- "A Hero Born Of Darkness"

2:- Despedida de Agradecimiento.

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11:40 PM, Jueves.

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En algún lugar más alejado del pueblo de dónde se encontraba Dusk, en un bosque repleto de una niebla demasiado densa, se encontraba una estructura, la cuál estaba rodeada por varios villanos.

—Se han tardo mucho más de lo normal ¿No crees? — Le dijo a uno de sus compañeros con el cuál hacia guardia.

— Tal vez hubo una complicación de por medio, ya sabes, un idiota no queriendo dar nada o un pequeño bastardo queriendo hacerse el valiente — Contestó sin darle mucha importancia al asunto.

— Si, bueno...

El sonido del galopeo los puso alerta, por la densa niebla no se podían distinguir bien quien eran los que venían, no sabían si eran sus compañeros o alguna otra persona que fuera a por ellos.

Sin embargo, entre más se acercaba aquel galopeo se lograba ver una borrosa sombra, y junto a esa se acercaban más sombras.

— Ah, son ellos, ya volvieron — Dijo bajando la arma de fuego que tenía colgada.

Solo que había un problema, del grupo de 8, volvieron 5 nada más. Los de guardia fueron corriendo hacia ellos para preguntar lo que ocurrió.

— Hey, hey, ¿Los demás? ¿Dónde está Sekiro?

— No lo sabemos — Respondió Srektor de manera fría — Pero un chico... Había un chico que logró matar a unos cuantos, no se si habrá matado a Sekiro o si se lo habrá llevado a algún lado.

— ¿Un mocoso secuestró a Sekiro? Pero eso es imposible, nadie de nosotros puede ganarle a Sekiro.

— Ya sabes cómo es su temperamento de inestable... Por ahora entremos a la base, a ella no le gustará saber esto...

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No tan lejos de allí, una figura de un tamaño promedio observaba al grupo de villanos, encima de una rama, mientras apoyaba la parte superior de su cuerpo encima de otra rama del árbol donde estaba. Una sonrisa se formó en su blanquecino rostro al escuchar aquello que mencionó Srektor.

— Vaya, ¿Un mocoso logró matar a varios del grupo? Jojojojo, eso lo tengo que ver — Dijo para luego extender sus alas y salir volando.

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3:30 AM Viernes.

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El Azabache se levantaba del mueble donde dormía, la oscuridad lo rodeaba, pero era entendible, no había ninguna luz, solo la que emitia la luna, pero no era lo suficiente como para tan siquiera alumbrar gran parte de la sala.
Se levantó del mueble, estaba solo con su ropa interior, ya que su prenda superior fue carbonizada, y sus pantalones estaban casi igual.

Se quedó mirando fijamente la oscuridad, hasta que empezó a escuchar voces. Vió incluso como la misma sala se transformaba en un remolino súper oscuro con toques morados.

— Te dieron la espalda...

— Tienes que matarlos...

— Ellos te traicionaron...

— Patético...

— Mátate...

— Mata al doctor.

El Oji-Morado sintió el suelo hundirse, y de este salieron un sin fin de criaturas oscuras, las cuales gritaban, lloraban, sentían, etc. Un gran número de sentimientos que transmitían aquellas figuras sombrias, fueron poco a poco escalando sobre las piernas del muchacho quién sintió un fuerte presencia por detrás suyo.