𝑐𝑢𝑎𝑡𝑟𝑜

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10 años:

















Al principio nada me importaba, no sentía dolor, así que no era relevante.

Aun así empecé a notar cosas extrañas.

James podía golpearme en medio de todo el maldito colegio y nadie hacía nada, ni un alma levantaba la voz por mi sufrimiento.

Jamás sentí nada por nadie, pero siempre supe como se regían las normas, como eran las leyes, que estaba bien y que estaba mal.

Si alguien caía sabía que debía ayudarlo, si alguien lloraba sabía exactamente que decir, si alguien era agredido debía defenderlo, debía velar por la justicia y la paz.

Pero… ¿Por qué algo tan fácil, era tan difícil para aquellos que sí pueden amar?

Nunca había pensado en eso, pero cuando los golpes empezaron a doler, cuando pase de las risas a las lágrimas y cuando creí que podía pedir ayuda, me di cuenta de que las personas que pueden sentir son peores.

Los sentimientos son horribles, si solo pudiéramos amar o sentir gratitud todo sería diferente.

Pero el ser humano es egoísta, hipócrita, manipulador; y lo tuve que aprender de la peor manera.




Estaba temblando, todo mi cuerpo sufría espasmos y pensaba que en cualquier momento podría morir.

La hora de recreo era el peor momento de mi día.

¿Saben lo fácil que se camuflan los gritos dolor entre el bullicio de unos niños jugando?

Había logrado esconderme dentro de uno de los baños cuando Fynn llegó con un par de bebidas, él y James conversaban como si yo no estuviera ahí.

Cuando logre sentarme en el retrete, saque algo de papel higiénico de mi bolsillo e intente parar la sangre que salía de mi frente, de mis labios, mis brazos. De todos lados.

Era inútil, la sangre no paraba y mis manos no dejaban de temblar, había empezado a llorar hace mucho y temía que me escucharan a través de las puertas del baño.

Quién diría que llegaría a tenerles miedo.

El dolor de las llagas era insoportable, las costras se abrían y mi chompa se llenaba de sangre.

En un momento escuché sus pasos y las risas de ambos, el sonido de sus dedos siendo arrastrados por las puertas del baño me estaban volviendo loco y el corazón me retumbaba en los oídos.

—¿Dónde estás? ¿Te escondes de mí, amigo mío? —su voz era acompañada por las risas de Fynn y mordí mi antebrazo para retener los gritos de pánico, empecé a balancearme de un lado a otro y contuve la respiración cuando sentí que salían.

Espere unos minutos, 5 para ser exactos, sus risas ya no estaban, se habían detenido dos cubículos antes que el mío y al parecer se habían ido.

Tome otros cinco minutos en calmarme y decidí salir, al principio solo abrí un poco, no habían muros en la costa, así que me di muchos más ánimos para seguir adelante.

Me miré en el espejo e intenté acomodar un poco del desastre que era en ese momento, moretones, sangre y lágrimas.

Aprovecharía su ida para maquillarme en el salón y cambiar mi chompa por una limpia.

Iba a seguir por los pasillos, pero mi cuerpo no llegó a salir por completo antes de ser arrastrado hacia atrás y lanzado al suelo entre risas.

—Realmente te tardaste en salir… ¿Debería sentirme orgulloso? —lo último se lo dijo a Fynn, pero sin quitar la vista sobre mí, era sorprendente lo rápido que habían cambiado los papeles, ahora quien lloraba era yo y quien reía era él.

Cuando dio un paso me alejé y cubrí mi cabeza con mis brazos, que habían vuelto a sangrar por la brusquedad.

Eso pareció darle más fuerza y cuando choque contra la pared supe que no podía soportarlo más, ya no, no podía seguir así, cada vez el dolor era más insoportable y el miedo me atacaba a diario.

—¡Tengo miedo! —grité antes de recibir el golpe y las risas pararon, así como las pisadas furiosas de James— ¡Eso querías, por favor detente!

Era extraño, antes me fascinaba ver ese odio en sus ojos, pero ahora no podía siquiera mirarlo a la cara.

—¿Qué dijiste? ¿Tienes miedo? No lo puedo creer —dijo y por el tono de su voz podía saber que estaba sonriendo otra vez de esa forma tan siniestra—¿Sientes miedo de mí? ¿Acaso te apena tu situación? Es tan triste que esto te haya pasado…

Sentía que mi voz se había perdido, pero él sonaba tan arrepentido. Terminé asintiendo a cada pregunta y cuando él me ofreció su mano para levantarme la tomé con esperanza.

Al fin y al cabo eso era lo que él quería que sintiera, miedo, dolor, ya no había razón para que esto siguiera.

Él me abrazó, acarició mi cabello y empezó a tararear una canción lenta, tal vez era una de cuna.

—No lo puedo creer, realmente eres tan…

Su voz se cortó durante un segundo, dejando todo en suspenso durante un minuto, yo solo quería que esto acabara, que me dejaran ir para poder vivir lejos de ellos y su concepto de ayuda.

Egoísta.

Pronto estaba de nuevo en el suelo y una patada aterrizó en mi pecho.

—¿Sientes pena por ti, pero no has podido sentir nada por nadie? ¡¿O vas a decirme ahora puedes quererlos a todos?!

Fynn me había levantado y sostuvo mis brazos para que James pudiera darme puñetazos en el estómago en cada palabra.

—¿Cómo puede existir un ser humano tan egoísta como tú? No, en realidad, no eres un ser humano.

»¿Por qué debería sentir pena por ti? No eres más que un animal, incluso un animal puede amar, eres como una roca la cual puedo patear en el camino, eres un monstruo ¿Por qué debería parar de golpearte? ¿Así aprendiste algo de humanidad no es así?

Fue ahí cuando comprendí quién era en el mundo.

Una vida llena de apariencias, de mentiras, todo el mundo me odia, todo el mundo cree que soy un monstruo, no soy un ser humano porque no puedo amar y solo me queda arrastrarme por la piedad de aquellos benevolentes mártires del mundo.

Soy menos que un animal, soy nada, no existo, estoy muerto.

En este mundo de santos soy solo un borrego más al abismo.























Recuerdos de Vietnam.

~JJ se despide ;3

‿✿𝐹𝑎𝑖𝑟𝑦𝑡𝑎𝑙𝑒࿐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora