Cap. 10 Él lo Recuerda

100 15 10
                                    

Un fuerte estruendo me sobresalto, haciendo me que sentara agitado en la cama. Todo estaba en silencio y me pregunté si pude haber imaginado el sonido, quizás estaba teniendo un mal sueño y algún ángel me hizo despertar. Entonces caí en cuenta de un pequeño detalle: esta no era mi habitación.

Los recuerdos de anoche fueron llegando uno a uno de forma ordenada, me golpee la cara con frustración, esto no debió de haber pasado. Aunque puedo sentirme aliviado de que no paso nada mayor, con mayor me refiero a penetración, pues al momento ninguno quiso ceder a ser el pasivo, aunque tengo que reconocer que de mi parte fue más por evitar hacerlo esa noche, que porque verdaderamente me negara a ser el pasivo, al parecer mi raciocinio no me abandono completamente.

En mis planes estaba levantarme temprano e irme antes de que se diera cuenta, como la otra vez, pero estaba solo en la habitación, señal de que Cheng ya se había levantado, y esperaba que hubiera salido a algún sitio para así poder salir sin ser visto. Pero mis esperanzas murieron al verlo entrar, sorprendiéndose momentáneamente de verme.

—¿Ya estas despierto? Buen día

No le respondí, mi mirada había caído en su mano, misma que tenía envuelta en un trapo con manchas rojas, que claramente eran de sangre reciente. Él se adentró y yo me levante, encontrándolo casi a mitad de la habitación.

¿Qué te ha pasado?

Esto, no es nada, solo un pequeño accidente de cocina

Y en verdad no se veía como algo grave, su palma estaba llena de pequeños cortes —¿es esto un pequeño accidente de cocina?

Lo es, no me di cuenta de que un vaso estaba astillado, y mientras lo lavaba se ha roto. El botiquín de primeros auxilios esta la habitación, por eso he entrado, espero no haberte despertado. Pero Wil, si no quieres que cumpla lo de anoche deberías ponerte algo, mi autocontrol no es fuerte. —Por sus palabras me di cuenta de que estaba desnudo, tuve la decencia de avergonzarme, alejarme de él y envolverme en la sabana—. Puedes pasar al baño y darte una ducha matutina, detrás del espejo hay un cepillo nuevo, siéntete libre de utilizar los productos de allí si lo deseas, en cuanto a la ropa, la mía no te quedaría tan mal.

Se movió por la habitación hasta dar con el botiquín, —no hace falta, puede ponerme mi propia ropa —no me importaba que fuera la misma de anoche

Si así lo deseas, me parece que tengo ropa interior...

Usare la misma de anoche también —mi tono salió más brusco de lo que quería, él pareció sorprendido, pero solo se encogió de hombros

Como quieras.

Entonces me dejo solo, y yo caí sentado en la cama, mi corazón latiendo con rapidez. Se supone que esto no sería así. Él estaba actuando normal, yo debería de hacer lo mismo, puede que no recordara nada de anoche, ni que lo intuyera, aunque amanecí en su cama sin ropa. Si muy poco probable que no se hiciera una idea.

No queriendo querer mortificarme más, me dirigí al baño, un poco pequeño, de paredes y piso blanco, con los muebles en tono café. Tal como dijo había un cepillo dental nuevo, aceptando su oferta también me di un baño, tomando más tiempo del necesario en olor sus productos, por hoy podía oler como él.

Aunque no fuera muy higiénico me coloqué la misma ropa que anoche, mi estadía en este departamento debía de ser lo más corta posible, así que llenándome de valor, salí de la habitación.

Cheng estaba sentado en la mesa del comedor, veía su celular pero al escuchar mis pasos me miro y me sonrió.

He hecho el desayuno, ven come. No soy un cocinero experto pero no morirás.

La forma en la que miraba y sonreía, no podía quedarme con esa inquietud —Cheng, tu... anoche... yo— ni siguiera sé por qué no podía formular las palabras correctamente.

¿No me digas que has olvidado lo de anoche? Quien tomo alcohol fui yo, y que sepa ni lo probaste.

No yo... yo recuerdo, pero... ¿tu?

Claro que lo recuerdo, no sé si es maldición o bendición pero recuerdo todo lo que hago borracho—. Y esa afirmación me hizo mirarlo con sorpresa e ira, él recordaba todo.

¿Recuerdas todo lo que hiciste anoche?

Hicimos. Y si con todo te refieres como nuestras lenguas se enredaron, a como tus manos recorrieron mi cuerpo, como tus dientes mordieron mis pezones, como nuestras pieles se rozaron, como tu pene palpito en mi boca...

¡Basta! —ya no quería escucharlo, me sentía abochornado y avergonzado, y un poco excitado, así que me concentre en recordar el motivo de mi enojo— si recuerdas lo de anoche, también recuerdas...

No sabía como mencionar lo del beso, me sentía tonto por recordar algo que paso hace semanas y que puede que para él no significara nada, como lo de anoche.

¿Quieres preguntar si recuerdo nuestro primer beso? —no sé qué me sorprendió más, sí que recordara el beso o la sensación que se instaló en mi estomago al escucharlo decir 'nuestro beso'— la respuesta es sí, si lo recuerdo.

Y el enojo me cegó —¡Eres un maldito, todo este tiempo lo has recordado, y nunca tocaste el tema!

Él se vio sorprendido por mi reacción y yo no quería pasar otro segundo ahí, así que me encamine hasta la puerta —¿pero qué te pasa? ¿por qué te pones así?

Se interpuso en mi camino, siguiendo con mi arranque lo arrempuje, y ahora si parecía que mi fuerza tenía efecto en él.

Pero qué diablos Wil, que fue lo que dije

O lo que no dijiste, estas semanas me estuve carcomiendo la mente por el beso, y no solo actuaste como si nada sino que también lo recuerdas y no te molestaste en hablar de ello.

¿Era esa razón suficiente para estar molesto? No lo sé, pero me sentía mal, humillado. Se que solo fue un beso, y que no lo recordara me daba un poco de confort pero que lo recordara y no hablara de ello significaba que no fue nada para él, cuando para mí fue un terremoto que desenterró sentimientos pasados.

¿Y cuándo querías que hablara de ello? ¿Cuándo desperté al otro día aquí solo sin señales de ti o cuando decidiste que ignorarme y evitarme?

¿Cuándo te ignore y evite?

¡Todas estas semanas lo has estado haciendo! Cuando intento hablar contigo siempre te surge algo, siempre me cortas y no me dejas hablar, la actitud que tienes en la empresa conmigo es como si me odiaras y no soportaras estar en mismo lugar que yo.

Y bueno, si pensaba en mi actitud las últimas semanas, él tenía razón, lo estuve evitando la mayor parte del tiempo, casi nunca estuvimos solos y eso fue obra mía. Ahora mi enojo había bajado, me sentía avergonzado por mi comportamiento reciente.

Volví en si cuando sus manos tocaron las mías —Creo que necesitamos hablar, pero primero comamos, espero que no se haya enfriado mucho —quise decir algo pero no me dejo— después de que desayunemos podremos hablar.

Mi Primer Amor (Boys Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora