Usado pero amado.

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Max y Checo permanecían dormidos en forma de cucharita, se la pasaron toda la noche juntos en un sueño profundo, ninguno de los dos había soñado algo, luego de tantos meses de juntos -que por el momento no era relación amorosa, no aún-.

Max fue el primero en despertarse, Checo aún seguía dormido, pero de esta vez no estaba de espalda, estaba frente a él pero su cabeza permanecía apoyada en su pecho, era la parte más calentita y que le parecía más cómoda.

—Checo, ya son las nueve, levántate.

—Hmm—. Checo frunció sus cejas y se acomodó mejor, pero aún sin abrir sus ojos, ya sabía que era de día, pero era flojo.

—Bueno, voy a levantarme—. Dijo Max mientras de apoco se separaba, pero Checo lo agarró de la camisa.

—Solo cinco minutos—. Los ojos del mexicano permanecían sin abrirse todavía, Max tenía tanta energia que ni siquiera ganas tenía de estar apegado a la cama, pero no tenía otra que soportar esa rutina.

Justo ese día había carrera en Miami, y Max estaba seguro de que podría ganarla, en realidad si ganaría, pero la carrera anterior dejó a Checo ganar por pena, eso y porque lo amaba, pero aún no estaba listo para lo amoroso, simplemente estaba con él para llenar sus tentaciones y tener más energías para las próximas carreras.

Realmente amaba a Sergio, pero no tenía el más mínimo coraje de decirlo, se supone que tiene que mantener una imagen fuerte, aún que no lo demostró unas cuantas veces, pero en las carreras era otro asunto, era cuando más enfocado tenía que estar.

Luego de una media hora más los dos se levantaron, Max se estaba quejando todo ese tiempo y Checo no pudo aguantar más ahí. No tuvo otra opción que levantarse.

El mexicano estaba sentado en la cama mirando al piso, todavía tenía sueño, ni siquiera sabía si era tarde o temprano, ya le daba igual ese detalle, si pudiera hasta llevaba un colchón para su auto y así ir durmiendo. Pero aquel era el único momento el cual estaba activo y se olvidaba de la cama.

Se cambiaron y, antes de irse, Max empezó a besar a Checo, en un principio iba lento, era agradable para ambos, pero luego empezó a ir un poco más rápido y agresivo, Sergio estaba tratando de hablar algo pero solo podía soltar jadeos entre el beso, ni siquiera tenía las suficientes fuerzas para empujar a Max, realmente no quería tener sexo con él otra vez, le iba a dejar mal para caminar, por suerte para conducir no era necesario eso pero, le estaría molestando mucho luego.

Cuando Max se separó un rato para respirar, fue cuando Checo aprovechó la oportunidad para hablar.

—N-no quiero...

—Cállate que aquí mando yo—. Max otra vez volvió a atacar los labios del otro, sin dejarlo formular alguna palabra, ambos volvieron a la cama, en realidad Checo se cayó ahí, ya que tampoco tenía fuerzas para estar parado, y Max ya estaba tomando casi todo el control.

Checo estaba tratando de empujarlo y no podía, ya que Max estaba agarrando sus muñecas con tal de que no hiciera nada para cambiar la situación.

Max había empezado a sacar el pantalón del otro, pero Checo empezaba a dar patadas con tal de no hacerlo, realmente no tenía las energías para hacerlo en ese exacto momento.

—¡No, no, no!—. Checo trataba de defenderse, pero Max ya lo estaba agarrando de todas partes con tal de que no se escapara.

—¡Deja de actuar como un niño!—. Exclamó el holandés, hasta que vio como Checo empezaba a llorar, ya vio que el otro no quería, pero Max no podía dejar aquello en la mitad, sus ganas lo estaban dominando, pero por otro lado su compañero también era otra prioridad. —Ugh, está bien—. Max lo soltó al ver que no había más solución, se levantó de la cama y se fue de ahí, demasiado enojado.

Mi querido mexicano - Chestappen (One Shot) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora