Qué torpe soy¡
Me vestí rápidamente: Una sudadera granate 5 tallas más grande y unos pantalones vaqueros desgastados. El mismo oufit que llevo usando prácticamente desde principios de curso. No entiendo esas chicas que cada día visten un oufit diferente. En serio ¿De dónde sacan el tiempo para pensar en esas cosas? Chst, lo considero un esfuerzo innecesario, sinceramente.
Agarré mi mochila negra decorada con pins y chapas de mis grupos de música favoritos y me miré a un espejo. No me sorprendía que la gente pensase que fuese una Nerd con estas pintas. Corrí hacia la cocina, otra vez iba a llegar tarde a clases. Me crucé con mi madre por el pasillo.-Que guapa estás hoy, cariño- me sonrió- Te he preparado un buen desayuno para el último día de clase¿Qué te parece?
Suspiré. Mi madre, siempre tan detallista. No se daba cuenta de que yo no soy una chica de mamá, y no voy a dejar que sus dulces palabras se hagan un hueco en mi conciencia. A demás, no sé dónde veía lo de guapa. No me puedo ni comparar con las otras chicas de clase, tan divinas, siempre arregladas y maquilladas de más. Eso era otra cosa que yo nunca usaba, el maquillaje, lo consideraba algo asqueroso. ¡Puajj! Tampoco se puede decir que apostase por la belleza natural. No, no, ni mucho menos. No soy una chica atractiva.
-Madre, siempre te digo que no tengo tiempo para esas cosas. Siempre voy tarde- Suspiré y la miré mal.
Mi madre no pareció molestarse, pero me daba igual su reacción; soy una chica mala. Me dispuse a salir de la casa, con 2 horas de sueño, sin haber desayunado ni haberme arreglado. Entonces, la voz de mi madre me sorprendió.
-Critina... ¿Vas a salir con esos zapatos?Di un saltito y dejé salir un gritito que sonó como un gemido agudo. ¡QUÉ VERGÜENZA! Llevaba aún puestas mis pantuflas de dormir, mis zapatillas de unicornio.
No me lo podía creer¿Qué hubiese pasado si alguien me hubiese visto con estos zapatos? Mi reputación se habría ido al garete, sin duda.
Una vez ya con mis zapatillas de vestir puestas, volví a salir a la calle. Me puse mis auriculares y le dí al Play en Spotify.
La música de Metallica inundó mis oídos. Ya, seguro te sorprenderás de leer eso. Una chica adolescente escuchando Hard Rock. Bueno, no a todas las chicas les puede gustar el reggetón y el pop, supongo.
Eché a correr por las calles de mi pueblo, Er Parma. Es un sitio grande donde vive todo tipo de gente. Tiene muchas tiendas y servicios básicos, a demás está bastante cerca del centro de la ciudad, por lo que no es ni mucho menos un lugar aislado y no me puedo quejar, supongo.Seguí corriendo hasta llegar a la parada de autobús, para darme cuenta de que aún no había llegado. Miré alrededor y me percaté de que varias caras conocidas me miraban fijamente. Eran mis compañeros del instituto, aunque no me sabía el nombre de ninguno de ellos. Que más me daba, total, todos pensaban que era una Nerd friki. Ni siquiera se molestaron en conocerme cuando llegué nueva al instituto.
El autobús no tardó en llegar, me senté, todavía escuchando mi música, en el asiento que siempre ocupo. A mi lado nunca se sienta nadie, todos piensan que soy una rara sin amigos. Suspiré mientras me hundía en mis pensamientos.
No me podía ni imaginar el hecho de que dentro de unos meses estuviese estudiando bachillerato. Por fin me podría cambiar de instituto, llegar a un sitio nuevo donde nadie me conociese. Aunque aquí tampoco me conocen de nada, solo hacen como que sí.
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♤El Aullido Del Sol♡
Người sóiCritina nunca ha sido popular en su instituto, siempre ha sido algo así como un fantasma, perdida en sus pensamientos. Hasta que un día, festejando el final de clases, conoce a casi a mismo tiempo a Lucas, el chico popular de su clase y a Sebastián...