Espinadragón (Parte 2)

6 1 0
                                    

—Bennett.

El chico no respondió. Pensaba que apenas abriera la boca, las lágrimas que tanto le costaban contener, saldrían sin escrúpulos. Y no quería que nadie lo viera llorar, mucho menos Razor...

—Bennett. Todo estar bien.

Bennett abrazó sus piernas con más fuerza. Por supuesto que las cosas no estaban bien. Su viaje apenas había comenzado y ya llevaban no dos, sino tres retrasos encima. Su misión era crucial, de ellos dependía la salvación de Liyue. O bueno, tal vez no era tan así, pero Bennett sí que lo sentía así.

Además de que sentía que esos obstáculos eran culpa suya: de él y de su mala suerte. Pensaba que por su culpa, por haberse distraído y bajado la guardia ahora ambos se encontraban enjaulados a manos de los Fatui, quienes claramente estarían dispuestos a dañarlos ante la más mínima provocación. Y no era un grupo cualquiera, sino uno grande conformado por varios grupos distintos.

—Bennett...

Razor, por su parte, también sentía una gran culpa. Se suponía que él decidió acompañarlo justamente para evitar ese tipo de situaciones. Para protegerlo. Para cuidarlo de su mala suerte. De los Fatui. Y había fallado. Bajó la guardia y no olfateó a los enemigos a tiempo, permitiéndoles rodearlos y atraparlos.

Se sentía culpable, pero no permitiría que un ser querido fuera nuevamente herido mientras él estaba encerrado. No de nuevo.

—Bennett. Yo tener... Idea. Intentar usar poder de fuego. Romper jaula.

—No es buena idea.

Finalmente el chico tuvo la fuerza para contestar, aunque apenas y levantó la cabeza sin atreverse a mirarlo a los ojos.

—Creéme. Ya lo intenté.

Levantó un poco su camisa y mostró una de sus tantas cicatrices que tenía, con la diferencia de que ésta era una de las más grandes y que marcaba una quemadura bastante grave.

—Mi mala suerte no fue lo suficientemente fuerte como para hacerme más daño esa vez. Pero, ¿y si en esta ocasión te afecta a ti también? No. Definitivamente no es una opción viable.

Bennett volvió a bajar su camisa antes de reposar su mentón sobre sus brazos, no muy animado para poder buscar alguna solución a su problema. Razor no pudo evitar soltar un leve gimoteo ante aquel desánimo, pues no era para nada habitual en Bennett. Sin embargo, pronto aquel leve lamento se convertiría en un profundo gruñido que venía desde lo más profundo de su pecho, el cual llamó bastante la atención de Bennett. Al voltear notó que ese gruñido no iba dirigido hacia él, sino hacia el par de Fatui que se acercaban hacia ellos. Bennett se levantó y se puso alerta, frunciendo el ceño en un intento de esconder su temor.

—Es él —Dijo uno de ellos señalando a Bennett, provocando que el gruñido de Razor se intensificara.

—¿Entonces este niño —señala el otro Fatui deteniéndose junto a la jaula— es lo suficientemente hábil como para escabullirse entre decenas de Fatui y salir impune?

—Haya sido habilidad o suerte, ya se le agotó —Responde el otro con tranquilidad, incluso sonaba aburrido.

—Por Zarina, ¿no puedo simplemente dispararle justo ahora y arreglar todo este asunto?

El Fatui, quién era un portador de una Visión (o Engaño) Pyro, apuntó a Bennett con su arma. Ante la amenaza, Bennett retrocedió lo más posible mientras el miedo inundaba su rostro. El otro Fatui, portador de Cryo, sostuvo la boquilla del arma y la desvió.

—No seas imprudente, Ar- —El Fatui portador de Cryo fue interrumpido por la voz de Razor.

—¡¡Alejar!!

「 Nuestra travesía 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora