C U B I C L E
Estaba teniendo con mis padres una cena silenciosa, algo que en lo particular para mí es agradable ya que detesto las conversaciones en la mesa y más aún si de la nada aparece dentro de la conversación una noticia muy desagradable que te haga perder el apetito. El silencio es algo que a veces me caracteriza y de lo cual se puede decir que lo adquerí de mis padres con el pasar de los años, sólo les he visto tener conversaciones en la mesa cuando se trata de temas muy importantes o en los eventos sociales de los cuales son invitados.
Ya terminando de cenar, recojo mi plato para llevar los desechos que dejé en la superficie de éste en la basura y así introducirlo en el limpia vajillas que se encardará de dejarlo impecable, lavo mis manos e iba a punto de retirarme de la primera planta hasta que mi madre habló.
—¿Cómo te fue en tu primer día de escuela hijo? —Decía mientras limpiaba sus labios con la servilleta, una acción de la cual no me acostumbro a usar ya que es demasiada sofisticación para mí.
Aunque se que tengo que hacerlo, pero meh
—Lo normal, no es algo de lo cual sea nuevo para mí, fue realmente de alguna manera monótono a decir verdad —Y no miento, porque exceptuando la ausencia de la morena por sucesos estúpidos, todo lo demás queda registrado como cualquier actividad que podría haber tenido en primaria y secundaria.
—Entiendo, lo que si espero es que esta vez te empeñes en conseguir nuevas amistades, tener amigos hombres no estaría de más ya es necesario un poco de camaradería, tener si es posible una novia...
—Mamá, estoy bien como estoy, no necesito algún tipo de cambio de mi vida que pueda inquietar mi futuro —Interrumpo su platica ya que me incomoda lo último que mencionó y continuo —Además, pensé que ustedes dos estaban tranquilos al saber que no he tenido ningún tipo de distracción en mi vida que conlleve a un noviazgo.
—Yo sí Angelo, pero tu madre...
—Alf —Mi madre interrumpe el diálogo de mi padre dirigiéndole una mirada de pocos amigas para luego girar su rostro hacía mí —No estoy diciendo que me moleste el que te lleves nada más con tus amigas y que te hayas centrado más en tus estudios, admito que eso me enorgullece, pero me preocupa que eso termine afectando a futuro y tomes la decisión de quedarte solo por el resto de tu vida.
Arqueo mi ceja —¿Y eso es importante por qué...?
—Porque quiero tener nietos Angelo, aunque sea sólo uno y más aun que el día que tu padre y yo no estemos para ti, saber que no estarás sólo en esta vida y que tendrás a alguien a tu lado que te acompañe.
Miro a mi mamá de manera indiferente a diferencia de ella que me mira con un sembrante algo serio, realmente no se porque está teniendo esta conversación conmigo, ya que nunca me lo ha hecho desde que empezó mi adolescencia. Recuerdo el día en que ella y mi padre me hablaron de las relaciones sexuales a los 8 años, yo aun era muy chico para comprender der todo eso y aun me hablaron del tema de la manera más cruda que se pueda haber, incluso me hicieron ver un video porno del cual a pesar de que fue muy incómodo verlo al lado de ellos, allí supe que me atraían más los chicos que las chicas.
Nunca olvidaré la longitud de la polla de ese brasileño tatuado.
—Como sea, estaré en mi habitación repasando lo que nos dieron hoy —Digo finalmente después de un buen rato.
—Angelo, piensa en lo que dije —Responde mi madre.
—Lo consideraré.
Empiezo a subir las escaleras que dan hacía la parte superior para así dirigirme a mi cuarto y encerrarme para respirar un poco de todo lo que he escuchado.
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Me Obsesionas ©
Teen FictionAngelo Urbina es un chico de 16 años que nunca se ha tenido que preocupar por nada es su vida siendo su familia de clase media-alta, teniendo un hogar donde vivir, buenas notas en clase, las mejores amigas del mundo y como no, los mejores prospectos...