4. Fiesta, baile y una canción

12 4 0
                                    

Los meses fueron pasando y con ellos se llevaba a la pequeña Sophie trayendo a una preadolescente que no hacía más que estar en casa de los Cullen, ellos se fueron convirtiendo en parte de su familia siendo participes de muchos eventos de aquella niña pues sus padres tenían una vida muy ocupada, eran únicos doctores especialistas del lugar por lo que tener guardias largas ya era una costumbre para ella.

Con el pasar del tiempo Rosalie aprendió a cocinar para Sophie, ni el mismo Emmett creía que aquella vampiresa pudiera acercarse a la cocina y mucho menos cocinar algo pero con la ayuda de Esme mejoraba cada vez en una receta, Rosalie pasaba a recogerla del colegio y algunas veces pasaban a la residencia de los Harper a realizar los deberes y posteriormente se dirigían con los Cullen para las clases de piano con Edward o en días de caza el se dirigía a casa de Sophie, ella era muy lista y realizando esa maniobra podrían ocultarse mejor.

El segundo cumpleaños que compartieron las chicas llegó pero a diferencia del anterior solo estuvo Sophie con los Cullen, en ese día ella entendió que el sueño de sus padres no fue precisamente ese, ser padres, si no ejercer su profesión y trataba de entender eso, no los culpaba pero tampoco los defendía, sin embargo sus padres se sintieron sumamente mal y para compensarlo en sus vacaciones la llevaron de viaje a Canadá ya que Aurore Harper era originaria de ese lugar.

- La extrañas ¿cierto? – llegó Jasper a su habitación

- Creo que sí – respondió con un suspiro

- No eres el único, puedo sentir la tristeza de Rosie desde aquí – dijo con media sonrisa – sabes quería preguntarte algo

- No te metas con mis sentimientos Jasper-  Edward le contesto severo

- Imposible -…- puedo comprender de alguna manera a Rosalie en Sophie ve el alivio de tener un hijo, pero… ¿tu?- a Edward no le estaba gustando por dónde iba- ¿Qué sientes realmente por Sophie?

- ¿Que insinuas Hale?- Jasper no contesto – no se a donde quieres llegar pero estás demente

- La amas ¿No?- Edward se tensó – no espero que lo reconozcas, solo quiero que lo entiendas, tus emociones hacia ella son raras pero se que es amor

- De hermanos – se excuso – además ¿te estás oyendo? Es una niña, no puedo sentir eso por ella.

- No lo creo, no sientes lo mismo por ninguno de nosotros – se burlo un poco- y se que no será una niña siempre. – termino mientras se dirigía fuera de la habitación de Edward.

¿Jasper tendría razón?, claro que no, es un demente, se repetía a si mismo el agobiado vampiro pues el no sabía exactamente qué sentía por Sophie, solo quería estar junto a ella y protegerla de todo.

Las vacaciones terminaron y el regreso a clases llegó y como todos los dias Sophie salió esperando ver el auto de Rosalie sin embargo se encontró con otro Cullen que estaba en su espera.

- ¡Edy!- le abrazó - ¿Qué haces aquí?

- Extrañaba a cierta pianista y quería ser el primero en verte – le correspondió el abrazo mientras le acariciaba el cabello – te imaginarás como se puso Rosalie – Sophie solo sonrió – pero mírate has crecido un poco.

- Puede ser… ¿ te gustan los obsequios? Porque no estuve en tu cumpleaños así que te eh traído algo – le dijo mientras buscaba en su mochila

- ¿ Algo para mí solo? – no pudo evitar sonreír

- Si! – le entrego una pequeña caja – es de oro blanco y lo personalice para que quedara bien contigo, espero te guste.

- Edward abrió la caja y en ella venía un anillo con sus iniciales y una esclava con una E en medio- es fantástica! Me ha encantado muchas gracias Soph – finalizó con un abrazo

SOLSTICIO DE INVIERNO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora