Capitulo 24: Podría acostumbrarme

955 57 0
                                    

El agua recorría mi cuerpo ya enjabonado,me sentía muy relajada luego de ese viaje de seis horas por carretera.

Les contaré que si,si acepte irme con Ovidio, obviamente le conté a mi hermano antes de tomar una decisión y para mi sorpresa no se opuso en nada.

Solo me dijo que me cuidara mucho y a Ovidio le dijo que si me pasaba algo,era hombre muerto.

No he salido para ver la casa,cuando llegamos ya estaba dormida en una cama por qué Ovidio me cargo tras quedarme dormida en su camioneta.

Lo único que logré escucharle al "Ache" era que nos dirigíamos a una casa de seguridad fuera del estado.

Y eso me dio a entender que no estábamos a la vuelta de mi casa,digo,debía suponerlo tras esas seis horas de viaje por quién sabe dónde.

No se en qué momento pero sentí unas manos rodeando mi cintura haciéndome sobresaltar,al girar me encontré con Ovidio sonriéndome levemente.

Ya estaba desnudo,ni me di cuenta cuando fue que regresó a la habitación,suponía que estaba hablando con el Ache afuera.

-¿Puedo ayudarte con esto?.-dijo quitándome el jabón de mis manos para pasarlo con delicadeza sobre mi cuello y hombros

-Estaba por terminar.-le sonreí y le quite de nuevo el jabón -Pero veo que tú necesitas te ayude con tu baño...

Pase el jabón por su pecho y hombros,ocasionando que cierre los ojos al instante.

Hice que diera la vuelta para enjabonar su espalda ancha,luego rodeé su torso para enjabonar su abdomen,le daba leves caricias con una de mis manos y con la otra pasaba el jabón.

Giro para ir retirando el jabón bajo la regadera,y entonces su erección apareció en mi campo de visión.

-Calmate,solo vamos a ducharnos.-le dije tierna para luego pasar mi mano enjabonada por su pene haciendo que tiemble ante mi tacto

-Yo creo que no,si sigues portandote así.-sus ojos seguían cerrados bajo la regadera,su cabello se pegaba en su frente,se veía tan atractivo justo ahora

-¿Así como?.-le dije con una sonrisa inocente y con mi dedo índice toque su punta -No se de que hablas.-deslice mi dedo por lo largo de su glande .

-Verga,ya no lo soporto.-gimio

No me dio tiempo para nada,ya que me tomo por los muslos he hizo que los enredara en su cadera dando paso a la fricción de nuestros sexos,me puso contra la fría pared de azulejo y sonreí contenta mordiendo mi labio.

-¿Lista,princesita traviesa?

Solo le di mi consentimiento con un beso fugaz en sus labios,no espero más para empezar a penetrarme.

Se sentía como el mismo cielo,sus caderas hacían un movimiento exquisito,sin necesidad de ser tan brusco,no podía dejar de arañar su espalda en busca de encontrar soporte.

Pase mis manos por su cabello haciendo mi cabeza hacia atrás, él aprovecho para dejar besos por mi cuello.

Sentía un nudo en mi estómago que me decía que mi orgasmo estaba por llegar.

-Ovidio,estoy tan cerca.-solte un jadeo con un poco de desesperación

-Espera un poco princesa.-dijo besando mis senos,arremetio un par de veces más y mordió mi pezón

Eso suficiente para que nos invadiera el orgasmo a los dos,dejo salir su semen caliente hasta lo profundo de mí y no me importo.

Lo bese con cariño,creo que podría llegar a acostumbrarme a estar así de perdida por Ovidio.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Tras recorrer la casa enorme en la que estaríamos sin tiempo definido,me di cuenta de que también estaba rodeada de hombres armados,que al parecer estaban al mando de el Ache,el guarro de seguridad de Ovidio.

Estábamos en una finca,nosotros éramos los únicos que se quedaban en la casa grande,los demás se turnaban para tomar siestas y vigilar los alrededores.

Yo estaba tomando un café mientras veía el único canal disponible en la televisión,pues me habían quitado mi teléfono antes de venir acá,se lo tuve que dejar a mi hermano.

Ovidio tenía más de una hora encerrado en un despacho hablando por teléfono con al parecer uno de sus hermanos,no sabía con cuál,no los conocía del todo.

Justo cuando me levanté para ir a tomar algo de comida de la cocina,Ovidio apareció y se me puso enfrente con una sonrisa.

-Mi hermano viene a cenar,dame un beso de la suerte para que nada salga mal.-me dice y yo de obediente le di un piquito -Asi no,ese no es un beso.-reprocha desconforme

-Si lo es.-me reí pero duro poco ya que me tomo de la cintura y me cargo como un costal de papas -¡Oye bajame bestia!.-exclame

Lo bueno que ni había nadie cerca,sería vergonzoso que vieran algo como esto.

-No hasta que me des Mi beso como debe ser.-me dijo riendo llevándome a alguna habitación de la casa

-Bien,pero bajame.-le dije dejándolo llevarme a dónde sea

Ovidio entro a una habitación,no era donde habíamos dormido antes,era el despacho donde el estaba hablando con su hermano.

Me bajo con una sonrisa inocente y me cruce de brazos

-No me gusta que me carguen así.-le digo

-Y a mí no me gusta que no me besen como quiero,estamos a mano princesa.-se sentó en la silla frente al escritorio y me jalo de la cintura hasta sentarme en su regazo -Ahora si,dámelo Gatita...

Me acerque a él y uno sus labios con los míos,al principio lento,pero después Ovidio intestifico el beso,se lo seguí tirando un poco de su cabello haciendo que soltara un leve gemido.

Puso sus manos en mis nalgas

-Ovidio.-gemi en su boca -¿Y si alguno de tus pistoleros viene?

Mordió mi labio sonriendo

-Tienen prohibido entrar a la casa sin mi permiso.-levanto mi blusa dejando a la vista mi sostén y gemi cuando lo desabrochó para besar mis senos.

No me podía resistir a él

No podía decirle que no a este hombre

Estaba igual o más excitada que él,así que accedí a queme hiciera suya en su escritorio.

Por lo menos tendríamos un rapidin,antes de que llegara su hermano a cenar...

Di Que Sí...  🐁 El Ratón 🐁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora