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Habían transcurrido unos días desde el comienzo de su último año

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Habían transcurrido unos días desde el comienzo de su último año. Yuta había estado enfocado en estudiar y repasar las materias previas. Incluso su profesor Ten les había informado sobre las pruebas que deberían rendir para la admisión universitaria y que en ese año abordarían las unidades que probablemente aparecerían en los exámenes.

—Profesor Chittaphon. —Llamó Nakamoto—. Tengo una pregunta que hacerle. —Le habló una vez finalizada la clase y todos los demás estudiantes abandonaron el salón.

—Por supuesto, dime qué necesitas. —Respondió con una sonrisa mientras guardaba algunas cosas en su bolso. Yuta llevaba unos días llamándolo por su nombre y no por el apodo que solía usar; al principio le dijo que no era necesario, pero parecía que el japonés era terco.

—Cómo empiezo... —Divagó un poco, intentando formular las preguntas en su mente—. Usted, cuando decidió estudiar pedagogía, ¿lo hizo en su país o aquí mismo en Estados Unidos?

Ten completó sus acciones y miró al adolescente—. Comencé mis estudios universitarios allá en Tailandia. Cuando empezó el segundo año, a mi universidad le llegó una oferta para un programa de intercambio con varios países, algo así como un Working Holiday pero estudiantil. —Soltó algunas risas y continuó—: Elegí Estados Unidos como primera opción y Canadá como segunda, pero siempre mirando hacia el idioma inglés.

Yuta escuchaba atentamente, asintiendo ante algunas palabras, siendo incapaz de interrumpir al adulto. Sonrió cuando terminó de contarle su historia.

—¿Por qué la pregunta, Nakamoto? ¿Estás asustado por los exámenes SAT y ACT? —Ahora preguntó él, Yuta asintió.

—Sí, estoy un poco aterrado y... la verdad ansioso. Cuando llegué aquí tenía 15 años, al principio estudiar fue difícil, me enseñaban los conocimientos de este país cuando yo ya tenía los míos. Siento que... al ser un extranjero debo darlo todo para poder entrar a una buena universidad y más si debo acoplarme a los conocimientos de aquí. —Bajó un poco su mirada, cabizbajo; de repente los recuerdos de sus primeros años inundaron su mente, junto con el acoso.

—Nakamoto. —El nombrado contestó, aunque no le miró—. Yuta, mírame. —Ten rodeó el escritorio y se acercó al joven, dándose cuenta de cuán alto era su alumno, ya que eran casi de la misma estatura. El japonés pudo mirarlo—. Sé lo aterrador que puede llegar a ser estudiar en un lugar desconocido para ti. Cuando llegué siendo un simple universitario, también me asustó. Incluso la pedagogía puede variar dependiendo del país. Creo que es un alivio haber estudiado la especialidad de arte; no hay barreras de idioma cuando se trata de lo artístico y la pasión. —Sonrió, Yuta hizo lo mismo—. No te diré que te olvides del miedo, Yuta, porque es algo completamente natural, más cuando eres joven. Pero nunca debes darte por vencido. Estoy en completo acuerdo contigo en que debas esforzarte, pero no te discrimines a ti mismo por ser extranjero y que por eso debes hacerlo. Hazlo por ti y por las metas que quieres lograr en tu vida.

太陽と月Donde viven las historias. Descúbrelo ahora